MURCIA. Los últimos días de verano se caracterizan no solo por el inevitable fin de las vacaciones, sino también por la aparición de cierta inestabilidad atmosférica tras dos meses en los que el sol y las altas temperaturas son los indiscutibles protagonistas del cielo. El viento es uno de los actores que va reclamando protagonismo conforme se acortan los días. Y es su aparición la que suele provocar más complicaciones, especialmente en la costa. Es en esta zona donde el oleaje puede convertir el último baño del año en una experiencia muy desagradable e incluso peligrosa. De hecho, es frecuente que, en las playas más expuestas a la fuerza del levante, se formen lo que se conoce popularmente como ‘chupones’, ‘canaletas’ o corrientes de retorno: flujos perpendiculares a la línea de costa donde el agua empuja con gran fuerza hacia mar adentro.
En España, la primera causa de mortalidad en las playas son precisamente los ahogamientos provocados por las corrientes de retorno, por lo que las campañas de prevención y educación en este sentido son muy necesarias. De hecho, son muchas las playas que ya cuentan con balizas específicas de advertencia o de prohibición de baño en esas zonas, unas señales que hay que respetar y acatar sin excusas para evitar situaciones de alto riesgo. Además de ello, siempre es muy recomendable estar pendiente de las evidencias que se pueden detectar a simple vista, como las áreas libres de olas o el color del agua —mucho más marrón, debido al arrastre de arena—, que indican la existencia de una de esas posibles corrientes de retorno.
Para evitar complicaciones indeseadas en los chapuzones finales del estío, desde el departamento de Protección Civil y Emergencias de UNIVERSAE lanzan una serie de recomendaciones orientadas a evitar y lograr escapar de estas temidas canaletas: