CAFÉ LICOR, EL DE ALCOI

Café licor: el Red Bull de l'Alcoià

No da alas, pero tampoco taquicardia, dicen. O al menos no tanta como ciertos cortados de bar. El licor café es alcohol, cafeína y tradición.

| 25/10/2024 | 4 min, 36 seg

«Són moros i cristians que el café fa germans», contó el cantautor Ovidi Montllor en 1991. «El plis-plai i la mentira mos refresquen la tira, / Cerol, Pastor i Olcina! / Vixca el Café! Vixca!», grita un himno festivo que no dudó en incluir marcas comerciales en el imaginario festivo de Moros i cristians. Para situarnos en los orígenes del café licor —que no licor de café— hay que viajar hasta finales del siglo XIX. El periodo finisecular fue, para Alcoi, una época de febril y fabril actividad: alcohol y sobreproducción siempre han ido de la mano. 

En aquella época, el Serpis corría turbio, alterado por los batanes y los vertidos de las factorías. Máquinas de cardar, selfactinas, telares Jacquard y husos atronan en hasta los pies de la sierra Mariola. Progreso, sí, pero también malestar laboral. En la prensa obrera se anunciaba una bebida dulce, que teñía las lenguas y llegaba incluso a quebrársela. El licor café entraba en fase de comercialización, pero la bebida no era nueva: el pasado musulmán de la ciudad la enlaza con el consumo del café, su adulteración con aguardiente erz cosa cristiana.

La prensa oficial de la industrialización alcoyana recoge un artículo del médico Antonio Tormo Femenía en la que desgranaba las terribles consecuencias de abusar de la bebida local. Los operarios bebían para rendir y evadirse. Los turnos eran largos, muchas veces nocturnos y gélidos. En ese contexto surgía la oportunidad de negocio: la venta ambulante de café. De entre la oscuridad surgían vendedores con grandes termos calientes. Cafeína por un céntimo para aguantar. Con el tiempo, la economía doméstica se impuso, y los trabajadores se llevaban de casa su propio café, una petaca con anís, aguardiente de caña, ron o coñac, bocadillos y otros refrigerios —lo que hacemos todos después de la crisis del ladrillo, somos seres pegados a una fiambrera, un móvil y una esterilla de yoga—.

Como era de esperar, por aquel entonces ni las normas de prevención de riesgos laborales ni las propiedades de conservación del calor de los envases térmicos eran gran cosa: el café adulterado se enfriaba rápido. Aparecía así un nuevo sabor que al principio no gustaba, pero que tras un par de colpets —sustantivo propio de la jerga del café licor, algo así como un par de tragos rápidos— se pasaba de ser repugnante a placentero. Había nacido el gusto adquirido.

En los años 20 del siglo XX se instaura en la ciudad el gremio de fabricantes de café licor (y otras bebidas espirituosas) con el firme propósito de erradicar el comercio clandestino de alcohol. Con el avance de los años avanzó el precio de una bebida, que en su origen, era propia del lumpen. Con el salto a los años setenta el mercado se inunda de marcas: hay entre quince y veinte empresas de café licor, una caterva de etiquetas que unos años después derivó en una operación de compra por parte de Licores Sinc, que se convirtió en la más importante de la Comunidad Valenciana.

Años 90. Conselleria d’Agricultura i Pesca de la Generalitat Valenciana. El organismo público establece la Denominación Específica para el café licor. Le llama aperitiu café, nombre que unos años después transforma en aperitiu café d’Alcoi. El café licor está de moda: ferias gastronómicas, encuentros culturales, ferias turísticas, reconocimientos europeos… Nuevas mezclas, nuevas variedades, un mismo origen.

Los mil nombres del café licor

L’aperitiu café fue la denominación aprobada por a Conselleria d'Agricultura i Pesca de la Generalitat. Ese mismo nombre, pero con d’Alcoi en el nombre es el oficial de la denominación de origen. Cuando le llaman café gelat, es el nombre histórico de aquellos años del café de termo frío.

Ahora bien, hay unas cuantas cosas que se pueden hacer y beber con el café licor: burra es sinónimo de plis-play (cocacola con café licor). Con hielo y más cocacola es burret o burreta. Negreta es con cerveza y barraqueta con horchata. Mentida o mentideta es la mezcla de  mezcla de café licor y granizado de limón o agua de limón. Hay mentiras blancas, negras y de honor.  Un burret al limón mezcla el café licor con refresco de limón. El butanito lleva bitter sin alcohol. El Xinet es golosón: incluye batido de vainilla. El chocolatero aún más: el café licor se sirve con dos tercios de batido de chocolate y se monta en un vaso de tubo con una corona de nata montada y un barquillo. Aquellos que no temen por la salud de su corazón mezclan café licor con bebida energética (de perdidos al río).

Un poco de vocabulario: el tast de lo negre se traduce por ‘consumo de café licor', actividad principal en la filà. La filà es la comparsa de moros o de cristianos y el local festero. Un 'colpet' es la medida de todas las cosas, la unidad básica del café gelat.

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