Titzina Teatro propone un thriller sobre la amnesia y el subsuelo
La Sala Russafa programa Búho, de la atípica compañía catalana, que estrena obra cada dos o tres años
VALÈNCIA. El mes de febrero, Sala Russafa acoge y exhibe el talento de la escena autonómica, con propuestas dentro de la programación para adultos, escolar y familiar que ponen su mirada en creadores consolidados, pero también otros más jóvenes. Los textos de Carles Alberola, Iria Márquez o Guadalupe Sáez, entre otros, subirán al escenario. El primer día del mes, el centro acoge la última sesión del ciclo de lecturas dramatizadas, Arden, tres décadas de teatro que recupera una parte de la producción artística de la compañía fundadora y gestora de Sala Russafa, que en primavera cumple 30 años. Para arrancar la celebración de este aniversario, ha coordinado con los estudiantes y profesorado de la línea formativa del centro un repaso a las obras que han marcado diferentes etapas en su trayectoria.
El 1 de febrero podrá verse Troya – La conquista de la felicidad, una pieza escrita por Chema Cardeña, con dirección de Raquel Ortells e interpretada por el alumnado de uno de los dos grupos del ‘Taller de interpretación grado medio’, que cierra una programación con otras tres sesiones. Antes, el 31 de enero, será el turno de El ombligo del mundo, dirigida por José Zamit y con un elenco compuesto por el segundo de los grupos del mismo taller. El 30 de enero, los dos grupos del ‘Taller de iniciación al teatro’ darán vida a escenas de piezas como Contratiempos, El banquete, La reina asesina, El idiota en Versalles o Matar al Rey, entre otras, dirigidos por Zamit y Ortells. Mientras que el 29 de enero, Iria Márquez dirige al alumnado del ‘Taller de teatro avanzado’ en la comedia de enredo Las rameras de Shakespeare.
Tras esta programación especial vendrá el XIV Cicle de Companyies Valencianes, que extenderá su programación hasta mayo. Del 6 al 9 de febrero ofrece la tragicomedia La decisió de Lola, una producción de Elcoshow. Carme Juan se mete en la piel de su protagonista, una mujer que acaba de matar a su esposo, quien yace sobre el escenario. El público podría pensar que es una villana, pero cuando empiece a conocer la historia de esta mujer, inspirada por los relatos recogidos a lo largo de los años de amigas, familiares y conocidas del autor y director, José Warletta, seguramente cambiará de opinión. Lola relata su vida trágica con humor, recordando anécdotas que tan pronto despiertan la carcajada como la conciencia ante la violencia de género en una comedia que anima a reconocer el valor y la fuerza de muchas mujeres que aún están a tiempo de despertar de su pesadilla para empezar a soñar.
Del 13 al 16 de febrero, Sala Russafa acoge la presentación al público de Stellae, el nuevo espectáculo creado por Iria Márquez dentro de su compañía Vivirei. Un proyecto que se desarrolló en el contexto de la quinta edición del ‘Laboratorio Ínsula Dramataria - Josep Lluís Sirera’ del Institut Valencià de Cultura, celebrada en 2022. La obra invita al público a asomarse al año que una familia pasa en un pequeño pueblo, donde uno de sus miembros va a trabajar en un observatorio astronómico. A través de cuatro momentos clave de la jornada, durante un desayuno, una comida, una merienda y una cena celebrados a lo largo de esos 12 meses, se trasluce la profunda transformación que van viviendo la madre, el padre y la hija adolescente. Alternando la comedia con el drama, la trama va poniendo el acento en el valor de la comunicación humana, de los pequeños detalles y palabras que anclan a los personajes entre sí, como planetas y satélites dentro de la galaxia.
La tercera propuesta del ciclo dentro del mes de febrero es L’últim ball, de L’Horta Teatre. Una comedia escrita y dirigida por Carles Alberola que permanecerá en cartel del 20 al 28 de febrero. Cuenta la historia de dos viejas glorias del teatro valenciano que, después de 10 años sin actuar juntos, reciben la propuesta de participar en un homenaje póstumo a un compañero de profesión. Van surgiendo afinidades y diferencias entre ambos conforme deciden si salir o no al escenario. Con un juego metateatral, esta historia habla de la interpretación y de las artes escénicas, pero también de otros temas como el edadismo, que expulsa del ámbito laboral y de decisión a las personas de mayor edad, así como de las segundas oportunidades.
