MARINO JAZZ

Borja González-Ayllón: “Marino Jazz vendría a ser como si David Lynch hubiera rodado un episodio de Mad Men” 

Marino Jazz, el nuevo local de José Miralles y Hugo Sánchez, propietarios del Grupo Mercabanyal, inunda a ritmo de jazz el barrio más marinero de la ciudad.

23/03/2023 - 

Domingo, 10:00 a.m. Huele a café recién hecho. Suena Saxophone Colossus de Sonny Rollins desde un viejo tocadiscos. La luz es clara. El frío ausente. Puedo ver las hojas verdes de los fresnos recuperar la vitalidad a través de la ventana. La estampa se repite cada domingo desde que tengo uso de razón. A veces el fresno tiene las hojas ocres, otras carece de ellas. Pero cada domingo amanece a ritmo de jazz: Davies, Baker, Ellington, Parker, Basie, Coltrane, Monk, Evans, Marsalis, Fitzgerald, Holiday o Diana Krall. El jazz ha sido, por derecho propio, la banda sonora de mi infancia gracias a mi padre.

Del jazz aprendí la belleza de lo imperfecto, la exuberancia de lo imprevisto, el sonido de la  melancolía y la fiereza de lo salvaje. Aprendí a valorar las noches más largas y los días más lentos. La libertad como motor creativo, el amor incondicional, la resiliencia diaria, la intimidad y la calidez del hogar o la constancia como valor innegociable. También aprendí a abrazar los márgenes de la seguridad y a perder el control. Porqué el jazz, per se, es incontrolable, minoritario y volátil. Como el agua de Heráclito, el jazz, que sabe a Bourbon, nunca es igual. Y ningún ser humano es capaz de cruzar la misma sesión dos veces, ya que ni el hombre ni el jazz, serán los mismos. 

Precisamente de jazz y de cocktails hablamos con Borja González-Ayllón, Director general en Marino Jazz (C. d’Eugènia Viñes, 223) y Joaquín Collado, Director de operaciones del grupo Mercabanyal, quienes nos cuentan los entresijos de la nueva apertura del grupo: un club de jazz en pleno Cabañal.


– ¿Cuándo surgió la idea de crear un club de jazz y porque?

Borja: Cuando José Miralles y Hugo Sánchez, propietarios del Grupo Mercabanyal me ofrecieron “las llaves”  de este espacio para crear e imaginar libremente un concepto de ocio nocturno a mi imagen y semejanza, no daba crédito. Entonces visualicé el lugar al que me gustaría entrar como cliente y eso fue lo que les trasladé. Un bar de corte clásico que combinara música en directo, vinilos, coctelería y una estética que invitara a soñar, cinematográficamente hablando.

Este sentir maridó a la perfección con todo el equipo y nos dio alas para ponernos a imaginar y crear como niños en intensas reuniones a contrarreloj; desde el concepto gráfico, diseñado por el genio loco de José Luís Urban “Mutan”, hasta dar con el nombre, felizmente hallado por Hugo, o el propio José Miralles peleándose con el catálogo de color para las cortinas (rojo “burdel”). Todo ocurrió muy rápido y en tiempo récord. En Noviembre surge la idea y en Enero abrimos. La palabra es ilusión. Joaquín Collado, director de operaciones del grupo y melómano empedernido, me confesaría más tarde disfrutando de su primer concierto -cóctel en mano- , que tener un Club de Jazz era uno de sus sueños profesionales y se había visto cumplido.

–  ¿En qué os inspirasteis para crear este concepto?

Borja: Siempre digo que Marino Jazz vendría a ser como si David Lynch hubiera rodado un episodio de Mad Men. Mi fascinación por la estética neoyorquina de los años 50’s, heredada en parte por los clubs de Jazz primigenios de Nueva Orleans y que a su vez bebían de los cabarets parisinos de finales del XIX, serían el universo que inspiró este concepto decorativo de inmersión estética para el cliente. En sendos viajes a Paris y Nueva York pude inmiscuirme en algunos de sus barrios musicales más tradicionales, que aunque casi extinguidos, seguían manteniendo alguno de sus  míticos clubs intactos. Uno de los músicos que vino a actuar hace poco exclamó. “¡Esto es como El Village Vanguard de Nueva York!”. Ése podría ser un local similar.

–  ¿Qué va a encontrarse el cliente de Marino?

Joaquín: Pienso que el cliente va a vivir la experiencia de un club con una muy alta calidad musical, un servicio muy cercano y un local que nos recuerda a los años 50 de Nueva York. Todo ello te va a sumergir en una experiencia que creemos que es única en Valencia.

