Hoy es 7 de octubre
VALÈNCIA. Tras una pandemia mundial y de manera imprevista, el socialista Borja Sanjuán (València, 1992) se ha tenido que hacer cargo de la concejalía de Hacienda en el Ayuntamiento de València. Un panorama nada alentador para las administraciones, y mucho menos para sus cuentas, sensiblemente afectadas por la crisis post coronavirus. Una de las soluciones planteadas para que los entes locales puedan afrontar la situación con menos preocupaciones era el decreto aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez, que permitía a los ayuntamientos usar sus propios ahorros, bloqueados por las leyes de estabilidad presupuestaria. La falta de acuerdo en el Congreso de los Diputados tumbó la norma y en València la repercusión es casi directa: "Casi ninguna concejalía se va a librar de los recortes si no hay acuerdo de remanentes", asegura el edil.
El voto negativo del diputado de Compromís, Joan Baldoví, tuvo un eco inmediato en el gobierno municipal, encabezado por el alcalde de la misma coalición, Joan Ribó, y los socialistas de Sandra Gómez. Sanjuán acusa a Compromís de "blanquear" la revuelta de alcaldes impulsada por el PP. "No puede ser que los ingresos del Ayuntamiento solamente le preocupen a la mitad del gobierno [local]", insiste: "No se puede no participar de las soluciones y luego participar de los beneficios". También cree que Compromís intenta ahora "enmendar su error", cuando "son conscientes de que el presupuesto ha quedado en una situación muy delicada". De no haber acuerdo para un nuevo decreto, el Ayuntamiento de València deberá recortar 33 millones de euros aproximadamente.
Su entrada en la corporación también supone su nombramiento como nuevo consejero de la EMT, que dirige el edil de Compromís Giuseppe Grezzi. Sobre la actual situación de la firma admite que "ha habido problemas", entre los cuales se encuentra la caída de ingresos por la pandemia y una situación financiera delicada. Actualmente se enfrenta a una huelga, y Sanjuán apunta que "las personas que tienen la responsabilidad para aportar las soluciones, tienen que darlas. Cuanto menos se demore [...] mejor para todos". Además, próximamente se conocerán las conclusiones sobre el fraude de cuatro millones de euros que ahora cumple un año, y preguntado sobre la posible salida del gerente, es tajante: "Es evidente que hay que asumir alguna responsabilidad después de lo ocurrido".
Sobre la situación del nuevo campo de Mestalla, el edil de Hacienda se muestra bastante inflexible:"Cuando una persona se compra una empresa, lo hace con sus derechos y con sus obligaciones.". Así, subraya que las consecuencias de no acabar el campo "son muy negativas para el propio Valencia, porque le llevarían a perder decenas de miles de metros de edificabilidad de terciario". Por ello, insta a la propiedad del club a "actuar de manera diligente".
Sobre estas y otras cuestiones, Sanjuán conversa con Valencia Plaza.
-¿Por qué ha fracasado el decreto de los remanentes municipales? ¿Ha faltado diálogo y quizá un poquito de pedagogía también?
-En este proceso había algunos partidos que tenían muchísimo interés en asestarle una derrota parlamentaria el Gobierno. Partidos que gobiernan en muchos ayuntamientos y que van a ser perjudicados porque no se aprobara el decreto, pero cuyo único objetivo era intentar erosionar al gobierno del PSOE y de Unidas Podemos. Y luego hay otros partidos que se han equivocado. Han cometido un error político porque han blanqueado la posición de los partidos de la derecha y, en cierta manera, les han sido útiles. Creo que hasta algunos han sido, simplemente, engañados.
-Algún tipo de autocrítica deberá haber sobre este fracaso.
-Por supuesto. Cuando no apruebas un decreto, como Gobierno tienes que aprender cosas. Pero no creo que el pasado jueves lo que se votara fuera ni la negociación ni el acuerdo. La votación se movió en otra dinámica y por eso no se aprobó. Si hubieran analizado de manera pragmática y simplemente con los números en la mesa lo que proponía el acuerdo, ningún partido habría votado en contra. Lo que pasa es que la gente votó en otras coordenadas. Eso no significa que quizá pudiera haberse planteado un mejor decreto, aunque el presentado era muy positivo para los ayuntamientos y también para el de València. Evidentemente hay ayuntamientos muy diferentes: unos tienen remanentes 8.000, de 8.200. La gran mayoría podían hacer uso de ellos con este decreto. Otros no tienen remanentes y en un primer momento decían que se veían fuera de la solución. Eso explica que el alcalde de Zaragoza, cuyo ayuntamiento no tenía remanentes, fuera de los que instigara la revuelta de los alcaldes que ha organizado el PP. Pero claro, el alcalde de Zaragoza tiene una realidad muy particular, tiene unos intereses muy concretos, que no son los mismos que tiene València.