En la programación familiar, el mes arranca con la formación valenciana Teatre de La Caixeta, que presenta el 1 y 2 de febrero Pinocho, vamos a contar mentiras, una pieza en la que conviven intérpretes y títeres. José Blasco firma y dirige este espectáculo inspirado por el clásico de Collodi y dirigido a espectadores a partir de cuatro años. Cuenta la historia de un marionetista que alquila una habitación en la casa que comparten una madre y su hija. Él será el encargado de darle a conocer a la pequeña las aventuras del entrañable niño de madera a quien le crecía la nariz por contar mentiras. Una manera de hacerle comprender los peligros de no decir la verdad y de hacerle ver que la realidad puede ser muy divertida.
Otra propuesta que también se inspira en un clásico es la de la formación Contrahecho Producciones, que presenta el espectáculo creado con la colaboración del Palau de la Música de Valencia, Sherezade. El 7 de febrero en campaña escolar, mientras que el 8 y 9 son funciones abiertas al público familiar, podrá verse esta propuesta escénica que reúne la música en vivo, la danza y la narración para llevar al escenario la historia de la heroína de Las mil y una noches, una joven que logrará aplazar su sentencia de muerte y la ira del cruel sultán contándole cada noche un relato. Invocando el poder de la imaginación, se cuenta cómo despertó la fantasía y las ganas de conocer nuevas historias en el gobernador, demostrando en este concierto teatralizado el papel de la cultura para favorecer la paz. Partiendo del clásico de la literatura árabe, Joan Nave firma el texto de esta pieza dirigida e interpretada por Alberto Baño, quien sube al escenario junto a dos bailarinas y dos músicos.
El 15 y 16 de febrero, La Familia Política impulsa el sentido crítico del público entre 6 y 12 años, invitándole a cuestionar el relato histórico tradicional en Boreal, una pieza escrita por Guadalupe Sáez y dirigida por Patricia Pardo. Teatro textual y de sombras chinas, clown e ilustración son algunas de las herramientas con las que se lleva al escenario una particular Biblioteca de la Historia donde todo está por escribir o reescribir, dejando espacio en sus baldas a los verdaderos protagonistas de ciertos hechos e inventos, dando crédito a nuevas lecturas de los acontecimientos. Una propuesta que invita a participar a los asistentes, llena de humor, valores y sorpresas. Un espectáculo donde el relato de la historia occidental y masculino, asentado hasta hace bien poco, se abre para compartir espacio con el feminismo y el empoderamiento de las personas racializadas. Porque la infancia es el momento en que se quiere conocer el porqué de todo. Y porque América ya existía antes de que llegara Colón.
Las propuestas para los más pequeños se completan con una pieza de L’Horta Teatre, que el 27 y 28 de febrero realiza sesiones concertadas con centros educativos, mientras que el 1 y 2 de marzo ofrece pases para el público general, de Martina i el bosc de paper. Esta colorista y poética propuesta para espectadores a partir de 3 años, creada y dirigida por Sergio Martínez junto a Pau Pons, les transmite el amor y la admiración por la naturaleza. Mediante la manipulación de objetos y títeres, dos actores van recreando la historia de una niña que, admirada por una mariposa, la sigue fuera de su casita de papel. Sin darse cuenta, se va adentrando en un bosque donde conocerá a peculiares personajes, como la jirafa presumida y el elefante temeroso. Nuevos amigos que la guiarán en su vuelta a casa, mientras van recorriendo las diferentes estaciones del año y aprendiendo todo lo que el medioambiente puede ofrecer cuando se cuida y se le trata con respeto.
Las propuestas culturales del próximo mes también incluyen la exposición fotográfica Amants del teatre, de Joan Josep Martínez. Durante cerca de ocho años ha seguido el desarrollo de los proyectos de final de curso del alumnado de la línea docente de Sala Russafa. El resultado es un registro de la pasión de las artes escénicas de quienes compaginan sus trabajos y estudios con las clases de interpretación. Desde el 22 de enero al 16 de febrero podrán verse en el hall del teatro sus imágenes, con especial énfasis en las realizadas en los ensayos generales del último Festival de Talleres de Teatro Clásico del centro, aunque también estarán presentes otras realizadas desde 2016 y que han formado parte de exposiciones llevadas a cabo en locales como el Café Lisboa o Letras y Vinos.
La Sala Russafa programa Búho, de la atípica compañía catalana, que estrena obra cada dos o tres años
Arden Producciones estrena en la Sala Russafa una comedia negra sobre el avance del fascismo con guiños a Berlanga y Tarantino