VALÈNCIA. "No, rotundamente no, cobraremos por depósitos a los particulares. No hemos cambiado de opinión y no cambiará en ningún escenario. Otra cosa es a nuestros clientes empresariales, que entienden que les cobremos porque la liquidez excedentaria ahora tiene un coste". Así respondía el pasado 31 de octubre Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank (CABK), a preguntas de los periodistas durante la presentación de los resultados de los nueve primeros meses de 2019 de la entidad domiciliada en València.
Y tres más tarde el 'número dos' de CABK volvió a reafirmarse en sus palabras: "No hay ninguna novedad y no vamos a cobrar comisiones a los clientes particulares. Queremos seguir incentivándolos para que se vinculen con nosotros porque tenemos las mejores condiciones de vinculación. Además vamos a seguir incentivando a los clientes no vinculados para que lo hagan y la política de no cobrar comisiones juega un papel importante". Lo hacía ayer viernes durante la presentación de los resultados del pasado año, que arrojaron una reducción del 14,1% del beneficio por los costes del ERE hasta los 1.705 millones de euros. Sin el impacto del acuerdo laboral, que en términos netos la entidad lo fijó en 685 millones, hubiera obtenido un beneficio de 2.390 millones, es decir, un 20,4% más.
Previamente Jordi Gual, presidente de CaixaBank, comenzó la presentación reconociendo que 2019 "fue un año muy exigente para el negocio bancario, que supimos dar respuesta con la mejor manera de hacer banca comprometidos con nuestros clientes y la sociedad". Asimismo se mostró confiado en que el brote del coronavirus "esté pronto bajo control"; mientras recordó la importancia de "promover políticas estructurales de reforma" como viene reclamando el Banco Central Europeo (BCE).
De puertas adentro pidió al nuevo Gobierno del PSOE y Unidas Podemos políticas favorables a la confianza y la creación de empleo para reducir la tasa de paro porque "se mantiene demasiado alta". Bien es cierto que Gual no quiso meterse a político para apuntar las medidas que debería tomar el Gobierno pero insistió en la necesidad de adoptarlas para "dar estabilidad al país". Sin embargo, recordó que "por suerte" España opera en el entorno de la Eurozona, que marca las pautas en términos como el déficit presupuestario.
"Es bueno que la Comisión Europea y las instituciones comunitarias mantengan cierta vigilancia de la senda de consolidación fiscal que España no debe abandonar, puesto que tenemos un alto nivel de deuda pública", advirtió el presidente apuntando que esta senda puede ser compatible con las medidas de desarrollo económico y social que plantee el Gobierno y ha apostado por combinar "eficiencia y equidad".
En otro orden de cosas Gual recordó la coyuntura actual de bajos tipos de interés -negativos para la banca- a la "que no nos queda otra que adaptarnos donde la prudencia nos hace actuar como si los tipos se mantuvieran de forma indefinida, aunque es de esperar que más tarde o temprano vuelvan a subir". En este sentido añadió que esta situación junto con una demanda de crédito moderada "es un fuerte viento de cara para la actividad bancaria".
A su juicio, "los tipos de interés seguirán como están hasta mitad de 2021 y de forma suave luego comenzarán a subir hasta 2024 y pasarán del 0%" pero eso sí recordando que esto cambia "día a día"; como también recordó que -además de los tipos- el sector se enfrenta a otros factores como las fintech, bigtech, incertidumbre geopolítica...
El máximo responsable de CABK apostó por el crecimiento orgánico, tal y como lo recoge el plan estratégico en vigor de la entidad hasta 2021, y no crece a través de operaciones corporativas. "Tenemos el tamaño, la diversificación y la presencia territorial que nos permite competir y tener éxito en este cambiante negocio bancario. Las distracciones de fusiones no nos interesan". Un Gual que volvió a ser preguntado por si contemplan la posibilidad de volver a instalar la sede social en Cataluña a lo que respondió que "el consejo de administración tomó una decisión en su momento sin poner ninguna condición y fue la que fue".
El presidente también fue preguntado por la marcha descendente de la cotización del banco en bolsa, a lo que respondió que "seguimos dando una rentabilidad por dividendo excelente y confiamos que estos resultados y nuestra demostrada solidez van a darnos excelentes resultados en bolsa en 2020".
Por su parte, Gonzalo Gortázar fue desgranando los números cosechados por CaixaBank en 2019. Un año "con tres grandes hitos: gran éxito desde el punto de vista comercial, profunda transformación del grupo y mejora de la fortaleza y calidad del balance manteniendo unos adecuados niveles de rentabilidad".
El CEO de la entidad explicó que alrededor de unos 5.000 trabajadores han salido desde 2014 a través de planes de bajas voluntarias, si bien también se ha contratado a unos 2.000 jóvenes en Barcelona y alrededores con el objetivo de rejuvenecer su plantilla. Lo hizo incidiendo en que el grupo ha dado salida a los trabajadores de edad más avanzada, aunque también ha contratado a más jóvenes y ha creado nuevas líneas de negocio y servicios.
En ese sentido manifestó que CABK tiene una visión "muy positiva" sobre la renovación de la plantilla y que no se prevén nuevas reducciones de personal al margen de este plan de desvinculaciones voluntarias incentivadas abierto en enero. "CaixaBank es una organización muy viva" dijo. Actualmente la plantilla del banco está integrada por 35.736 empleados -1.704 menos respecto a 2018-, y una red de 4.595 oficinas -508 menos-.