Estaba escuchando la comparecencia del conseller de Sanidad ante la prensa del 21/10/2024 y he sido consciente de lo contradictorio de sus declaraciones.
En primer lugar, dice que han realizado un Plan Integral para Atención Primaria que va a instaurar en el primer trimestre del próximo año. Según sus palabras, para aumentar la capacidad asistencial (lo que significa, aumentar el número de asistencias realizadas). Y aumentar la calidad de la asistencia, lo que en mi opinión choca abruptamente con el aumento en el número de asistencias.
Es obvio que si en el mismo tiempo ves a más pacientes, esto supone una reducción del tiempo de consulta por paciente.
Si ahora disponemos en el mejor de los casos de 10 minutos por paciente, el aumento de la capacidad asistencial supondrá menos tiempo por paciente. Además, en ningún caso se contabilizan, todos los pacientes que atendemos sin cita previa, todos los pacientes que precisan atención domiciliaria programada o urgente ni todos los avisos que nos pasa el 112 que no tienen tiempo asignado en las agendas. Ya de por sí, al no estimar esas consultas extraordinarias que aparecen a diario y te fuerzan en tu agenda programada, el tiempo por paciente se ve reducido. Si ir a un aviso caminando, porque no hay vehículo, ni chófer que te pueda llevar al domicilio, te lleva por lo bajo 30 minutos, ese tiempo se descuenta pues no está programado en la agenda, de manera que el tiempo por paciente se reduce.
Las agendas piloto a las que se refiere en su comparecencia ya están habilitadas en algún centro de mi departamento. Impuestas sin contar con los profesionales, por cierto.
Estas agendas han supuesto un aumento de la demanda asistencial, ocupando desde las 8.00 hasta las 15.00, o bien desde las 14.00 hasta las 21.00. Han disminuido el tiempo programado para cada paciente, aumentado el número de éstos, y aunque hay planificado un espacio de tiempo para ir al excusado o tomar un café o una fruta, gran parte de los días acabamos sacrificándolo para recuperar el retraso que nos ha generado el elevado número de pacientes que acuden sin cita previa. Creo que todos los trabajadores seguimos teniendo derecho a un descanso para el almuerzo y una desconexión temporal mínima para coger fuerzas.
En los centros con estas agendas, lo que ha aumentado es la ansiedad y la frustración del profesional, al ver que no puede terminar esa "nueva infinita agenda".
Además, cuando a las 15:00 o las 21:00, no has terminado de visitar o telefonear tus pacientes, o los de otros compañeros (porque también atendemos a los pacientes de los compañeros, que no están: tienen turno de tarde, están de vacaciones, están salientes por haber realizado una guardia de 24 horas, están de LD, o están de incapacidad transitoria...).
¿Qué alternativas tienes para atender a esas personas que no has podido abarcar?:
1. O te quedas hasta acabar de verlos, fuera de tu horario laboral, y no tengo claro si esa asistencia es con o sin cobertura legal. Los ves sin cobrar por ese trabajo y sin que conste en ningún lado esa actividad extraordinaria. Y llegas a tu casa sin comer a las 16.00 o las 17.00 de la tarde.
2. O bajas la lista al mostrador para que los vuelvan a citar otro día con el consiguiente cabreo de los pacientes.
Esta es la realidad, y no esas palabras huecas y vacias.
Cuando el Conseller de Sanidad habla de que quiere dar una calidad de alto nivel, me pregunto: ¿Cómo es posible dar calidad cuando están disminuyendo el tiempo por paciente? ¿Cómo es posible, si nos obligan a trabajar en condiciones en las que el cansancio y la fatiga laboral nos puede abocar al error o a la ansiedad generalizada?
Cuando el Conseller de Sanidad habla de que quiere crear centros de Salud para formar a los futuros médicos de Familia se me encoge el corazón y las neuronas me chirrían, si esto es posible. Yo he sido tutora de residentes y soy colaboradora docente en las guardias para la formación de residentes. Y lo voy a dejar.
Puedo decir que en esas agendas, y en las actuales, no existe tiempo contemplado para la formación. No se puede realizar una tutorización en condiciones. Se aprende como se puede. No está contemplado tiempo para realizar y dar sesiones. Cuando se realizan, la mitad del equipo no puede asistir porque no está contemplado en la agenda y la actividad asistencial te fagocita. El trabajo comunitario lo tienes que preparar fuera de tu horario laboral, en casita, y cuando generas algún grupo de trabajo lo tienes que abandonar, porque no hay tiempo para poder desarrollarlo, implementarlo y cuidarlo.
Y además de desarrollar la tutorización en condiciones pésimas, no te pagan por ese trabajo. Los residentes que he tenido, se merecen todo mi respeto por aprender en estas condiciones. Son geniales, porque han podido llegar al final de su residencia pese al sistema.
El Conseller de Sanidad dice que piensa en nuestra conciliación familiar. Y para justificarlo comenta que van a quitar los sábados por la mañana en el centro de salud, no para reducir la jornada de 37,5 a 35 horas, sino para mantenerla de 37,5, obligándonos a doblar consulta por las tardes hasta cumplir esas jornadas que juraron y prometieron eliminar. Y no hablan de si nos pagarán dietas cuando nos obliguen a comer en el centro de salud. Porque eso no está contemplado en lo que he podido escuchar.
No me parece conciliar, no, no...
Y han de saber que, si hacen esto, ustedes no podrán ir a su centro de Salud el sábado en horario de 8.00 a 15.00, tendrán que desplazarse a los puntos de atención continuada, que se sitúan más lejos de su ZBS.
¿Y quién hay en esos puntos de atención continuada PAC? Los mismos que trabajamos en los centros de salud. El Conseller pasa la pelota a los PAC, para que el sábado empiecen a trabajar a las 8.00 en lugar de a las 15.00.
Quines además de trabajar en un centro de Salud hacemos guardias por necesidad económica, tendremos una jornada de 24 horas sin derecho a saliente, disminuyendo el derecho al descanso semanal.
Y dice: les pagaremos como horas de guardia. Horas de guardia que no están contempladas como jornada laboral, ni cotizan como tiempo trabajado para la jubilación, pero eso sí, pagamos impuestos por ellas según el tramo en el que está incluido el sueldo (orgullosa de pagar impuestos, por cierto).
Nos pagan las horas de guardia, pero no como horas extraordinarias, como a todos los trabajadores. Ya se han ocupado de organizarlo bien. Y faltaría que no nos pagaran.
Realizamos un trabajo que debería estar mejor remunerado. No nos pagan peligrosidad cuando salimos conduciendo un vehículo a altas horas de la madrugada para ver a un paciente en domicilio, con jornadas que dejan atónita a la gente normal. Hay nocturnidad, y tenemos que mantenernos al 100% las 24 horas para cumplir el Juramento Hipocrático que una vez hicimos (no hacer daño).
Adoro mi profesión, disfruto con mis pacientes, acompañándolos en su camino de vida, pero cada vez es más difícil mantener una sonrisa porque destruyen la esperanza de que esto mejore.
Y cuando hablan a pecho abierto de "mejorar la conciliación familiar y mejorar la atención primaria", no puedo parar de pensar:
¿En qué mundo viven? No es el mismo mundo en el que vivo yo.
Y tendría más argumentos, pero será para la próxima carta al director.
Y firmo, pese a las posibles consecuencias, porque esta es mi opinión y probablemente la de otros muchos compañeros.
Mª José Carcasés Ortiz es médico de Familia en la sanidad pública valenciana.