El boom de las cervezas artesanales y las modestas productoras abre un mercado interesante para pequeños estudios que dan rienda suelta a su creatividad sin las imposiciones comerciales que a menudo llegan a las grandes agencias
VALENCIA. La última década, en el ámbito de la cerveza, ha venido marcada por la consolidación de las pequeñas productoras como algo más que una tendencia. Estas microcerveceras tienen en común nacer a partir de un proyecto con nombre y apellidos, el de los fundadores de las compañías, que a menudo tienen el denominador común de empezar en esto como una pasión personal. En España no hay arraigo de cervezas artesanales, con compañías multinacionales copando el mercado, y la buena acogida de un modelo de empresa artesanal encaja perfectamente con empresas valencianas que tienen mucho que aportar a varios tejidos productivos de la Comunitat Valenciana.
De trigo, ale, lager, porter, negra stout... Para todos los gustos, porque eso caracteriza a las cervezas artesanales y como tales, cada una explora unas grá cas totalmente diferentes que se permiten más licencias creativas que las grandes marcas. Aunque para ser justos hay que destacar que encontramos un par de excepciones en esto del diseño valenciano entre las marcas más populares. Amstel, por ejemplo, encargó al valenciano Nacho Lavernia (Premio Nacional de Diseño) el diseño de su edición especial de Fallas 2015 y Turia lleva años apostando por el diseño valenciano, desde toda la gestión de comunicación de CuldeSac hasta el patrocinio de la Valencia Disseny Week.
En la Comunitat Valenciana no son pocas las pequeñas cerveceras que han aparecido en los últimos años, y aquí recopilamos algunos de los mejores diseños realizados por profesionales valencianos para estas compañías locales.
La cervecera Tyris fue una de las precursoras en Valencia en apostar por un diseño diferenciador para salir al mercado. Así, mientras la tendencia se introducía en España, iban posicionando sus cervezas a partir de llamativos diseños totalmente alejados de la sobriedad de las grandes marcas.
Un empresario macedonio importa su modelo de producción artesana creando la marca 'La Al1cant1na', con fábrica propia y tres restaurantes