La recuperación económica puede ser más lenta y pausada de lo esperado, a no ser que inviertan asumiendo, al menos, una serie de riesgos
VALENCIA. La semana pasada se reunieron los ministros de Finanzas y los responsables de los bancos Centrales del G20, preparando el encuentro de finales de año de los Jefes de Estado y de Gobierno. En la misma manifestaron su tranquilidad respecto la situación económica internacional, aunque me temo que más que tranquilidad es tensa espera ante los posibles nubarrones económicos que acechan al mundo.
El G20 este heterogéneo grupo de países, líderes mundiales y regionales, conformado por el G8, los BRICS, los MINT, la UE, etc. a los que acompañan varios países invitados entre ellos y de forma permanente España, es un foro donde esas grandes potencias miden sus debilidades y fortalezas dentro de la escena internacional, para intentar mantener de forma sostenible el crecimiento y la estabilidad mediante la mejora de la gobernanza económica, y así también minimizar los daños resultantes de la feroz competencia a escala global.
Una de las conclusiones que ha ocupado muchos titulares ha sido el compromiso a evitar una guerra de divisas, esto pone de manifiesto la vital importancia del sector financiero en la economía mundial, que en muchas ocasiones parece lo único importante, cuando este subsistema, por el que se posibilitan los flujos de ahorradores a inversiones y el intercambio comercial, debe ser una pieza más que ayude al sistema económico y no un lastre como parece en ocasiones.
Este temor a un conflicto cambiario surge como consecuencia de dos acciones (una presente y otra futura) de política monetaria de las dos mayores potencias, China ha devaluado su moneda, el Yuan, este verano con intención de reactivar su economía mediante las exportaciones, y según parece las autoridades USA van a subir los tipos de interés del Dólar
Pero a las dudas sobre la economía China cuya desaceleración afecta a la locomotora europea -Alemania- (su principal exportador) y por lo tanto a toda la UE, se añade la convicción de Standard & Poor's (al bajar su calificación a bono basura) sobre las serias dificultades que está atravesando otro de los BRICS, Brasil, al sufrir importantes desajustes presupuestarios y una seria crisis política, que ha obligado a Lula da Silva a volver este verano al primer plano de la política para defender a su sucesora, la actual presidenta Dilma Rousseff, situación que afecta a los intereses españoles muy directamente.
Además, la bajada de los precios de las materias primas en general ha perjudicado a países en desarrollo, incluso a áreas geopolíticas enteras como la iberoamericana. Por ejemplo, y en concreto, hay una serie de economías que van desde la Rusa a la Venezolana, pasando por Noruega, Canadá, Nigeria, etc. están siendo muy perjudicadas por la caída continuada y mantenida del precio del petróleo, bajada producida por múltiples factores, no sólo por la aparición del crudo y gas de esquito, sino también por la vuelta a la comercialización del crudo iraquí (aunque este verano haya tenido una disminución), la menor demanda china o el mantenimiento de la producción de los grandes productores de la OPEP.
la bajada de los precios de las materias primas en general ha perjudicado a países en desarrollo
A pesar de que se espere (como antes hemos dicho) desde antes del verano a una posible subida de los tipos de interés por la Fed (reserva Federal USA), que pondría fin a su política monetaria expansiva (el QE3 tercer plan de estímulo finalizó en el otoño pasado), no se ha producido todavía, y aunque algunos expertos creen que no debe tardar, hay opiniones de todo tipo dado que los índices económicos de la recuperación estadounidense no son tan solidos como las autoridades creen necesario, y habrá que esperar a los últimos datos de inflación, salarios, consumo, PIB, etc para que la reunión de este organismo federal decida la normalización de los tipos de interés mediante su subida, por ejemplo en su próxima reunión a mediados del mes de septiembre.
Por eso, los que están pensando en posicionarse en los mercados dadas las bajadas de los valores y el buen precio de ciertos activos en una perspectiva más inversora que especulativa deberían ser prudentes, pues la recuperación existente puede ser más lenta y pausada de lo esperado, a no ser que inviertan asumiendo, al menos, los elevados riesgos citados.