ENTREVISTA A SU DISEÑADOR

Así son los carteles de Fallas 2016

'De l'estoreta velleta a la gran festa de Les Falles'

20/01/2016 - 

VALENCIA. No será sólo uno, sino hasta cuatro los carteles de Fallas de 2016. O cinco, si se tiene en cuenta el teaser que ya ocupa 280 'mupis' de la ciudad. El diseñador valenciano Ibán Ramón ha presentado este miércoles en el Institut Valencià d'Art Modern las soluciones gráficas que acompañarán a estas fiestas populares en sus diferentes necesidades 

de comunicación. La candidatura de las mismas para ser declaradas este año Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a criterio de la UNESCO ha sido "decisiva" para idear el trabajo, según su autor.

Por eso, ha explicado junto al Concejal de Cultura Festiva del Ayuntamiento de Valencia, Pere Fuset, la imagen propuesta no sólo se ha diseñado para el anuncio de las fiestas, como hasta ahora, sino "para generar interés, para explicar la propia fiesta a nivel interno y externo y para poner en valor sus aspectos más enriquecedores". La intención del diseñador valenciano, el que mayor número de reconocimientos acumuló en los últimos Premios ADCV 2015, es también la de "provocar un giro en la mirada de los valencianos, no sólo de los falleros, hacia algunos de los elementos conformadores de la fiesta".

A lo que se refiere es a los "principios de incuestionable valor e interés", es decir, aquellos que verdaderamente dan un valor a las Fallas como para convertirse en Patrimonio de la Humanidad. "Las Fallas -declaraba a Valencia Plaza hace tan solo unos días, donde fueron tomadas las fotos que acompañan a este artículo- contienen una serie de elementos realizados a un nivel profesional, artístico y tradicional que las convierten en únicas. Son esas cuestionen las que las hacen únicas, así como lo que influye a la ciudad y a los falleros a lo largo de todo el año, lo que las hace como son y lo que en cualquier caso servirá para que sean reconocidas por la UNESCO".

La presentación de la imagen ha levantado una gran expectativa entre la comunidad fallera, que prácticamente ha llenado el Salón de Actos del IVAM. "Las Fallas necesitan algo mas que un cartel de fallas. Es un proyecto ambicioso con una imagen que lo abarcará todo para que todo en la fiesta sea coherente", asegura Fuset durante la presentación. 

La tradición como punto de partida conceptual para los elementos que originan cada cartel

 La serie de cuatro carteles coordinados entre sí parte del concepto tradicional de l’estoreta velleta per a la gran festa de les Falles. Históricamente, se atribuye el origen de la fiesta a que, al inicio de la primavera, los carpinteros limpiaban talleres y sacaban restos de madera a la calle donde eran quemados. Con el tiempo, los vecinos del propio barrio se unían para quemar enseres a los que ya no daban uso o de los que se querían deshacer. Esa es la historia de l'estoreta velleta y ha servido de motivo creativo para que el propio diseñador recopilara "trastos en el estudio, de otros talleres, del rastro... La idea era localizar objetos viejos a partir de los cuales construir la imagen. Lo material y lo inmaterial es otro de los ejes conductores". 

Todos los elementos que acompañan gráficamente a los carteles parten de un objeto de madera vinculado por diferentes aspectos a Valencia y a la tradición: está el metro de madera, que "representa la técnica y la creatividad"; hay un elemento ornamental de madera, que acompañará a la figura femenina también presente en los carteles; una peonza, que representa "lo lúdico y la infancia, vital para estas fiestas y no muy representada en la serie histórica de carteles"; las letras de una antigua imprenta, que hace referencia "a la literatura fallera, el trabajo desarrollado por poetas, guionistas, escritores de llibrets, estudiosos e investigadores".

Los objetos han sido recopilados por el propio diseñador, según cuenta, de talleres y del rastro. En el teaser, ese cartel inicial que ya se ha propagado por la ciudad de Valencia con el eslogan Amb quin material construïm les il·lusions?, incluye todavía más elementos. Por ejemplo, el formón y el cepillo, que representan el trabajo colectivo y la tradición de los talleres de artistas falleros y carpinteros; una escuadra, herramienta tradicional de trabajo de arquitectos y diseñadores que felizmente también se están incorporando a la creación de fallas; una vieja horma de zapato, en alusión a la vestimenta tradicional.

Diferentes carteles, diferentes usos

Visualmente, lo que Ramón ha dispuesto es que esos elementos estén en primer plano, "el plano de lo material y de la realidad", pero a su vez "forman parte de un plano posterior en el que son representados de manera muy sintética escenas típicamente falleras": la mujer fallera, la música tradicional, el fuego consumiendo una falla y el humor representado por un ninot.

La serie de cuatro carteles enmarcados bajo el título 'imagen gráfica de Falles de València 2016', se espera que funcione de forma coordinada para distintas aplicaciones. Él mismo apunta a que "tendrá sentido que de cara a la expoción del ninot, sea su cartel el que la represente. En la crida, el de la fallera. En el llibret o en un aspecto más genérico, la de la falla quemándose. Y para actos musicales, festivos o participativos, la dolçaina". A partir de esta propuesta, estas son algunas cuestiones que el diseñador concretó:

-¿Por qué has optado por 'hablar' de los elementos más tradicionales en esta serie de carteles?
-Pienso que de aquello de lo que se habla es precisamente aquello en lo que acaban convirtiéndose las cosas. Por ejemplo, si se habla continuamente y en todos los ámbitos de fútbol, acaba siendo un elemento importante para la sociedad. En el caso de las Fallas, si se habla mucho de los vestidos, las telas o los moños, acaba siendo aquello de lo que se preocupa la gente. Si se habla mucho del monumento, lo mismo. En este caso la intención es que se hable de los elementos fundamentales, los que hacen a la fiesta única, genuina en el mundo. 

