VALÈNCIA. El Ayuntamiento de Buñol celebró el jueves un pleno extraordinario monográfico sobre la situación de la calle Moratín tras el derrumbe de un muro del pasado 31 de agosto que obligó a desalojar a los vecinos de seis casas.
La alcaldesa de Buñol, Juncal Carrascosa, insistió en que el Ayuntamiento "ha puesto todos sus medios desde el primer minuto, de los técnicos, de la brigada y de la policía local, y después de todo el área de contratación para llevar a cabo las obras necesarias por urgencia". Además, anunció que el lunes habrá una nueva reunión de los vecinos en la que participará el ingeniero para informarles de los trabajos que se van a desarrollar.
En el mismo pleno compareció Rafa Pérez, concejal de Urbanismo, quien aseguró que "nadie podía prever que el derrumbe iba a ocurrir", y explicó de manera gráfica las obras que se van a acometer para asentar el muro, y hacer más amplia la calle Moratín y eliminar los riesgos de nuevos derrumbes. Serán cerca de 700.000 euros de coste de las obras, unos trabajos que aseguró que "estarán vivos continuamente, en el sentido de que puede haber cambios en cada momento según las circunstancias que se vayan encontrando".
Juncal Carrascosa anunció una comisión informativa para hacer un seguimiento de todo lo que acontezca, y Rafa Pérez aseguró que se van a pedir los informes técnicos necesarios para saber las causas del derrumbe, que hoy día se desconocen a ciencia cierta.
El Ayuntamiento de Buñol hará una valoración de las viviendas en cuanto se pueda acceder para ver posibles daños estructurales. Las obras durarán en torno a tres meses, la calle pasará de 3,7 metros de ancho a 7,8 metros, y al final de la calle habrá un estrechamiento a los 6,5 metros.