La reciente competencia de los países extractores, que se han lanzado a construir megarefinerías, impone un futuro marcado por los estrechos márgenes. En los últimos años ya han cerrado veinte plantas en Europa
CASTELLÓN. La multinacional BP Oil ha aprobado una inversión de 90 millones de euros en su refinería de Castellón que permitirá mejorar hasta un 20% su margen bruto de explotación. Así lo anunció este miércoles su director, José Luis García Galera, quien consideró que este proyecto es "fundamental" porque garantiza la sostenibilidad de la instalación a largo plazo.
El objetivo del proyecto, según detalló el responsable de la refinería, es garantizar la rentabilidad de la planta a largo plazo en un escenario marcado por una acusada reducción de márgenes en el sector del refino, particularmente en las instalaciones de este tipo en Europa. Según García Galera, las que no sepan adaptarse a esta coyuntura en los próximos años acabarán cerrando.
De hecho, según relató, en los últimos años ya han sido clausuradas veinte refinerías en Europa. El desencadenante de la caída de los márgenes es la fuerte competencia que plantean los países extractores, particularmente en Oriente Medio y Rusia, que utilizan los excedentes de caja obtenidos con la actividad de extracción para entrar en el sector del refino con la construcción de sus propias macroplantas para exportar a Europa.
Esa sobrecapacidad, advierte García Galera, aún se incrementará en los próximos años con la entrada de nuevos jugadores como Irán, sobre la que recientemente se han levantado las sanciones comerciales y que también planea inversiones en nuevas refinerías.
Con unos costes de mano de obra sensiblemente menores a los de los países occidentales y una regulación medioambiental mucho más laxa o prácticamente inexistente, estas instalaciones pueden colocar sus productos en Europa a costes menores que los de los productores locales, sometidos a una exigente normativa medioambiental y con costes salariales superiores.
Los 90 millones se destinarán a ampliar la torre de vacío de la refinería de Castellón. La mejora permitirá ahorrar costes en materia prima por la reducción de las exigencias de calidad y aumentar ingresos al elevar el valor añadido del producto resultante. La mejora del margen bruto que reportará se estima en un dólar por barril. En términos relativos, el incremento ronda el 20%, ya que el nivel que García Galera considera óptimo para mantener la rentabilidad de la instalación ronda los 5 dólares por barril.
La planta viene de un largo periodo de baja rentabilidad que incluso le llevaron a entrar en números rojos en dos ejercicios. "De 2009 a 2013 el margen nos cayó a niveles muy bajos, entre 2 y 4 dólares", explicó el directivo. En 2015, marcado por la caída de precio del crudo, mejoraron los márgenes en el negocio del refino. La planta de BP en Castellón elevó el suyo a 10 dólares por barril y recuperó la capacidad de generar caja, un hecho que ha sido fundamental para convencer a la matriz de la conveniencia de invertir para prepararla para lo que viene.
La previsión para el segundo semestre apunta a un margen ligeramente por encima de los 4 dólares por barril
De hecho, García Galera advirtió de que, tras un ejercicio que calificó como el mejor en la historia de la planta, la tendencia se ha invertido en mitad de 2016. La previsión para el segundo semestre apunta a un margen ligeramente por encima de los 4 dólares por barril. Pese a ello, la apuesta de la multinacional por la planta le hace ver el futuro "con optimismo".
Las obras para la ampliación de la torre de vacío comenzarán en septiembre y la previsión es que pueda entrar en servicio en el segundo trimestre de 2018, cuando se aprovechará una de las paradas técnicas que se realizan cada cinco años para conectar los nuevos equipos. Su construcción supondrá alrededor 1,5 millones de horas por empleado trabajadas.
Por otro lado, preguntado sobre cómo puede afectar el Brexit a BP, cuya sede central está en Londres, García Galera consideró que el impacto sobre la cuenta de resultados de la compañía será "mínimo", ya que la mayoría de sus operaciones se realizan en dólares.
El responsable de la planta, que cada año exporta 4,5 millones de toneladas a través del Puerto de Castellón y cubre el 85% de la demanda de combustible de la Comunitat, destacó que la actividad económica de la planta ronda los 120 millones de euros al año. Dentro se incluyen entre 50 y 60 millones en inversiones de mejora y mantenimiento, los costes fijos y variables y los impuestos municipales y autonómicos. En 2015 abonó pagó 4 millones de euros en impuestos tras facturar 4.560 millones.
En la actualidad emplea de manera directa a 469 personas y se calcula que contribuye a mantener 2.000 empleos inducidos. La mitad de la plantilla se ha incorporado en la última década.
Al margen de los 90 millones que destinará a la torre de vacío, la refinería va a invertir 30 millones de euros en dos proyectos medioambientales. Uno de ellos, cuya construcción ya está en marcha, es un nuevo almacén de coque en la dársena sur del Puerto de Castellón para comercializar este derivado del petróleo "en las condiciones más seguras".
García Galera subrayó el "compromiso" de la compañía por mantener "cero accidentes", por lo que desde el año 2000 ha invertido 188 millones de euros en mejoras medioambientales "que van más allá del cumplimiento de las obligaciones legales".