VALENCIA. La patronal autonómica Cierval ya tiene listo el borrador de los estatutos en los que plasma su nuevo modelo, que acaba con las provincias como ejes de la representación empresarial y otorga el protagonismo directamente a las federaciones sectoriales. El comité de la organización que preside José Vicente González conoció este jueves las grandes líneas de ese nuevos estatutos, sobre los que se pretende alcanzar el "consenso" antes del 31 de octubre para someterlos posteriormente al criterio de la asamblea.
El texto implica la desaparición como tal de las tres entidades fundadoras de Cierval: la valenciana CEV, la castellonense CEC y la alicantina Coepa. Según lo previsto en los nuevos estatutos, las federaciones sectoriales que están asociadas y pagan sus cuotas en estas federaciones pasarán a estar directamente asociadas a Cierval, con lo que se pretende asegurar la viabilidad de una organización que hoy por hoy es insostenible.
Junto a las federaciones sectoriales, Cierval podrá tener empresas directamente asociadas que tendrán voz y voto en la asamblea hasta un límite conjunto de un 30% de los sufragios. Este modelo ya ha sido ensayado con éxito por la CEV, que en los últimos dos años ha ido ampliando su base de empresas y colegios profesionales directamente asociados para aumentar los ingresos privados y no depender de las subvenciones.
La propuesta lanzada por Cierval, que ahora debe ser ratificada por las respectivas asociaciones provinciales antes de pasar por la asamblea de la autonómica, supone la desaparición efectiva de la organización por provincias. La CEV, la CEC y Coepa aportan sus respectivas federaciones y empresas asociadas a la autonómica. El equilibrio de fuerzas en la asamblea de Cierval se decide en función de la capacidad económica de cada organización, que tendrá tantas vocalías como esté dispuesta a pagar.
El modelo da un vuelco al sistema de representación actual, basado en el equilibrio territorial. Según los estatutos en vigor, la valenciana CEV tiene un 41% de los derechos de voto en la asamblea de Cierval, Coepa el 33% y la CEC el 27%. Con la nueva organización, la representación territorial se diluye.
El actual reparto de fuerzas impide que la CEV, única organización saneada e impulsora de esta solución para salvar a Cierval, pueda sacar adelante los nuevos estatutos. Si en las próximas semanas la CEC o Coepa no dan el visto bueno a las nuevas reglas del juego, Cierval difícilmente podrá escapar de ir a liquidación.
No obstante, en los últimos días ha surgido un condicionante que puede dejar el borrador en papel mojado. A la vista de los enormes problemas que atraviesan tanto la CEC, en preconcurso de acreedores y procesada por fraude, como Coepa, en concurso, la CEV ha encargado estidios jurídicos y económicos para acotar los riesgos en los que puede incurrir con su sacrificio para salvar a Cierval.
Si esos estudios concluyen que la viabilidad de la CEV se pueden poner en entredicho con el rescate de la autonómica, cada organización seguirá su camino de forma independiente. Miembros destacados del núcleo duro de la CEV, como su vicepresidente Vicente Lafuente, se han mostrado abiertamente partidarios de desmontar Cierval de forma ordenada y comenzar de cero.