VALÈNCIA (EP). El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido modificar su estrategia de política monetaria para situar el objetivo de inflación el 2% a medio plazo, frente a la definición actual que delimita estabilidad de precios como un nivel de inflación de cerca, pero por debajo del 2%.
Se trata de la primera revisión de la estrategia que el BCE acomete desde 2003. El objetivo de inflación ha sido definido como simétrico, por lo que las desviaciones tanto al alza como a la baja "son indeseables".
Sin embargo, el instituto emisor ha explicado que cuando la economía está operando cerca del límite inferior de los tipos de interés nominales se necesitan medidas de política monetaria "contundentes o persistentes" para evitar desviaciones negativas. Esta situación podría implicar un "periodo transitorio" en el que la inflación se sitúe "ligeramente" por encima del objetivo.
El Consejo de Gobierno del BCE ha mantenido los tipos de interés como su principal instrumento de política monetaria. El resto de instrumentos (orientaciones a futuro, compras de activos y operaciones de financiación a más largo plazo) seguirán formando parte de la 'caja de herramientas' y se emplearán "según sea necesario".
"La nueva estrategia es un pilar sólido que nos guiará en la ejecución de la política monetaria en los próximos años", ha subrayado la presidenta de la autoridad monetaria, Christine Lagarde.
La monitorización de inflación se seguirá haciendo mediante el índice armonizado de precios al consumo (IACP). No obstante, el BCE considera que la inclusión de costes relacionados con la vivienda en propiedad representaría mejor la inflación. Dado que el proyecto de inclusión llevará varios años, el BCE tendrá en cuenta mediciones de inflación que incorporen estimaciones iniciales del coste de vivienda en propiedad.
Para valorar de forma constante la idoneidad de la política monetaria, el BCE tiene previsto evaluar de nuevo su estrategia en 2025.
La tercera pata de la revisión estratégica, tras la medición de inflación y el objetivo, es la inclusión de consideraciones de cambio climático. El BCE ha decidido incluir este tipo de valoraciones en su estrategia debido a sus implicaciones macroeconómicas.
"Atajar el cambio climático es un desafío global y una prioridad política para la Unión Europea", ha explicado el BCE. Aunque ha reconocido que la responsabilidad "primaria" es de gobiernos y parlamentos, ha explicado que lo incorporará en su estrategia "dentro de su mandato".
En concreto, el BCE acelerará su desarrollo de nuevos modelos y realizará análisis teóricos y empíricos para vigilar las implicaciones del cambio climático en la economía, el sistema financiero y la transmisión de política monetaria a través de los mercados financieros y el sistema bancario.
El instituto emisor también desarrollará indicadores experimentales para instrumentos financieros 'verdes' y para registrar la huella de carbono de las instituciones financieras, así como su exposición a riesgos físicos derivados del cambio climático.
Por otro lado, el BCE obligará a bancos y entidades financieras a que cumplan "requisitos de desglose" en los activos par que sean elegibles como colateral (garantía) o para ser incluidos en las compras de activos.