VALÈNCIA. (EP) El presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), José Manuel Campa, ha subrayado que el papel del sector bancario en la transición ecológica es la canalización de financiación y, sobre todo, la evaluación de riesgos en la misma, y ha advertido que "realizar política industrial" a través de la banca podría generar una "inestabilidad financiera" que no contribuiría a la economía sostenible.
Así lo ha sostenido en la conferencia '¿Debemos financiar la transición hacia la sostenibilidad? ¿Cuál es el papel de la normativa bancaria?', que ha impartido este jueves en el marco de la XI Jornada del sector bancario español, organizada por el Institut Valencià de Finances y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). Han participado también el director adjunto del Ivie, Joaquín Maudos, y del director del IVF, Manuel Illueca.
El presidente de la EBA ha destacado que el sector bancario toiene un "prisma sectorial y geograficamente limitado", mientras que el cambio climático "afecta a todos los sectores" y es global. Ha remarcado el papel de liderazgo de la Unión Europeo ante la transición ecológica a través de su Ley del Clima y la estrategia 'Fit for 55'. Con ello, ha expuesto que el sector tiene liquidez y solvencia y está en una buena situación de partida con la que debe "contribuir" desde "sus tareas".
Campa ha resumido el papel de la banca en la transición sostenible en dos aspectos: la canalización de la financiación y en análisis de la misma. Ha señalado que es necesaria una reasignación de recursos que debe articularse desde varios lados, tanto el sector financiero como el mercado, y una parte "importante" a través del sector público, como también desde la captación de recursos propios. Del mismo modo, ha indicado que se deben analizar los riesgos productivos y económicos de esta transición, y que "esa sí" es la labor del sector bancario.
En ese sentido, ha lamentado que "a veces se confunde" que hay una política industrial que tiene que realizarse" y que debe desarrollarse desde la sociedad, a fin de proveer los incentivos adecuados para que "los proyectos resulten suficientemente atractivos y rentables para que la canalización de la financiación sea atractiva". Esta política "se está realizando muy activamente" pero debe "realizarse más".
"Corremos un riesgo cuando hablamos muchas veces de la contribución del sector financiero que es que pensemos que a través de la catalización de financiación hagamos política de cambio climático y sostenibilidad", porque el objetivo del sector es "analizar bien los riesgos" y, si no lo hace, se puede generar un "problema de inestabilidad financiera" que no hará la transición "más fácil", ha advertido.
Campa ha explicado el plan de trabajo que trazó la EBA en 2019 para los próximos años, hasta 2025, y que se revisó el año pasado para "hacer el doble en la mitad de tiempo". Esta hoja de ruta pasa por la regulación de requerimientos mínimos exigibles a la banca, disponer los requerimientos adicionales del supervisor y un tercer pilar, el de transparencia, que consiste en exigir a los bancos determinada información del riesgo climático en sus carteras.
En ese sentido, ha indicado que el ratio de activos verdes entre las grandes y medianas empresas es del siete por ciento, similar a la composición del PIB europeo en actividades verdes.
Asimismo, Campa ha señalado que existe "una percepción"d e que hay más capacidad de captar fondos con deseo de invertir en proyectos que faciliten la transición del cambio climático que proyectos para invertir", por lo que se deben "buscar mecanismos que fomenten la capacidad de demanda". Ha citado como ejemplos la emisión de bonos verdes. "La visión que tenemos es que eso debe ser política medioambiental, no financiera" y que el sector debe "acompañar esas políticas que se realicen en las industrias subyacentes", ha agregado.
Con todo, espera que en los próximos años los bancos mejoren en su capacidad de gestión, de medición, su información y de identificar los proyectos sostenibles, "pero no es un trabajo que vamos a conseguir que los bancos hagan por la sociedad" sino "un trabajo que la sociedad tiene que hacer", ha insistido.
Preguntado por si conviene la fusión de bancos para diversificar riesgos ante un cambio climático que afecta de forma distinta a los diferentes países, ha señalado que "existe poca diversidad de riesgos" en el sector europeo y que "la mayoría sigue estando en manos de entidades nacionales dentro de un país", una cuestión a mejorar, pero ha remarcado que las fusiones deben hacerse siempre con "lógica económica" y no "fusionarse por fusionarse".