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VALÈNCIA. (EFE/Antonio Martin) La victoria electoral del PPCV en las elecciones autonómicas de este 28 de mayo en la Comunitat Valenciana sitúa al alicantino Carlos Mazón Guixot, un político muy aficionado a correr carreras de larga distancia, en condiciones de ser president y alcanzar así la deseada por muchos meta del Palau de la Generalitat.
De esta forma, Mazón, de 49 años, casado y con dos hijos, recuperará el Consell para los populares y pondrá fin a dos mandatos del gobierno del Botànic presidido por el socialista Ximo Puig, haciendo buena su designación como presidente del PPCV hace dos años, durante la etapa de Pablo Casado, que ha continuado después arropado por Alberto Núñez Feijóo.
Amante de las carreras de fondo (de las últimas que ha corrido son las medias maratones Alicante-Elche-Santa Pola y València), la estrategia política que ha seguido el futuro president de la Generalitat podría asemejarse a las que encara un atleta para completar los 21.097 metros de una 'media', sobre todo en cuanto a dosificar esfuerzos y a apretar en momentos puntuales para ir de menos a más hasta la línea de llegada.
Una adecuada capacidad de sufrimiento y de superación y una buena estrategia a la hora de manejar los tiempos le han ayudado a culminar el mayor reto de su trayectoria política, ya dilatada porque la inició poco después de acabar Derecho en 1999, cuando fue nombrado director general del Instituto Valenciano de la Juventud (IVAJ) con Eduardo Zaplana en la Generalitat.
Cuatro años después pasó a director general autonómico de Comercio y Consumo, y en 2007 cambió de ámbito al convertirse en uno de los vicepresidentes de la Diputación alicantina, en la etapa de Joaquín Ripoll, donde demostró sus dotes como negociador sacando adelante tres planes provinciales de obras por unanimidad, con el apoyo de los socialistas.
Como el atleta que sabe dosificarse, la carrera de Mazón ha tenido acelerones y parones, ya que en 2009 decidió alejarse temporalmente de la política para pasar a ser gerente de la Cámara de Comercio de Alicante durante una década.
En esos años pudo disfrutar de la crianza de sus dos hijos, los mellizos Carmen y Carlos, ahora de 16 años, y le permitieron desarrollar algunas de sus aficiones, como participar en el grupo musical Marengo, un cuarteto donde tocaba la guitarra y cantaba recorriendo la provincia con años de entre 30 y 40 'bolos'.
Con Marengo disfrutaba ensayando y actuando en pueblos, y hasta rozó un gran momento de gloria porque en 2011 el grupo fue escogido de entre 8.000 artistas de toda España entre los doce finalistas para elegir al representante en Eurovisión, que finalmente recayó en Lucía Pérez ('Que me quiten lo bailao').
La etapa en la Cámara le hizo conocer de primera mano la realidad empresarial del sur de la Comunitat, y en 2019 regresó con impulso a la lista municipal del ayuntamiento alicantino para convertirse en presidente de la Diputación provincial, donde ha vivido cuatro años de vértigo para, primero, liderar el PPCV y, después, hacerse con el Consell.
De trato cercano, no es difícil cruzarse corriendo a Mazón ya sea por 'su' Playa de San Juan, donde vive, por el paseo marítimo de Alicante, o últimamente también por la senda para 'runners' en el antiguo cauce del río Turia de València.
Herculano por nacimiento y también barcelonista por vocación desde que, de pequeño, descubrió allí a Maradona, el popular volverá a partir de ahora a establecer su residencia en València tal y como hiciera durante sus primeros años en política con los cargos autonómicos que ostentó.
El Mazón que con sólo 12 años ya mostró vocación de servicio público entrando en el consejo escolar de su colegio con el lema 'Tu solución, Mazón', y que unos años después cumplió como delegado en la Facultad de Derecho la promesa de poner aire acondicionado en las aulas, afronta ahora un reto mayúsculo: ser el séptimo president de la Generalitat (el cuarto del PP), apoyo de Vox mediante.