VALÈNCIA. Se cumple medio siglo de Furtivos, el drama rural de José Luis Borau que marcaría uno de los hitos cinematográficos de la última etapa del franquismo, capaz de plantarle cara a la censura con críticas veladas al régimen. En el caso de las películas que tenían una trama violenta, poner en primer plano personajes perseguidos por la justicia o representantes políticos del régimen ya significaba señalar lo que tal vez no se podía hacer desde la no-ficción y el periodismo.

Pero el crítico de cine Carlos F. Heredero opina que Furtivos no depende de “acogerse a esa lectura metafórica que en aquel momento se imponía en la mayoría de las lecturas de la película, puesto que la arrasadora fuerza vital y la autonomía dramática de sus personajes no requieren de ningún desciframiento simbólico para imponerse por sí mismos a los espectadores con toda su desgarrada autenticidad”.

Esos personajes están interpretados por dos los actores valencianos más icónicos de la historia del cine español: Lola Gaos y Ovidi Montllor; una pareja de ases que defendió una película que no estaba contextualizada ni rodada en tierras valencianas —algo que nunca ha sido necesario aclarar, pero que en el contexto audiovisual actual se puede dar por sentado.

José Luis Borau construyó con ellos una relación materno-filial de control con un fondo incestuoso de la que un nuevo personaje —la fugitiva de un reformatorio que está a la espera de que le rescatara un delincuente también en busca y captura— generará un efecto dominó que tensionará desde el ámbito familiar hasta poner en cuestión el poder del régimen. Son estos estratos que combinan radiografía política y una ficción universal las que habitan los bosques castellanos y hacen de esta una película imprescindible.

“En el origen creativo del film están el útero atávico y violento de un bosque, la Saturna interpretada por Lola Gaos en Tristana (Luis Buñuel, 1970) y una de las más poderosas pinturas de Goya: Saturno devorando a su hijo (1820/1823). De aquella constelación de referencias extrajeron conjuntamente Borau y Manuel Gutiérrez Aragón [co-guionista de la película] la idea matriz (Saturna devorando a su hijo en un bosque)”, analiza Heredero en un texto introductorio al film para el Festival de San Sebastián.

La película ha vuelto a ponerse en la pomada porque este año cumple 50 años desde su complicado estreno, atravesado y retrasado por la censura. Mercury Films ha presentado su restauración en el Festival de Málaga y en San Sebastián; y este último, junto a Caimán Cuadernos de Cine ha editado el libro Furtivos 50 años. 

La Filmoteca Valenciana proyectará el film y acogerá la presentación del libro el próximo miércoles 15 de octubre. Lo hará con la versión restaurada, que además incluye un final alternativo que fue descartado en montaje y añadía aún mas tragedia a la conclusión que sí llegó a verse en salas comerciales.