El Banco de Canadá ha empezado a reducir sus compras de activos semanales en un 25%, una maniobra muy debatida desde principios de año
MADRID. El Banco de Canadá (BoC) se adelanta: ha empezado a reducir sus compras de activos semanales en un 25%, una maniobra conocida como tapering muy debatida desde principios de año. Aunque el mundo entró en la crisis de la covid-19 de forma más o menos simultánea, la salida no será sincronizada. Algunos países están saliendo más rápidamente y recuperándose de forma más robusta que otros por diversas razones, desde un mayor éxito en la contención de la pandemia hasta el tamaño de los paquetes de estímulos fiscales o el ritmo de las campañas de vacunación. Tras la decisión del BoC, la atención ha pasado a centrarse rápidamente en Australia y Nueva Zelanda, dos países que también podrían empezar a reducir gradualmente sus compras de activos.
¿Quién será el siguiente? ¿Y por qué es mejor empezar con el tapering antes que después? En un discurso pronunciado el pasado 23 de marzo de 2021, Toni Gravelle, subgobernador del Banco de Canadá admitió que "para finales de abril de 2021, la tenencia de bonos del gobierno canadiense representará, de lejos, el componente más grande de nuestro balance".
Aunque esto no tendría por qué ser inusual en sí mismo, las compras de activos destacan por otro motivo. Las compras de bonos del Gobierno de Canadá realizadas desde el pasado mes de marzo suponen algo más del 35% del volumen total de bonos gubernamentales canadienses en circulación. Como muestra nuestro Gráfico de la Semana, el porcentaje de deuda gubernamental en manos de sus respectivos bancos centrales varía bastante.
La comparativa también sugiere que los rumores del mercado que apuntan a que el banco central de Australia (RBA) será el siguiente podrían ser prematuros. El RBA solo mantiene en su balance un 19% de bonos del gobierno australiano, menos de la mitad que en el caso del BoC. Además, los datos de esta semana indican que la inflación media se sitúa en torno al 1,2% interanual, un porcentaje muy inferior al objetivo del RBA de entre el 2% y el 3%. Por el contrario, el BoC está mucho más cerca de su objetivo del 2%, ya que la inflación media ronda el 1,9%.
En cuanto al banco central de Nueva Zelanda (RBNZ), ya ha empezado a reducir gradualmente sus compras de activos, aunque de manera implícita. La ampliación del programa de expansión cuantitativa (QE) puesto en marcha en marzo de 2020 contempla inyectar hasta 100.000 millones de dólares neozelandeses (NZD) hasta junio de 2022. Sin embargo, el RBNZ solo ha inyectado 43.000 millones hasta la fecha. El Banco de Inglaterra (BoE) también está en buena posición para reducir las compras de su programa de QE; de hecho, necesita hacerlo para mantenerse dentro de sus parámetros. Sin embargo, Reino Unido acaba de iniciar su desescalada, por lo que es posible que los datos de inflación aún tarden en repuntar. En lo que se refiere a la protección del empleo, tanto Reino Unido como Nueva Zelanda lo han hecho incluso mejor que Canadá.
En la matriz de toma de decisiones, convendría prestarle una atención especial a la tenencia de bonos soberanos por parte de los bancos centrales, puesto que podría influir en la velocidad a la que reducirán sus compras de activos: cuanto más alto sea el porcentaje, más probable será, en nuestra opinión, que el banco central se decida a empezar a reducir, incluso aunque las cifras de inflación no lo justifiquen. El BoC ha indicado que esta cuestión ha influido en su decisión y también podría hacerlo en el caso del RBNZ y el BoE.
Para los mercados de divisas, el debate sobre el tapering implica que los diferenciales de tipos de interés, que muchos pensaban que ya no eran relevantes, vuelven a serlo. Por eso, ser capaces de identificar los factores que podrían fomentar la decisión de iniciar el tapering resultará crucial.
Equipo de Análisis de DWS