Dentro de ese reparto que proponía el decreto, se contemplaba ya por la población un 60% del fondo, y el resto dependía del remanente. Era un equilibrio bastante justo que permitía a todo el mundo tener una solución. De lo que estamos hablando aquí es de que los ayuntamientos el año que viene no tengan que hacer recortes. Y si se hubiera aprobado este decreto, los ayuntamientos españoles no habrían tenido que hacer recortes. Creo que hay mucha gente que el jueves votó en contra y que se ha dado cuenta y por eso se empeña ahora en que no se busquen culpables, porque confían en que se pueda llegar a un acuerdo para un nuevo decreto.
-Pero entonces, si el decreto es mejorable y puede aprobarse otro, tal vez el voto en contra sí tenía un sentido.
-Es que yo no sé si hay mucho margen de mejora sin que empeores otra parte implicadas. Por ejemplo, el jueves el BNG se quejaba de que una parte de ese dinero se daba por población. Al día siguiente, había otras fuerzas políticas que se quejaban de que se tendría que dar más parte por población. Ese equilibrio es complicado. Es difícil que todos vean realizadas sus posturas al 100%, pero el decreto estaba bastante equilibrado y veo difícil mejorarlo. Lo que debería pasar es que mucha gente que votó en contra se dé cuenta del daño que ha hecho y se plantee rectificar. Y si esa gente se plantea rectificar estoy seguro de que podremos buscar una solución.
-¿El PSOE había acordado con Compromís un voto favorable previamente?
-Bueno, el Ayuntamiento de València ya tenía tomada la decisión de que si se aprobaba el decreto nos íbamos a acoger a él. De hecho, ya habíamos comunicado a los organismos autónomos que pusieran a disposición del Ayuntamiento sus remanentes para que pudiéramos acogernos al fondo.
- O sea, que ya se había acordado con Compromís.
-Sí, que si se aprobaba el decreto nos acogeríamos a él. De hecho, si se hubiera aprobado el decreto tan tarde como el lunes habríamos hecho un pleno extraordinario para hacer una modificación presupuestaria que nos permitiera acogernos al decreto. Por tanto, ellos eran conscientes de que el decreto era positivo para València. Sabían que nos habríamos acogido como gobierno y con el voto favorable de todos. Y esto es una cosa que tampoco debe sorprender. El propio vicealcalde Sergi Campillo lo dijo en el mes de agosto, que si al final el decreto era favorable evidentemente nos acogeríamos a él. Y lo era. Por eso sorprende que después se haya cambiado el paso. Pero bueno, la realidad es esa. Este lunes ya hay una instrucción a los organismos autónomos para que pongan a disposición sus remanentes en el plazo de tres días y eso solamente tenía un objetivo: podernos acoger al decreto.
-Se han visto intercambios de declaraciones muy duros por esto sobre todo en redes sociales dentro del gobierno municipal entre PSPV y Compromís. ¿Es un antes y un después en el Govern de la Nau?
-No creo que sea un antes y un después, pero yo creo que hay personas que tienen que replantearse determinados principios. No puede ser que los ingresos del Ayuntamiento solamente le preocupen a la mitad del gobierno, porque no creo que haya nadie que a la hora de repartir el gasto en el presupuesto quiera recortar en sus áreas o que quiera llevar adelante menos proyectos. Y claro, lo que no se puede es no participar de las soluciones y luego querer participar de los beneficios. Y yo creo que ha habido una oportunidad de participar de las soluciones.
-Si la situación no cambia, parece evidente que debe afrontarse ahora un presupuesto restrictivo. Es decir, recortes. ¿Qué áreas son más proclives a verse afectadas?
-Es que si nada cambia, es obligatorio que el Ayuntamiento de València acometa recortes porque los ingresos, según nuestras previsiones, van a caer y los ayuntamientos tenemos muy limitada nuestra capacidad de endeudamiento, aunque el Ayuntamiento de Valencia esté muy saneado. Por eso las fichas presupuestarias, que son donde los servicios nos exponen qué quieren gastar, ya se pidieron para 2021 con una previsión de reducción del 5%, que luego habrá que modular, porque hay áreas donde es más fácil realizar la reducción de presupuesto que otras. Eso es lo que define qué área se podría recortar más.
Tenemos aprobado un acuerdo de reconstrucción del que formaron parte todos los partidos menos Vox, y ahí se fijan algunas prioridades. El problema es que ese acuerdo de reconstrucción es muy difícil de llevar a cabo si tú tienes un presupuesto restrictivo. Prácticamente ningún servicio se va a poder librar de una reducción presupuestaria si no cambia el escenario. Por eso durante estas semanas insistimos en que era tan importante que se aprobara el Real Decreto y habrá gente que se dará cuenta cuando mire el presupuesto. De hecho, estoy seguro de que si, por ejemplo, Baldoví viniera al despacho de la Concejalía de Hacienda y le explicáramos los números, se daría cuenta de que le han engañado o de que no ha hecho lo correcto.
