VALÈNCIA. La Diputación de Valencia proyecta una nueva carretera y una vía ciclopeatonal en el Cordel de la Garrofera, entre Marines y Olocau. Este tramo, que conecta la carretera con el cuartel militar, busca mejorar la seguridad vial y potenciar la movilidad sostenible en la zona. Las actuaciones previstas en el proyecto consisten en la mejora de la seguridad vial de la vía, mediante el acondicionamiento del trazado, ampliación de plataforma y ejecución de un carril ciclo-peatonal que complete la malla ciclista existente en la zona.
El alcalde de Olocau, Antonio Ropero, ha subrayado la importancia de este proyecto debido a los más de 3.000 vehículos que entran a la base militar, en la que ya han acontecido múltiples accidentes, algunos de ellos con víctimas mortales. "Tanto la alcaldesa de Marines como yo llevábamos años solicitando este proyecto", añadió el edil.
El Protocolo de Colaboración entre la Generalitat Valenciana, la Diputación de Valencia y los Ayuntamientos de Marines y Olocau, formalizado en octubre de 2019, marcó el inicio de este proyecto. La primera fase, que mejoró el tramo desde Marines hasta la intersección CV-333, finalizó en enero de este año y estuvo financiada por la Conselleria de Carreteras.
Ahora, la Diputación de Valencia se encarga de la segunda fase, desde la rotonda de la CV-25 hasta el cuartel militar, con una inversión de más de 4,3 millones de euros. Esta nueva carretera de 3,5 kilómetros se ubicará sobre la vía pecuaria Cordel de la Garrofera y conectará importantes puntos como un polígono industrial y un centro de educación juvenil con la carretera CV-25.
El objetivo es mejorar la seguridad vial en un tramo que actualmente presenta problemas de visibilidad y señalización, especialmente en curvas. La nueva vía contará con un carril ciclo-peatonal de 2,8 metros de ancho, que a su vez conectará con el ciclo-ruta CR-25 que une Llíria, Olocau y Segorbe y con la Sierra Calderona.
El Cordel de la Garrofera es una vía fundamental que lleva a la Base Militar "General Almirante" de Marines y que también es frecuentada por ciclistas deportivos. La carretera actual, con una intensidad media diaria de unos 2.900 vehículos, presenta problemas de drenaje, falta de señalización y pavimento deteriorado, lo que ha generado preocupación en cuanto a la seguridad de los usuarios.
Con esta nueva infraestructura -cuya finalización se prevé en un periodo de 2 años- se espera no solo mejorar la seguridad para los usuarios actuales, sino también fomentar el turismo ciclista en la zona de la Sierra Calderona, creando un entorno más accesible y sostenible para el vecindario y las personas que se animen a realizar una ruta ciclista en la zona.