VALÈNCIA. Vuelta a los tribunales. Si el Ayuntamiento de València pensaba que se había librado de compensar a Bertolín por las pérdidas de la concesión que gestiona en el parking del Cabanyal, no será así todavía. La compañía ha elevado la cuestión al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) valenciano después de que un juzgado diera la razón al consistorio. El alto tribunal deberá dirimir ahora sobre el litigio.
Así consta en los presupuestos para 2023 de Aumsa, la empresa urbanística municipal presidida por la edil Sandra Gómez, de la que dependen la gestión de la mayoría de parkings del Ayuntamiento. En las cuentas, la firma pública explica que la compañía Aparcamiento Paseo Neptuno -filial de Bertolín- interpuso el pasado mes de abril un recurso de apelación contra el primer fallo favorable a la administración.
La intención de la parte privada en los tribunales es la resolución de la concesión por no haberse cumplido las previsiones económicas del contrato de 2009, además de una compensación por las inversiones realizadas desde entonces. Y sostenía que las proyecciones municipales cuando se adjudicó la concesión, en tiempos del gobierno del Partido Popular, eran erróneas, lo que había provocado que la explotación del aparcamiento resultara "inviable y ruinosa".
La filial de Bertolín responsabilizaba a la administración de la merma de afluencia de vehículos al parking, sito en la calle Eugenia Viñes, al decidir no celebrar la Copa América o la Fórmula 1, además de no ejecutar desarrollos urbanísticos próximos o por actuar con demasiada "permisividad" con el "aparcamiento irregular" en la zona. Circunstancias de las que el Ayuntamiento, a juicio de la compañía, es "enteramente responsable".
Por todo ello, la firma reclamaba una compensación. Pero el juzgado arguyó que la frustración de las expectativas económicas de la empresa es un "elemento de aleatoriedad" que no le exime de cumplir con el contrato y la merma de flujos de vehículos "no constituye un riesgo imprevisible, sino una consecuencia" que entra dentro del riesgo de la concesionaria y que esta "hubo de considerar" al concurrir al contrato.
El desacuerdo de la filial de Bertolín con la sentencia le ha empujado a presentar un recurso de apelación ante la sala de lo contencioso-administrativo del TSJ valenciano para que el fallo sea revocado Por ahora, el Ayuntamiento ya se ha posicionado en contra del recurso, y lo propio ha hecho la misma Aumsa. De esta manera, sólo queda esperar el fallo del alto tribunal valenciano.
Por otra parte, la firma dejó de abonar el pago a Aumsa. Un impago que ascendería al menos a 412.000 euros, según los últimos datos ofrecidos por Aumsa. Una deuda con la firma municipal que corresponde a varios ejercicios y cuya liquidación está en vías de negociación entre ambas partes, y que estaba también a la espera de la resolución judicial.
La relación entre Bertolín y el Ayuntamiento por este aparcamiento viene de hace casi 15 años, desde 2007. Entonces, el gobierno municipal dirigido por Rita Barberà encargó a Aumsa la construcción y explotación de este parking. Así, se concedió una concesión demanial sobre el subsuelo de estos terrenos por un plazo de 75 años a partir de 2009. Esto es, hasta 2084.
El concurso abierto convocado por Aumsa en 2007 acabó adjudicando el contrato a la UTE formada por Bertolín y Begar, que más tarde subrogaron a favor de la filial, Aparcamiento Paseo Neptuno. En 2010 Bertolín adquirió Begar y con ello Aparcamiento Paseo Neptuno, por lo que desde entonces es responsable única de estas instalaciones.
En 2009, la firma tuvo unas ganancias de 3,1 millones, que se elevaron hasta los 11,4 millones en el ejercicio posterior. Una tendencia que se revirtió en 2011 -con pérdidas de 133.000 euros- y que se ha mantenido casi todos los años -salvo en 2013, con ganancias de 220.00 euros- hasta la actualidad. 122.000 euros de pérdidas en 2012; 14.000 en 2014; 66.000 en 2015, 85.000 en 2016; menores en 2017 (11.000) y 2018 (19.000), y acrecentadas en 2019, con 58.000 euros de pérdidas.