-Lo que queda claro es que una tendencia hacia la modernidad no ha servido para que destierres su carácter más popular.
-Es que no he perdido la referencia en ningún momento de que las Fallas son, sobre todo, una fiesta popular. Esto no es un congreso de diseño, así que las cosas creo que se han de comunicar en un nivel adecuado a ello.

 -Fuiste escogido para hacerlo a través del modelo 'llamada a proyecto'. ¿Te has encontrado con algún obstáculo?
-Con ninguno. De hecho, la propuesta fue la primera y la única que he presentado. Ha tenido la dificultad que tiene un proyecto de diseño y comunicación de esta envergadura.

-¿De alguna forma has sentido cierta presión por ejercer de precedente como creador de un objeto de comunicación más complejo, con aplicaciones; que ya no es sólo un cartel?
-No ha sido fácil, pero no lo he procesado de una forma muy distinta a un trabajo que pudiera haber llegado de otro cliente. Para mí, de forma interna, no ha sido un lastre o una losa lo anteriormente hecho. Había algunos carteles en la serie histórica que eran aceptables, pero casi más fruto de la casualidad de cada año porque la clave es que ese cartel, un elemento despegado de cualquier otra cosa que sucediera en las fallas, lo elegía un jurado que no tenía el menor criterio profesional con respecto a la comunicación.

-Cuatro carteles. ¿La intención es que se hagan presentes a lo largo de todo el año, para distintos usos adecuados a cada una de las soluciones gráficas?
-Lo que tiene sentido en la comunicación de las Fallas es que, pese a que el momento de eclosión y esplendor de las fiestas es durante la semana fallera, la actividad no cesa durante el año. Y, de hecho, es relevante. La imagen durante todo ese año debería estar coordinada porque siempre será mayor la potencia y la forma de calar de los conceptos entre falleros y vecinos. Como cualquier marca que emite muchas señales, si las coordina para ir sumando, no tendrá que empezar la comunicación desde cero cada vez.

-¿Debe estar el cartel y la comunicación de las Fallas en manos de diseñadores?
-Un cartel, como pieza suelta, puede estar en manos de ilustradores, pintores o diseñadores. La figura del cartelista como tal ya no existe, pero hay magníficos creadores en la ciudad que saben bien cómo hacer un cartel. Es una herramienta de comunicación, y no una imagen artística con el formato arbitrario que uno quiera y el texto encima como sea. Y otra cosa muy distinta es hacer la comunicación de las Fallas, que es lo que se ha hecho este año. 

-Y teniendo en cuenta ese cambio, ¿está bien remunerado?
-Digamos que para mí no ha sido un trabajo rentable. Si fuera un cartel, creo que 3.000 euros están bien, que es un trabajo suficientemente remunerado. Pero si tenemos en cuenta el dinero que mueve esta fiesta a nivel público y privado, todo lo que se quema literalmente, valorar en 3.000 euros su comunicación a todos los niveles con sus aplicaciones -que estamos haciendo, sin coste adicional-, pues en ese caso no. No obstante no me quejo. Es obvio que esto no se ha hecho ni en cuatro tardes ni en 15 días, pero cuando me presentaba sabía que me metía en un berenjenal. Creo que los
 diseñadores tenemos una oportunidad ahora para marcar una etapa. Tenemos la obligación de entregarnos en la imagen pública y hacer lo que somos capaces de hacer para que, en la estética de la ciudad, sea difícil volver atrás.

-¿Por qué estas formas, por qué la selección cromática y por qué esta tipografía?
-La carga visual de los elementos reales, los de la tradición, ya tenía mucho peso. Hicimos fotos de alta calidad y sabíamos que las formas del segundo plano tenían que tener un tratamiento minimalista para no competir. La elección del naranja se basa en gran medida en que creo que un elemento que ha de estar en la calle funciona mejor con un color cálido, y todavía mejor si está próximo al rojo, que además nos remite ineludiblemente al fuego. No es la única posibilidad, pero sí me parecía una muy buena. En el caso de la tipografía, que es la Circular, es de palo y sencilla, coordinada con imágenes e ilustraciones, en sintonía. Todo busca tener un carácter de calidez y proximidad, sin perder el componente contemporáneo.

-¿Cuál de los cuatro carteles crees que acabará siendo el más representativo?
-Espero que todos tengan su momento, porque esa es la intención. No obstante, el que hace referencia a la falla ardiendo, como también estará presente en el llibret, creo que tiene 'madera' para imponerse. Si hubiera tenido que escoger sólo uno, hubiera sido ese. Pero la pregunta me sirve para decir que no creo que las Fallas tengan que tener siempre cuatro carteles. Este año había que contar la fiesta de dentro a fuera, sobre todo, y también de forma interna. Es una ocasión puntual en la que ponemos en valor esos aspectos de gran interés que hacen de esta fiesta algo estupendo y único. 

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