-Precisamente el diputado nacional de Compromís, Joan Baldoví, y el alcalde, Joan Ribó, dieron una rueda de prensa al día siguiente de que se tumbara el decreto hablando de que se podían introducir mejoras en el decreto para que se volviera a presentar y así apoyarlo.
-Cualquier persona que sea capaz de hacer los números se dará cuenta de que las mejoras son mínimas y se encontrarían con el empeoramiento de otras situaciones. Por ejemplo, si cogiéramos algún alcalde o alcaldesa de Compromís de un municipio más pequeño que València, con su propuesta, perderían dinero. ¿Entonces? Hay que ser consciente de que la realidad es bastante más diversa y este decreto permitía que València obtuviera 113 millones de euros si se aprobaba. De los cuales más de 70 se recibían entre éste y el año que viene.
Si tú me dices, ¿crees que [en Compromís] intentan marcar una posición de fuerza? Pues no lo sé. Arriesgarte a tener que hacer recortes, a perder más de 90 millones de euros, por poder ganar un espacio porcentualmente mínimo, sería una actitud de ludópata. No creo que ese sea el motivo. Creo que ahora son conscientes de que el presupuesto ha quedado en una situación muy delicada y el Ayuntamiento en una situación insostenible, por lo que intentan enmendar su error. Ojalá sea así y haya un cambio de actitud por su parte, pero evidentemente lo que proponían en esa rueda de prensa era posible hacerlo jueves, ya que el Ministerio propuso que se aprobara el Real Decreto y se tramitara como proyecto de ley para modificar aquellos puntos donde podía necesitarse un mayor acuerdo. Se podría haber aplicado el fondo de transportes, el destino del superávit o la regla de gasto. ¿Qué era lo que proponían que se hiciera entonces? Lo mismo que se proponía y votaron que no. No hizo falta ni 24 horas para que se dieran cuenta de la absoluta barbaridad que habían hecho.
- Ante el escenario de recortes, ¿tocarán algún impuesto?
- En principio, en el acuerdo de reconstrucción acordamos no aumentar los impuestos y esa es la línea sobre la que trabajamos, aunque vamos a un escenario muy complicado.
- Últimamente se ha visto a Ciudadanos muy predispuesto a pactar con el Consell medidas de reconstrucción, incluso un acercamiento en cuanto a propuestas para el próximo presupuesto. ¿Creen que es posible que haya un acuerdo para las cuentas en el Ayuntamiento?
- Es deseable. Si consiguiéramos hacer un presupuesto que refleja los puntos del acuerdo de reconstrucción, no solamente los partidos del gobierno deberíamos apoyarlo. Siempre es bueno, y más en estos momentos que intentemos ampliar los consensos. De hecho, lo lógico sería que todos hubiéramos apoyado tener más recursos en el presupuesto y luego que todos hubiéramos participado del reparto de esos recursos arreglo a un un marco de reconstrucción que ya estaba pactado.
- ¿Y sin los ahorros?
- En este marco también se puede hablar. Y evidentemente, con menos recursos. Ojalá pudiéramos conseguir que los presupuestos no fueran apoyados solamente por el Gobierno. Yo creo que sería un buen mensaje.
- Es usted también consejero de la EMT. La empresa ha vivido un año turbulento: un fraude, una caída de ingresos por la covid y ahora una huelga. Situaciones que generan dudas sobre su gestión.
- No es ningún secreto que ha habido problemas. Primero es que ha tenido una caída de ingresos muy importante a causa de la pandemia y por eso necesita necesita fondos. Y de hecho ahora tiene una póliza de crédito avalada por el Ayuntamiento para poder ir pagando nóminas. Además, tiene ahora una negociación pendiente de cerrar con los trabajadores y evidentemente esos problemas se tienen que solucionar y nosotros animamos a que se urja a solucionarlos, porque no es una buena noticia para nadie que haya una huelga en un servicio público. Las personas que tienen la responsabilidad para aportar esas soluciones, tienen que darlas. Cuanto menos se demore y cuanto más tranquila sea la situación de la empresa, mejor para todos.
- Hace un año que se produjo el fraude de cuatro millones y próximamente saldrán adelante las conclusiones de la comisión de investigación. ¿Se pedirá la dimisión o el cese del gerente de la EMT?
- El informe señalará lo que ha ocurrido y fijará responsabilidades. Y nosotros lo dijimos desde el primer momento: las responsabilidades que se deriven de la comisión de investigación serán vinculantes. Y creo que tienen que ser vinculantes para todos y especialmente para las fuerzas de gobierno, que deben tener una actitud de defensa de la buena gestión del dinero público.
