¡DE QUÉ BARS, NANO!

Cervecería Trébol

Antes del botellón en el Cedro hay que meterse algo sólido, chavales. Hagamos las cosas bien

| 09/07/2021 | 4 min, 37 seg

Xics, hoy os traigo uno de esos bares que nunca serán la reina del baile, pero que son el chico tímido que nos llevará a casa cuando el quarterback intente propasarse. Obviamente hablo del Trébol.

Un bar que ya estaba ahí cuando Chelo García Cortés tuvo noche de amor con Bárbara Rey, puede que incluso antes. Sin una puta tilde en TrÉbol, pero sí en cervecerÍa, como diciendo... las tengo pero las pongo donde quiero, desafiante. Yo tiraba mucho de él cuando salíamos por el Cedro, es un bar muy típico de previa de concierto. Cero Instagram, cero cuqui. Si parece un bar, anda como un bar y tiene comida de bar, probablemente sea el Trébol. Barra de aluminio, máquina de tabaco, expositor cargadito, sobaos ultraprocesados con su celofán, yeah. Tiene un cuadro de la iglesia de Santa Catalina, azul, como el mar azul, y un escudo del Valencia de madera muy mítico. ¿A nadie se le ha ocurrido montar una ruta por bares, pero en vez de a comer, a ver cosas pop? Tipo el Jesulín del Alhambra, o el pinball del Jomi. Es una idea de negocio, la estoy regalando y estoy perdiendo pasta.

Bueno, la camarera es muy maja y muy charraora. Mi amigo Ángel ha intentado meter ficha en múltiples ocasiones, pero siempre con infructuoso resultado. Tienen una carta-mantel muy extensa y clasicona, que es como el temario que deberían darte cuando opositas a bar. Empezamos con una ensaladilla de marisco, y unas habitas con jamón.

Habría que trabajar un poquito en la presentación. La ensaladilla de marisco es una especie de cocktail de gambas, pero en plato. Lechuga, palito de cangrejo, gamba y salsa rosa, todo a priori encaja. El problema es que la salsa, en vez de ser un pegotito con textura de mayonesa, es completamente líquida, dando la impresión de que la ensaladilla ha tenido una mala tarde y se ha tirado de un quinto buscando la muerte.

Habitas con jamón. Las habas son más de primavera, no obstante, buena conserva. Asumamos que realmente no queremos vivir en un mundo donde solo se coman cosas de temporada. Respirad hondo. ¿Bien? ¿Lo tenemos? Vale. Pues están muy ricas. Son una cosa que aporta, a mí me apetecían habas y tuve habas.  Seguimos con un tercio de 1906, y unas copas de tinto random.

Pedimos también una sepia, que la verdad muy tierna, pero sin más. Sepia clásica, canónica, gol de Señor. Percibí que el perejil era fresco picadito, lo que denota cierto cariño en el proceso. No está mal, reconozco artesanía en la plancha.

De todas formas, el fuerte del Trébol son más los bocadillos. Tienen una forma de bocatear, que es funcional, pero que no es mi favorita. A mí me gusta más que haya pocos bocatas pero muy distintos. Aquí tienen una fotracada de bocadillos, pero en algunos cambia solo un ingrediente. Por ejemplo, ternera-jamón-cebolla, es Brascada, pero ternera-jamón-mostaza es Canadiense. Bueno, es lícito, no te digo que no, pero ¿es joga bonito?

Sí que es verdad que son bocatas como muy honrados, muy de que te lo prepara tu madre para una excursión. Sin hostias. ¿Quieres veganesa? ¿Un toquecito de sriracha, quizás? ¿El pollito lo quieres rebozado en panko? Pues ojalá tengas viajes en el bonometro para llegar hasta Ruzafa, porque aquí trabajamos con ingredientes de la tabla periódica de ingredientes. Jamón, queso, tortilla, lomo, tomate, báilalo como quieras.

Yo me pedí el Canadiense, ternera plancha, jamón plancha, pan okey, mostaza un poco de bataglia, pero venga, tírali. Te digo, que es un buen bocata para almorzar. Mi colega es que tiene como una filia con el Pepito, que no es más que ternera con mantequilla, y queso, que él pide como extra, pero se lo come con deleite. ¿No os mola mucho ver a una persona comer a gusto? A mí me hace que todo esté más bueno.

Cada vez estoy más convencido de que en un bocata es más importante el pan que el relleno. Voy a empezar a centrarme en eso, tendríamos que ser todos más exigentes coin los panes, evitaríamos barras de esas con la base llena de puntitos, que no sirven ni para torrijas. En este caso es un pan medio, pero está pasadito por la plancha buscando el tostaje.

Por cierto, dato irrelevante del día, estaba comiéndome el bocata, y por mi lado pasó una chica con un tatuaje de Macaco en el muslo. Del puto Macaco, nano. ¿Qué hacemos? ¿Estamos dejando que esto pase? ¿Hemos pasado del Che Guevara a Macaco en una generación?

Bueno, cafés, orujos, tal, esto, lo otro, 54 pavos. A 13,5 sin privarnos de nada.

¿Queremos veredicto? Es un sí. Es un sí por firmeza, por consecuencia. Ese bar que lleva ahí desde que estaba de moda el yavoy en los móviles, con una carta inamovible, con caracoles en la barra, menú del día...todo, nano, lo tienes todo.  Este debería ser la base de la que partieran todos los bares. Luego ya si quieres innovas, pero parte de aquí.

Goza de amplio aparcamiento.

Comenta este artículo en
next