Bien de hedonismo en Manaw: Nikkei sin complejos, sabores intensos, umami a cascoporro, cócteles sobre la mesa y ganas de pasarlo pirata. Digo sí.
Manaw nace a la chita callando hace ya más de cinco años en Adreçadors diez. Efectivamente, ese centro de València que ya casi no pisamos si no es para ir al Mercat Central, renovar el carné o llevar de paseo a algún madrileño despistado. A lo mejor es que ya estoy mayor para según qué turismo. Sé que no debería patalear mucho, porque en el fondo todos somos turistas de algún lugar —pero qué hi farem, de algo hay que quejarse.
La verdad es que cada día se come mejor en el centro porque a los grandes de siempre se suman propuestas como este Manaw, cocina Nikkei que en casa llamamos “disfrutona”: sabores intensos, umami a cascoporro, cócteles sobre la mesa y ganas de pasarlo pirata. De nuestra última visita me guardo este ceviche de la abuela (pescado blanco salvaje en leche de tigre de ají amarillo y chicharrón de calamar) que no consigo quitarme de la cabeza. Tendré que volver al centro.
Me cuentan Mariana y Miguel: “En mi primer viaje a Perú, después de haber probado muchos platos típicos, sabores autóctonos del país y después de haber comido mucho picante, conocí a una persona que me llevó a comer ceviche a la casa de una señora mayor. Le pedimos que nos hiciera un ceviche sin picante, y la mujer nos dijo que no había ningún problema, que ella estaba acostumbrada a hacerlo así porque tenía muchos nietos, mucha familia y no a todos les venía bien el picante, era buenísimo. De aquella experiencia nació el nombre. Acá le añadimos el chicharrón de calamar para darle un toque crujiente”. ¡Alegría!
Bola extra: su playlist en Spotify es canela fina.