VALÈNCIA. Bertolín negocia con la empresa urbanística municipal del Ayuntamiento de València, Aumsa, el canon que abona anualmente por la gestión del aparcamiento del Paseo de Neptuno, en la calle Eugenia Viñes del barrio marítimo del Cabanyal, muy cerca de La Marina. La filial de la compañía encargada directa de las instalaciones está en conversaciones con la firma pública que dirige Sandra Gómez al objeto de alcanzar un acuerdo en este sentido.
Así lo reflejan las cuentas anuales del pasado ejercicio de la empresa gestora en cuestión, Aparcamiento Paseo de Neptuno. En ellas, se deja claro que se encuentra "en negociación el importe a pagar en futuros ejercicios" del canon anual. En las cuentas no se ha tenido en cuenta la activación del canon porque, además de que están llevándose a cabo las conversaciones, resulta "poco representativo en relación al valor total del activo".
Así, los gastos en concepto de canon anual por los derechos de uso del aparcamiento ascendieron en 2020 a 25.000 euros, el mismo importe que el año anterior. Con todo, la empresa filial de Bertolín mantiene pagos pendientes a Aumsa en este sentido por valor de más de 364.000 euros a fecha de finales de 2020 -casi 60.000 euros más que un año antes-. Una deuda con la firma municipal que corresponde a varios ejercicios y cuya liquidación está en vías de negociación entre ambas partes.
La relación entre Aumsa y la mercantil gestora del aparcamiento está marcada en los últimos años por un tira y afloja por la rescisión de la concesión. La filial de Bertolín acudió a los tribunales en contencioso-administrativo para exigir a la administración municipal que se resuelva el contrato de concesión y que abone el dinero gastado por la concesionaria en inversiones para el parking, tal como publicó Valencia Plaza.
Subrayan las cuentas que la sociedad, dedicada fundamentalmente a la gestión de este aparcamiento, que ha registrado pérdidas en los últimos ejercicios debido "fundamentalmente, a que el nivel de ingresos obtenido no ha resultado suficiente para cubrir los costes financieros incurridos". En 2018, perdió 19.000 euros, en 2019 esta cifra se elevó hasta los 58.500 euros aproximadamente, y en 2020, se ha disparado hasta los 160.000 euros.
Aunque la compañía reconoce que a lo largo del período concesional se podría alcanzar el necesario "equilibrio económico y financiero", también apunta que el accionista único, Bertolín, podría cubrir futuros agujeros presupuestarios. En ese marco, la firma había presentado un escrito a la administración municipal solicitando el reequilibrio económico del contrato pero, finalmente, ha tenido que acudir a los tribunales a exigir la resolución del mismo y la recuperación del montante económico dedicado a inversiones.
Ciertamente, parece que la mercantil tiene muchas probabilidades de vencer en el litigio. Según explican los auditores de la empresa municipal, Aumsa, el procedimiento se encuentra en fase de contestación de la demanda y los asesores jurídicos "consideran posible la estimación de la demanda", puesto que hay "actos del Ayuntamiento que pueden suponer una ruptura del equilibrio de la concesión".
La relación entre Bertolín y el Ayuntamiento por este aparcamiento viene de hace casi 15 años, desde 2007. Entonces, el gobierno municipal dirigido por Rita Barberà encargó a Aumsa las actuaciones precisas para construir y poner en funcionamiento un aparcamiento en terreno de dominio público municipal en Eugenia Viñes. Así, se condeció una concesión demanial sobre el subsuelo de estos terrenos por un plazo de 75 años a partir de 2009. Esto es, hasta 2084.
Para la construcción de las instalaciones y la explotación de las mismas en virtud de dicha concesión, Aumsa convocó un concurso en 2007, cuya adjudicataria fue la UTE formada por Bertolín y Begar Construcciones y Contratas, que más tarde subrogaron a favor de la filial, Aparcamiento Paseo Neptuno. En 2010 Bertolín adquirió Begar y con ello Aparcamiento Paseo Neptuno, por lo que desde entonces es responsable única de estas instalaciones.
En 2009, la firma tuvo unas ganancias de 3,1 millones, que se elevaron hasta los 11,4 millones en el ejercicio posterior. Una tendencia que se revirtió en 2011 -con pérdidas de 133.000 euros- y que se ha mantenido casi todos los años -salvo en 2013, con ganancias de 220.00 euros- hasta la actualidad. 122.000 euros de pérdidas en 2012; 14.000 en 2014; 66.000 en 2015, 85.000 en 2016; menores en 2017 (11.000) y 2018 (19.000), y acrecentadas en 2019 y en 2020.