VALÈNCIA. El proceso de elección de director adjunto de audiovisual del Institut Valencià de Cultura (IVC) sigue siendo motivo de enfrentamiento entre algunos profesionales del sector. Fue el mismo viernes cuando la asociación Productors Audiovisuals Valencians (PAV) emitió un comunicado en el que criticó la supuesta parcialidad y falta de consenso en la comisión de valoración, un texto que, sin embargo, no fue unánime y, de hecho, ha provocado una gran fisura entre los asociados. Tanto es así que su presidenta, Giovanna Ribes, habría tomado la decisión de abandonar el cargo, una marcha que no ha hecho efectiva todavía. Así lo afirmó este jueves el director del IVC, Abel Guarinos, durante la presentación de la nueva edición del festival de mediometrajes La Cabina, en el que defendió la rotación entre las distintas asociaciones de productores en los procesos de selección llevados a cabo por el organismo. “Hay que recordar que su expresidenta, Giovanna Ribes, que dimitió el mismo viernes por la tarde porque no estaba conforme con ese comunicado, estuvo como miembro de PAV y CIMA en la elección de la dirección general en el año 2016, cuando yo me presenté”.
En este sentido, el director del IVC abogó por “quitar hierro” a las críticas tras la elección de Francesc Felipe, exasesor del conseller Vicent Marzà o responsable de las jornadas Promercat, como director adjunto del IVC y subrayó que no se trataba de una posición “unánime” de la asociación, algo que quedaría demostrado con la posible salida de Ribes de la dirección de la misma. “Es lícito que todas las personas, y las asociaciones, puedan hacer sus reivindicaciones y críticas. Afortunadamente es un crítica muy minoritaria, de seis empresas de Productors Audiovisuals Valencians (PAV), frente a cinco que no querían hacer la crítica, una multitud que se abstuvo [...] Se ha magnificado por seis responsables de empresas de una de las seis asociaciones".
La intrahistoria que ha derivado en estas declaraciones y la posible dimisión de Ribes se empezó a gestar el jueves pasado, un día antes de que el jurado se decantara por Francesc Felipe como nuevo Director Adjunto de Audiovisuales y Cinematografía. Si bien la comisión ya se había reunido el lunes para valorar los proyectos —tanto de Felipe como de la segunda candidata, Sara Mansanet (actual directora del festival La Cabina); y un tercer candidato del mundo de la comunicación cultural— no fue hasta ese día cuando el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana desveló los nombres y apellidos que propusieron las diferentes entidades.
La composición del jurado, que estaba pautada desde la publicación de las bases en julio, puso de manifiesto que las dos entidades elegidas como representantes del sector para proponer a un miembro, respectivamente, de la comisión, fueron la asociación de productores AVANT y la de actores y actrices AAPV. Por su parte, la Acadèmia Valenciana del Audiovisual nombró a otra productora que también formaba parte de AVANT, lo que molestó a las otras dos grandes asociaciones de productoras, AVAPI y PAV.
Durante la jornada del jueves se intentó llegar a un consenso para recoger diferentes reivindicaciones que acumulaban las asociaciones en otro año de caos con las ayudas y la paralización de la comunicación fluida con el IVC desde que, en abril, Jose Luis Moreno tuviera que desdoblar sus funciones hasta que tuviera relevo. Sin embargo, entró una componente más ideológico que empezó a quebrar el consenso: la crítica de algunas productoras de PAV sobre que hubiera miembros de instituciones culturales catalanas y baleares.
La inclusión de estos perfiles forma parte de este tipo de procesos desde la entrada del Botànic y la firma del Pacte de Palma entre las tres consellerias de Cultura, además de reflejar la creciente colaboraciones entre los ecosistemas de las comunidades autónomas en materia de co-producciones. La cuota de estas representantes, además, no invadía los puestos reservados para la industria.
El viernes por la mañana, en grupos políticos de la derecha se empieza a difundir el argumentario de que la Conselleria de Cultura estaba reservando puestos a miembros del audiovisual de estas comunidades autónomas en vez de atender a la pluralidad de asociaciones de productoras, algo que acabo espesando aún más el complicado consenso. Además, a vistas de que esa misma tarde habría una conclusión firme del proceso, y por tanto, no tendría recorrido las exigencias del comunicado acabo descarrilando el escrito, que no solo acabo firmado por una única asociación, sino que dentro de esta no había siquiera unanimidad.
Con todo esto, el escrito se difundió en cuanto se publicó el nombre de Francesc Felipe como nuevo director adjunto, pidiendo la dimisión tanto de la consellera Raquel Tamarit como del secretario autonómico Ximo López. No ha habido ni reacción oficial ni consecuencias, más allá de lo dicho por Abel Guarinos hoy.