VALÈNCIA. La marcha de Carmen Montón al Ministerio de Sanidad ha traído numerosos cambios a la Conselleria que lideraba, incluso ha deshecho el cerco que la exconsellera había levantado alrededor de la directora general de Eficiencia y Régimen Económico, Carmelina Pla, quitándole gran parte de las competencias en materia económica y traspasándolas al entonces subsecretario de Sanidad, Ricardo Campos, ahora secretario general de Sanidad en el gobierno de Pedro Sánchez.
En el mes de marzo, la portavoz del Consell, Mónica Oltra, anunciaba una serie de modificaciones en el segundo escalón del Ejecutivo valenciano. Entre ellos, la Dirección General de Recursos Humanos y Económicos de la Conselleria pasaba a dividirse en dos direcciones generales: la de Recursos Humanos seguía en manos de Justo Herrera -ahora con Montón en el Ministerio- mientras la segunda, denominada Dirección General de Eficiencia y Régimen Económico, recaía en Carmelina Pla, miembro de la Ejecutiva del PSPV y cercana también al presidente de la Generalitat, además de sobrina del exlíder del partido Joan Ignasi Pla.
Interpretados como un aumento del control por parte de Presidencia hacia Montón, la exconsellera no tuvo reparos en asegurarse que seguía estando al mando y restringió el margen de maniobra a Pla. Ahora, la llegada de la nueva consellera, Ana Barceló, ha devuelto la coherencia al puesto de la directora general devolviéndole las competencias en una resolución publicada este jueves en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV).
La directora general de Eficiencia y Régimen Económico recupera la capacidad que tenía capacidad de firmar contratos más allá del límite de seis millones de euros, las "facultades referidas a contratación, gastos de funcionamiento e inversiones reales de gestión centralizada" y la "autorización del gasto correspondiente a expedientes de contratación tramitados a través de la central de compras de bienes y servicios", así como las relativas a "contratación, gastos de funcionamiento e inversiones reales de todos los programas y subprogramas presupuestarios de la Conselleria, que por cuantía no hayan sido delegadas en los órganos directivos de los propios centros de gestión".
Todas estas competencias fueron traspasadas por Carmen Montón a Ricardo Campos, dejando en manos del subsecretario el grueso del área económica. En cambio, la actual resolución restringe a la secretaría autonómica y a la subsecretaría económica el límite de gasto en seis millones y devuelve a la dirección general de Carmelina Pla el control "en los contratos que conlleven el pago de contraprestaciones económicas a favor de la Generalitat o contemplen la repercusión al contratista de gastos o cantidades previamente satisfechas por la Generalitat, la gestión y la recaudación de los ingresos asociados a estos contratos".
Pla también recupera el controla de las cajas fijas de los servicios centrales, es decir, de aquellos gastos recurrentes que no necesitan expediente ni control previo. El límite de Montón llegó hasta señalar que en el caso de "vacante, ausencia o enfermedad" de los órganos en los que se efectúan las delegaciones, la suplencia, en el caso de que afecte al subsecretario en materia de servicios centrales, recayera en el director general de Recursos Humanos y no en la directora de Eficiencia y Régimen Económico.
Ahora, con el nuevo cambio, será el subsecretario o subsecretaria de la Conselleria de Sanidad el que asuma las riendas en el caso de que no esté presente la responsable de Eficiencia y Régimen Económico. De esta manera, todos los poderes que se habían transferido a Ricardo Campos en detrimento de la directora económica vuelven a manos de Carmelina Pla, mujer de confianza de Ximo Puig.