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el billete / OPINIÓN

Cataluña, Cataluña, Cataluña, Cataluña, Cataluña... Valencia

24/02/2019 - 

El senador de Compromís Carles Mulet cerró el otro día su primera legislatura en la Cámara Alta con la mejor boutade de las que ha representado buscando siempre un protagonismo que los partidos minoritarios tienen muy complicado conseguir. Durante un minuto (ver vídeo), Mulet repitió la palabra "Cataluña" hasta captar la atención de los más distraídos al tiempo que trasladaba a la concurrencia esa situación de hartazgo que nos provoca a muchos españoles que no se hable de otros problemas.

La culpa, en este caso sí, es de los medios de comunicación. Concretamente, de los medios nacionales que marcan la agenda informativa. La 'agenda informativa' es aquello de lo que se habla cada día en España, y son los medios más influyentes los que suelen arrastrar al resto, especialmente a las televisiones. En los primeros lustros de la actual democracia la agenda la marcaba El País, luego fue El Mundo de Pedro J, después la Ser... Hoy en día no hay un solo medio que marque el paso, está más repartido, con La Sexta como ariete televisivo.

Y esos medios, los grandes medios, de lo que hablan es de Cataluña, Cataluña, Cataluña, Cataluña y Cataluña, con Sánchez de aperitivo y Vox de postre. Es lo mismo que pasa con los deportes, que a lo mejor te interesa el Valencia CF pero la agenda nacional –incluida la de TVE, la televisión de todos– es Real Madrid, Real Madrid, Real Madrid, Real Madrid y Real Madrid... con el Barça de aperitivo y el Atlético de postre. El resultado es que al Madrid acabas queriéndolo u odiándolo, no hay término medio –solo un 10% se muestra indiferente, según el estudio Statista European Football Benchmark 2018–, como ocurre con Vox, Sánchez, el problema catalán y cualquier asunto sometido a sobreexposición informativa. 

La ingeniosa queja de Mulet por la invisibilidad de los valencianos y su 'problema' –hablamos, sí, otra vez, de la infrafinanciación que Sánchez tampoco ha querido resolver– viene acompañada del run run ya recurrente sobre el posible adelanto de las elecciones autonómicas en la Comunitat Valenciana. Ximo Puig no lo descarta, lo que impide que podamos descartarlo nosotros, así que analicemos el escenario.

Presuponiendo que se celebre en domingo, el adelanto ya no es factible antes del 21 de abril. Pero ese día es imposible porque es el Domingo de Resurrección, que habría dado mucho juego para titulares de prensa facilones, así que la única duda que tiene Puig es si le conviene –a él, no nos engañemos, los presidentes convocan pensando exclusivamente en sus posibilidades de victoria– hacer coincidir las elecciones autonómicas con las generales del 28 de abril, quedando para el 26 de mayo las municipales y europeas.

Cataluña, Cataluña, Cataluña, Cataluña, Cataluña, Cataluña… Valencia. El primer efecto sería que la Comunitat lograría un hueco en la actualidad, aunque sea el del café tras el empacho de Cataluña, Vox y la campaña electoral propiamente dicha. Habría una campaña valenciana. 

No es que con ello se vaya a arreglar el problema de la financiación autonómica, pero a lo mejor una campaña electoral simultánea nacional y valenciana obliga a los líderes estatales aparentar el interés que hasta ahora no han demostrado Sánchez, Casado, Rivera, Iglesias ni Abascal. Ni Unai Sordo, secretario general de CCOO, que el otro día estuvo en Valencia invitado por la Ser y exhibió la misma empatía por los pringados infrafinanciados que su paisano Ortuzar.

Pros y contras

Con el adelanto, Puig cumpliría su sueño de desgajar las autonómicas valencianas del calendario de las llamadas CCAA 'no históricas' aunque solo sea por un mes. Cuando se lo planteó la primera vez, y la segunda y la tercera, había un argumento en contra que ha desaparecido, el de hacer que la gente tuviera que ir a votar dos veces en un corto espacio de tiempo. Con la convocatoria de Sánchez lo vamos a hacer de todas formas, sea cual sea la decisión de Puig.

Foto: MARGA FERRER

Desde el punto de vista de los intereses del PSPV por reeditar un pacto del Botànic, es una incógnita el efecto que puede tener en el electorado poner la urna autonómica junto a las del Congreso y el Senado el 28A. Los números muestran que en elecciones generales los partidos nacionalistas sacan peor resultado que en las autonómicas, de ahí que Compromís no quiera que coincidan –y que Ximo no se atreva a llamar a Mónica–, pero eso es dar por hecho que las generales 'contaminarían' las autonómicas y no al revés. No hay precedentes, así que no se puede descartar que con una campaña en clave valenciana Compromís logre en el Congreso mejores resultados de los que obtendría si solo se celebrasen las generales.

Por otro lado, tal como advertía Alfred Boix el otro día, un adelanto electoral no suele traducirse en una reelección del presidente convocante, aunque en la mayoría de casos es porque el adelanto responde a un declive imparable. El último ejemplo es el de Susana Díaz.

Tampoco hay precedentes en la Comunitat de la no coincidencia de las autonómicas valencianas y las municipales, cosa que ocurriría si Puig anticipara las primeras. ¿A quién beneficiaría la separación? En teoría, en el caso de la Generalitat, a quienes tienen menos candidaturas en municipios –Ciudadanos, Podemos y Vox–, pero tampoco hay precedentes.

Foto: MARGA FERRER

En el cálculo de Puig también entra la incógnita sobre los resultados que pueda lograr Pedro Sánchez y sobre la evolución de Vox y Podemos. El partido de Pablo Iglesias se desinfla –la marcha de Montiel es otro síntoma–, mientras el de Abascal sube en las encuestas. Con esas tendencias, las posibilidades de reeditar un Pacte del Botànic se reducirían a medida que pasa el tiempo.

A todo esto, hay un último factor nada baladí, el de la participación. El 28 de abril acaba la semana de Pascua –vacaciones escolares–, pero al día siguiente es San Vicente Ferrer, festivo en 200 municipios valencianos, entre ellos València, y dos días después es 1º de Mayo. Tampoco hay precedentes de unas elecciones en medio de un macropuente. ¿A quién beneficia una participación baja? Con tanta novedad, vete a saber.

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