En cuanto a la propuesta líquida, en Marino podemos encontrar desde una coctelería clásica (Dry Martini, Negroni, Gin fizz,...) a varios cócteles de autor y sin alcohol. Destilados de marcas premium (Whisky de malta, ron, ginebras,…) 15 referencias de vino nacional e internacional (Champagne, Riesling, Ribera del Duero, Valencia, Alicante, Jerez)

–  ¿Hay saturación de coctelerías en valencia? ¿Creéis que hay cabida para este tipo de local en la zona? 

Joaquín: Creo que todavía no hay cultura de coctelería en Valencia, pero sí que estamos en proceso de ello. La gente empieza a entender que el cóctel se puede tomar de aperitivo, durante y después de la comida. Es raro ver un bar o restaurante que no incluya un coctel en su carta o como complemento en un menú degustación.

Borja: El Cabañal se ha ido convirtiendo paulatinamente en un barrio cultural de referencia en la ciudad. Ya cuenta con su propio festival de Jazz (Marijazz) y otros espacios gastronómicos que apuestan por la música en directo. Estamos situados en la Playa del Cabañal, un emplazamiento magnífico que mantiene la esencia del “barri” y que desde el Grupo Mercabanyal tanto insistimos en cuidar y dinamizar culturalmente, por lo que hay cabida no sólo para este local, sino que -ojalá- para todo aquel hostelero que quiera apostar por combinar la música con la gastronomía.

–  Decidme 3 cocktails que os inspiren 3 artistas de jazz que podemos tomar en Marino

Joaquín: Chet Baker es posiblemente es el artista que más escucho. Tuvo una vida dura y plagada de borrones (drogas, maltratos…). Me recuerda al primer trago de un Dry Martini (Duro, seco) pero que lo disfrutas al momento de sorberlo. Nina Simone, también sufrió una vida dura con una ferviente reivindicación en contra del racismo y todo lo que conllevaba en la época. Me inspira beberme un Negroni clásico, con un carácter bien marcado y sin complejos. De Louis Amstrong una vez leí una anécdota que me recuerda a mí. Y es que, era muy fan de arroz con frijoles y antes de fallecer, estuvo 3 semanas comiendo únicamente este plato. Soy fan de comer arroz blanco, verduras y un Bloody Mary, llámame loco.

–  ¿De dónde surge la afición por el jazz ?

Borja: Como baterista, mi formación con el instrumento siempre ha estado vinculada al estudio y la escucha del Jazz, pues las academias de “música moderna” se centraban principalmente en esta rama por aquel entonces. También dediqué buena parte de mi veintena a trabajar como baterista, DJ y promotor para eventos de jazz, funk y soul en directo. Todo el “gran” Jazz, Funk, Soul y Blues que escuché fue a través de los platos de Germán Valenzuela, el que fue mi mentor en el club que me vio nacer como baterista: Black Note. Pero donde tuve mi contacto más profesional con esta música fue en La Vitti Bar, local que fundé en 2012 y que no sólo se convirtió en uno de los Jazz Corners de referencia en Valencia, sino que me dio la oportunidad de conocer y relacionarme con los mejores músicos de esta ciudad y más allá del charco. 

– Hablemos de la programación. ¿Cuál es la propuesta musical? 

Borja: En resumen: Música Afroamericana. Que no es poco. Recalco “americana” porque le damos mucha importancia a los ritmos caribeños, amazónicos y toda la riqueza cultural de Centro América y América del Sur. Lo que los musicólogos llamaron “El Viaje del Tambor”. Cómo desde África y hasta el Caribe, se fueron desarrollando los sonidos que finalmente llegaron a los puertos de Nueva Orleans, Nueva York o San Francisco para el surgimiento del JAZZ como gran paradigma de la música universal,  pero con la mirada puesta siempre en sus raíces.

Los Jueves los dedicamos al Jazz más esencial, con un concierto recurrente para la primera hora del show y una Jam Session abierta para la segunda. Los Viernes abrimos el escenario a los sonidos que fueron evolucionando desde el jazz como son el Funk, Soul, R&B, Blues, Hip Hop, Reggae. Los Sábados están dedicados a los sonidos caribeños, particularmente a la isla de Cuba, uno de los tesoros musicales más grandes que ha dado la historia, con la suerte de poder contar con los mejores artistas cubanos de esta ciudad. Se está estudiando la apertura en Domingos, donde apostaremos por el eclecticismo y abriremos el escenario a sonidos más exóticos, orientales, música balcánica, clásica, etc. A todo ello le añadimos sesiones en vinilo hasta la madrugada, seleccionadas por uno de los colectivos pioneros de la música negra de esta ciudad, FunkSociedad, dirigida por el gran gurú del ocio musical nocturno en Valencia, Germán Valenzuela.