BARCELONA (EFE). La empresa barcelonesa AFR-IX, que esta semana ha anunciado una inversión de 326 millones de euros para construir un cable submarino de fibra óptica entre el sur de Europa y África, se prepara para salir a bolsa antes de este verano para aumentar su capital y "poner el turbo" en su senda de crecimiento. Así lo ha dicho en una entrevista con EFE el consejero delegado de la compañía, Norman Albi, que ha explicado que la firma ya ha llevado a cabo procesos de auditorías y que la salida a bolsa se hará mediante 'listing' -la sociedad puede pedir directamente el acceso a la negociación sin la necesidad de lanzar una oferta pública de venta-, pese a que todavía se barajan cuáles son los mercados más adecuados para operar.
AFR-IX cuenta con nueve años de trayectoria y en su último ejercicio contable, cerrado en junio de 2021, facturó 23 millones de euros. Emplea a 110 trabajadores (de 17 nacionalidades), la mitad de ellos con base en Barcelona y la otra mitad repartidos entre distintos países africanos: Mali, Burkina Faso, Níger, Camerún, Ghana, Nigeria, República Democrática de Congo, Sudáfrica y Sierra Leona. Esta semana, AFR-IX ha anunciado la construcción del "cable submarino de fibra óptica más largo del Mediterráneo", con el que se pretende unir 9 países, en 16 puntos de aterrizaje, mediante 8.700 kilómetros de fibra óptica. Se trata de Portugal, Marruecos, Francia, España, Argelia, Túnez, Italia, Grecia y Egipto.
El primer tramo de esta infraestructura, que fabricará Alcatel Submarine Newtworks, del grupo Nokia, comenzará a funcionar en 2024 y unirá Lisboa con Barcelona y Marsella. El proyecto, denominado Medusa, se financiará mediante el pago anticipado de derecho de uso por parte de diversas compañías, la emisión de deuda y capital con el que cuenta la empresa, ha explicado Albi. En este contexto, una próxima salida a bolsa aportará "más flexibilidad" y la posibilidad de "entrar en una nueva división", ha defendido el consejero delegado de la empresa.
AFR-IX ha crecido en los últimos años con el foco puesto en África -continente en el que opera en más de 50 países- y el sur de Europa: ofreciendo conectividad a empresas europeas asentadas en África o viceversa, a empresas africanas radicadas en el Viejo Continente. Albi señala que la empresa opera en dos frentes, que generan aproximadamente a partes iguales los ingresos de la empresa: como ingeniería o como operadora de telecomunicaciones -la división que cotizará próximamente-.
La empresa trabaja con la previsión de que las infraestructuras actuales no cubren la demanda creciente (de hecho, calcula que existe riesgo de saturación en 2025), de modo que deberían construirse hasta 140 nuevos cables antes de 2030. Según los datos que ha compartido Albi, el uso de banda ancha internacional creció un 47 % entre 2016 y 2020 en todo el globo, porcentaje que se elevó hasta el 54 % en África.
Ello, teniendo en cuenta que el 98 % del tráfico de internet es vía cable submarino y que la penetración de internet, situada ahora en el 59 %, alcanzará el 94 % de la población en 2030. En este contexto, Albi apunta que el continente africano es el que cuenta con una menor penetración de banda ancha, donde se espera un mayor crecimiento de población y, por consiguiente, un mayor aumento de usuarios en los próximos años. Ello le lleva a pronosticar "una tasa de crecimiento muy alta" de la demanda de fibra óptica, "una ola" que AFR-IX ambiciona surfear.
AFR-IX también lidera la construcción del Barcelona Cable Landing Station, una estación de cables submarinos de fibra óptica que cuenta con la colaboración del Gobierno catalán y que pretende situar Barcelona como 'hub' del sur de Europa, rivalizando con Marsella, que actualmente ocupa esta posición de liderazgo. Las obras de Barcelona Cable Landing Station están en su fase final y se prevé que la infraestructura comience a funcionar este mismo año, hacia el mes de mayo, y que los dos primeros cables submarinos se conecten en octubre.
Bilbao, Chipiona, Rota, Conil, Tarifa, Gibraltar, Estepona y València son otros puntos de la España peninsular en los que ya llegan cables submarinos (según el portal Submarine Cable Map), aunque estos puntos de entrada tienen un tamaño sensiblemente inferior al previsto para el Barcelona Cable Landing Station