- ¿Ha negociado el PSPV con Compromís la salida del gerente?
- Las responsabilidades se decidirán en la comisión de investigación. Es evidente que hay que asumir alguna responsabilidad después de lo ocurrido.
- Hablemos de Mestalla. ¿El gobierno local tiene confianza en que el Valencia CF quiere acabar el nuevo campo?
- No es una cuestión de confianza, es una cuestión de exigencia en el gobierno local. Y hay una determinación clara: se va a exigir a Meriton cumplir con las obligaciones que tienen y entre esas obligaciones está acabar el nuevo Mestalla. Por eso no es una cuestión ni de feeling, ni de sensaciones, ni de voluntades. Cuando una persona se compra una empresa, lo hace con sus derechos y con sus obligaciones. Yo soy valencianista y no entiendo el Valencia solamente como una empresa, pero hay que hablar en estos términos. Sobre todo porque hay quienes sí la entienden solamente como una empresa y tienen que asumir las obligaciones que tiene la sociedad.
Las consecuencias de no acabar el campo son muy negativas para el propio Valencia, porque le llevarían a perder decenas de miles de metros de edificabilidad de terciario en el solar del antiguo Mestalla. Y eso devaluaría la parcela. Entonces, el Valencia es el principal interesado en que se acabe el nuevo estadio y el propietario del Valencia tiene que actuar de manera diligente.
- En las operaciones inmobiliarias habitualmente hay cierta estrategia. ¿Cuál es la que ven que lleva el club?
- Ellos quieren una prórroga, pero nadie en esta ciudad defiende que se le dé más años para incumplir a la propiedad del Valencia, porque no hay actuaciones claras y se pide una prórroga sin hacer nada. Lo que piden son años para incumplir. Por no llevarlo al terreno de las sensaciones, hay que fijarse en los hechos: se pidió una reparcelación del Mestalla antiguo y ha tenido que caducar porque no han seguido las actuaciones que debían. Eso no es una sensación, es un hecho.
Hay otro hecho: hoy por hoy no hay una licencia pedida para acabar el estadio. Entonces lo que tienen que cambiar no son sólo las sensaciones, tienen que cambiar los hechos. Han de pedir una licencia para poder acabar las obras y se tiene que agilizar esa licencia para que en el plazo de esta temporada estén las máquinas trabajando en el nuevo Mestalla. Y ese es el único horizonte con el que trabaja el Ayuntamiento. Lo que no se van a dar es prórrogas para incumplir.
- ¿Les consta el interés de un fondo americano por las parcelas de Mestalla, publicado la pasada semana en Valencia Plaza ? ¿Conocen el proyecto?
- He podido leer y escuchar que hay propuestas. Pero como Ayuntamiento no entramos en esa operación porque se trata en todo caso de un acuerdo entre partes privadas. Si hay una empresa que quiere comprar el solar de Mestalla y el Valencia quiere venderlo, es un negocio entre privados y el precio de pacten es un precio entre privados. Es cierto que la operación de Mestalla está muy mal diseñada desde el principio, porque es una especie de cuento de la lechera en la que si vendes el estadio puedes hacer el estadio nuevo y mientras tanto la operación está bloqueada. Pero esa parte ya la conocían cuando llegaron a dirigir el club y el valor de los terrenos o la fluctuación del valor inmobiliario de unos terrenos no puede ser lo determinante para asegurar o garantizar el futuro del Valencia. La propiedad del Valencia no debería mirar el futuro del club con la imagen o desde una óptica inmobiliaria, porque si no va a ser mucho más difícil solucionar este problema.
Ojalá se cerrara la venta de la parcela del Mestalla y eso permitiera que el club tuviera fondos para afrontar de la manera más rápida la construcción del nuevo estadio. Estaríamos encantados, pero no es una solución que tenga que dar el Ayuntamiento. Ahí somos espectador. ¿De dónde no somos espectador? De la exigencia de cumplir los plazos de la ATE y de cumplir los compromisos.
-Bueno si existen ofertas y sucede que a los propietarios del club les resultan insuficientes y mientras se solicitan prórrogas cuando tienes las obras de un estadio detenidas desde hace 11 años... el Ayuntamiento de València algo tiene qué decir.
-Ellos son los que tienen que tener la decisión sobre si aceptan las ofertas en el caso de que las tengan. Si las tienen y son ofertas serias y rigurosas, o las aceptan o afrontan con recursos propios la finalización del nuevo Mestalla: tienen que elegir entre esas dos opciones, no pueden elegir entre la opción de acepto la oferta o espero eternamente a que venga la oferta que a mí me guste, que me dé el dinero que yo quiero y mientras tanto incumplo.