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el billete / OPINIÓN

Calviño no se había enterado

12/09/2021 - 

Menos mal que vino Calviño al día siguiente, porque la visita del presidente catalán, Pere Aragonès, a Ximo Puig el miércoles fue tan poco fructífera como aquella de Puigdemont hace cinco años cuando fue recibido con todos los honores porque significaba acabar con la "desconexión" política entre los dos territorios hermanos, y a lo más que se llegó fue a un acuerdo de reunirse ambos presidentes cada seis meses que no se cumplió. La desconexión ha durado cinco años más.

De aquella histórica cumbre salió también un acuerdo para constituir una comisión conjunta de seguimiento de las obras del Corredor Mediterráneo, que para Cataluña no es una prioridad porque su parte ya está prácticamente acabada, y otro para que TV3 y À Punt se pudieran ver en el territorio hermano, cosa que tampoco se ha conseguido y que, dicho sea de paso, a la televisión que dirige Alfred Costa no le conviene nada porque tiene muchos menos medios y mucha menos audiencia que TV3, y solo le falta que le pongan un hermano mayor a chuparle televidentes y, sobre todo, ingresos publicitarios. En el asunto de la reforma de la financiación autonómica Puig pinchó en hueso porque Puigdemont no quiso comprometerse a ayudar a los valencianos en esta reivindicación. 

Los resultados del encuentro de Puig y Aragonès parecen un calco de los de hace cinco años, declaración de intenciones sobre el Corredor Mediterráneo, pacto de reciprocidad televisiva y puesta de perfil del presidente catalán en el asunto de la financiación. Para ir ganando tiempo mientras alguien arregla lo de las teles —decían que la culpa era del PP—, pactaron la "reciprocidad" de À Punt y TV3 en sus apps —que en la app de cada una se pueda ver la otra—, cosa que tampoco se hará porque no hace ninguna falta, ya que los catalanes que quieren ver À Punt en su móvil puede hacerlo abriendo la app de À Punt y los valencianos que quieren ver TV3 sólo tiene que abrir la app de la Televisió de Catalunya.

Foto: EDUARDO MANZANA

Tan poco relevante fue la visita de Aragonès a València, que las televisiones de ámbito estatal apenas se hicieron eco —tal vez, si se hubieran metido con Ayuso...—, ni las cadenas nacionales de radio vieron el momento, ni los periódicos editados en Madrid le hicieron hueco en la primera página. Ni siquiera los principales diarios de Barcelona, con el cariño que les da Puig, tuvieron a bien meterlo en portada, aunque fuera un destacadito entre lo del aeropuerto de El Prat y el informe sobre el uso de patinetes en la ciudad condal.

Además de los diarios valencianos, el único que llevó lo de la financiación a la portada del jueves, pero no por la cumbre catalano-valenciana, fue El País, con el siguiente titular: "La España vacía se enfrenta a la España rica por la financiación". Quien escribió "rica" debía estar pensando en riqueza poblacional, pues ni es rica Andalucía —segunda autonomía más pobre de las 17 en términos de PIB/per cápita—, ni Murcia —quinta— ni la Comunitat Valenciana —sexta—, y puede que no lo sean en parte por el deficiente sistema de financiación autonómica del que se benefician CCAA despobladas y ricas.

Menos mal que vino Calviño al día siguiente y borró el triste recuerdo de Aragonès con una intensa jornada en la que nos hizo ver lo despistados que andan en Madrid con el asunto de la financiación autonómica. La vicepresidenta primera demostró cintura cuando, tras meter la pata a la hora de comer, dejó a un lado buena parte del discurso que llevaba preparado y se despidió de los políticos y empresarios valencianos en la Noche de la Economía con el reconocimiento de que había captado el mensaje de preocupación por este asunto. Presumió de que los miembros del Gobierno recorren las CCAA para conocer los problemas de cada lugar y recordó el compromiso del Ejecutivo de abordar la reforma de la financiación antes de fin de año con la presentación del ya famoso "esqueleto" a cargo de su compañera la ministra Montero.

Foto: KIKE TABERNER

La sorpresa de Nadia Calviño parecía real, pero resulta chocante. Es como si viajara a Murcia y descubriera que allí está muy preocupados por la situación del Mar Menor. ¿Tan alejados están de la realidad autonómica? Cabe esperar que la próxima vez que la vicepresidenta opine sobre el asunto de la financiación no repita que todas las CCAA "tienen la sensación" de estar mal financiadas, porque eso puede ser cierto, lo de la sensación, pero los datos son incontestables. ¿En serio Revilla cree que Cantabria está mal financiada?

El debate sobre la financiación autonómica vuelve a coger vuelo y parece que va adelante la convocatoria de otra manifestación que puede ser un hito en la actual democracia valenciana si, además del PPCV de Mazón, se suma el PSPV con Puig a la cabeza, cosa que no hizo Bonig en 2017 cuando gobernaba Rajoy.

Coge vuelo a pesar de la errónea estratagema de Puig para desviar la atención sobre el verdadero problema financiero de los valencianos, que no es si Ayuso sube o baja los impuestos. El otro día entrevistaron a María Jesús Montero en RNE. Le preguntaron por casi todo, incluso por materias ajenas a Hacienda, pero se olvidaron de la reforma de la financiación autonómica. El foco del debate autonómico lo pusieron en el impuesto a los madrileños que Puig dice que nunca propuso en aquel desayuno en la capital y sobre el que, al parecer nunca se explayó cuando mi colega Dani Valero le preguntó qué era eso al escuchar lo que todos, en la sala o por streaming, creímos haber escuchado. Lo que demuestra que la maniobra de Puig fue todo un éxito.

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