Cine

100 años de Amparo Rivelles: la gran estrella del cine español de los 40 con alma valenciana

Fue una de las actrices más populares de la factoría CIFESA

  • Amparo Rivelles en La Leona de Castilla.
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VALÈNCIA. Amparo Rivelles fue la gran estrella estrella del cine español durante la década de los 40. Una estrella a la usanza de entonces, al micro-Hollywood que intentó montar la productora Cifesa por aquella época. Esta semana cumplen 100 años de su nacimiento y, aunque ninguna institución ha reclamado la efeméride para celebrar el centenario, la plataforma FlixOlé no ha querido dejar pasar de largo la ocasión.

Rivelles nació un 11 de febrero de 1925 y con tan solo 16 años irrumpió en la gran pantalla en Alma de Dios (Ignacio F. Iquino, 1941). Rápidamente entró en el olimpo de Cifesa, la productora de cine industrial más exitosa de aquella época, que nació en València aunque pronto se deslocalizará. Compartió la primera línea del privilegiado escaparate junto a Imperio Argentina, Rafael Durán, Sara Montiel o Alfredo Mayo. "Amparo Rivelles fue una de las puntas de lanza de esa antorcha de los éxitos que se llamó CIFESA y empezó a concatenar éxitos tanto para ella profesionalmente como para la propia productora”, explica Aarón Ortega, director de comunicación de FlixOlé, que ha preparado una colección especial con más de 20 películas y series protagonizadas por la actriz, además de material inédito procedente del archivo de Mercury Films

El star system de Cifesa estaba bien engrasado, y prueba de ello es la imagen de la propia actriz como icono de moda y consumo “contribuyó al fortalecimiento de su imagen de estrella y a su empoderamiento personal, a pesar de que contraviniera así los principios de austeridad y continencia del ideal de feminidad franquista; o tal vez precisamente debido a ello, ya que su apuesta, ligeramente transgresora, la podría dotar de un mayor atractivo a ojos de sus seguidoras (…). Rivelles era una joven con independencia económica para disponer de su dinero, en un momento en que el consumo femenino recibía críticas misóginas como superficial y dilapidador, mientras que ella expresaba que comprar era un placer personal, y no un mero medio para agradar al hombre que la mira”, desgrana el investigador Álvaro Álvarez Rodrigo, en un artículo para la Trobada Internacional Investigadorxs del Franquisme.

  • Alfredo Mayo y Amparo Rivelles en Malvaloca. -

El investigador señala que el contraste entre la España sumida en la extrema pobreza y la vida de ensueño de Rivelles encandiló España. Todos los focos estuvieron sobre ella y Alfredo Mayo. Una especie de brangelina en la década de los 40. A pesar del papel que simbolizaba, la actriz no renunció a su independencia y quiso demostrar que era autónoma también en esas cosas del amor. “Rivelles ofrecía una idea de la feminidad que no se correspondía con la que el régimen quería imponer a las mujeres españolas. Y no se trataba de una actriz cualquiera. Rivelles se había convertido en una gran estrella, con un contrato excepcional. Su personalidad era cada vez más marcada, y a su halo de modernidad y de chica independiente, se le sumaba una actitud que podía ser leída como una reivindicación de su soltería, ya que no parecía estar buscando un sustituto al novio despechado”, señala Álvarez en otro artículo en la revista Historia y Cine.

La década prodigiosa siguió con películas Eloísa está debajo de un almendro (Rafael Gil, 1943), La leona de Castilla (Juan de Orduña, 1951) o El clavo (Rafael Gil, 1944), considerada una de las mejores películas de la década. Son precisamente estos éxitos los que reúne la plataforma FlixOlé en una colección: "Lo que tratamos es un poco de poner en valor todo ese patrimonio, de contar nuestra historia a través del cine, que muchas veces ha sido el mejor termómetro de los cambios sociales", explica Aarón Ortega, portavoz de FlixOlé. Y añade: "Hablamos de una actriz que pertenecía a esa remesa de intérpretes que no paraban de trabajar. Salían del rodaje y se iban al teatro, y luego volvían otra vez a grabar", señala Ortega.

El cine español de la posguerra no fue suficiente para retener a la actriz, y con la caída de Cifesa, en los años 50 cruzó el Atlántico y empezó de cero otra exitosa carrera en México, donde se convirtió en la reina de las telenovelas y protagonizó títulos como El esqueleto de la señora Morales (Rogelio A. González, 1959). Su regreso a España, tres décadas después, estuvo acompañado de numerosos reconocimientos, culminando en su galardón como la primera mujer en ganar un Goya a Mejor Actriz por Hay que deshacer la casa (José Luis García Sánchez, 1986).

El homenaje de FlixOlé no se limita a una lista de películas —que, en todo caso, se han digitalizado y restaurado— , sino que también incluye material de archivo inédito que, a veces llegan con las copias, y otras se cazan en rastros o colecciones privadas. Se trata de fotografías, pressbooks o guiones originales con anotaciones. Todo para adornar la película y darle el contexto: "Muchas veces nuestra cinematografía no tiene nada que envidiar a otras, pero no nos prodigamos tanto en reivindicarla", opina Ortega. "Hemos encontrado guiones con tachones y apreciaciones del director o del guionista, y eso va a permitir al público adentrarse en el proceso creativo de aquellas producciones", comenta Ortega.

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