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DOCUMENTAL

Amparo Climent descubre la vida de La Pasionaria a través de la mirada de los suyos

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VALÈNCIA. Dolores Ibárruri, más conocida como La Pasionaria, fue una de las grandes voces políticas del siglo XX. Icono de la lucha antifascista y pionera en la conquista de derechos para las mujeres y la clase trabajadora, su figura ha quedado a menudo relegada a un retrato mitificado o reducido a consignas. El nuevo documental de la valenciana Amparo Climent, Dolores Ibárruri. Pasionaria, busca devolverle una dimensión íntima y humana, entrelazada con los grandes acontecimientos históricos que marcaron su vida. “A veces hablaba con gente joven y me daba cuenta de que apenas sabían quién era”, explica Climent. “Se la tenía como una imagen absolutamente opacada, cuando fue una de las voces más importantes del siglo XX”.

La película, estrenada en la Sección de Pases Especiales del Festival de Málaga, reconstruye la trayectoria de Ibárruri desde su nacimiento en Gallarta, en una familia minera, hasta su exilio en la Unión Soviética tras la Guerra Civil y su regreso a España en 1977, donde volvió a ser elegida diputada en las primeras elecciones democráticas. Su nieta, Lola Ruiz-Ibárruri Sergueyeva, participa en el documental y aporta un testimonio personal decisivo: “Era fundamental contar con esa parte más emocional”, apunta la directora.

El proyecto se fue gestando a partir de lecturas y de un trabajo de archivo exhaustivo. “Los archivos del PCE son un lugar magnífico para investigar, y además contamos con el archivo personal de su nieta y con material francés”, recuerda Climent. Pero más allá de los documentos, el corazón del filme está en las voces que reconstruyen a la Pasionaria: principalmente familiares y compañeros de partido; pero también figuras políticas como Carmen Calvo, Cristina Almeida o Paquita Sauquillo. “Me parecía muy interesante recoger opiniones distintas, no solo de quienes militaron con ella, sino también de quienes han reflexionado desde fuera de su partido”, señala.

El relato de su vida se cruza con algunas de las canciones icónicas del antifascismo del siglo XX. Otro recurso clave del documental es la voz. Climent, también actriz, decidió poner voz a uno de los discursos más emblemáticos de la dirigente, el célebre “¡No pasarán!”, cuya grabación original no se conserva. “No quería imitarla, pero sí transmitir la fuerza y el sentido que ella tenía en sus mítines. Creo que queda bien integrado en la narrativa”.

La dureza de la biografía de Ibárruri atraviesa la película. Por ejemplo la pérdida de varios hijos, con la muerte de Rubén, aviador caído en la batalla de Stalingrado, como la más dolorosa, y que, de hecho, la sumió en una depresión profunda. Pero también hay espacio para los instantes luminosos. “El regreso a España fue un momento de enorme alegría para ella. Después de tantos años de exilio, volver a Madrid fue una especie de renacimiento”, recuerda la directora.

El filme busca interpelar a un público amplio, y especialmente a las nuevas generaciones. “Lo más fundamental es que los jóvenes descubran esta figura y comprendan que gracias a grandes luchadoras como ella hoy disfrutamos de la democracia. También la gente mayor, que quizá la recordaba como un personaje inalcanzable, tiene aquí la oportunidad de verla como una mujer con contradicciones, con sufrimiento, con amor”, afirma Climent.

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