VALÈNCIA. En 1896 se hizo la primera película de ficción de la historia del cine: El hada de las coles, un breve cortometraje de un minuto basado en un cuento popular francés en el que los niños nacen de las coles y las niñas nacen de las rosas. Tras este cortometraje, la primera película narrativa de la Historia del cine, se encuentra la directora francesa Alice Guy.
Entre esta cinta y Alcarràs (2022), de Carla Simón han pasado más de 120 años. Su relato, y el de cientos de trabajadoras de la industria del cine -montadoras, directoras, actrices, etc- se dan la mano ahora en Clásicas, modernas y extrañas. Historias feministas del cine (Donostia Kultura). Una biblia del audiovisual que plantea un conjunto de doce aproximaciones sobre la labor de directoras, creadoras y profesionales desde los inicios del cine hasta el presente. A cargo de ello, la periodista, crítica, comisaria e investigadora Elisa McCausland y el crítico de cine y divulgador cultural Diego Salgado.

- El hada de las coles (1896) -
Lo dos autores lo hacen con la misma pasión con la que investigan sobre la historia del cómic en Viñetaria: historia universal de las autoras de cómic -aunque en este volumen invitan a expertos para ampliar la visión de la historia del cine desde hace más de un siglo. Dentro de Clásicas, modernas y extrañas hay textos de la periodista y crítica de cine Nuria Vidal, el ensayista y programador en la cineteca de Madrid Vicente Monroy y la docente e investigadora valenciana María Adell Carmona, a través de los que sobre el cine hecho por mujeres desde sus espacios -con el capítulo Casa, ciudad, paisaje-, las rarezas -en Las autoras polimorfas del cine mudo- y hasta en mudo -La estrella como autora en el cine clásico- para generar una genealogía feminista que ayuda a comprender la historia del cine.
Antes de que Salgado y McCausland lleguen a València para presentar este ensayo este martes 18 de noviembre en La Filmoteca, conversan con Culturplaza para desvelar algunas de las claves de esta investigación coral en la que cabe todo tipo de cine. Para empezar, y comprender la magnitud de este libro, el título es una declaración de intenciones: Clásicas, modernas y extrañas responde a la categorización de las directoras y creadoras que analizan, y esta separación les ayuda a llegar a un mayor número de películas, nombres y labores.

- Las amigas (1978) -
- Foto: MUBI
Las “clásicas, modernas y extrañas” son también directoras, guionistas, montadoras y diseñadoras de producción que están encuadradas en tres tipologías diferentes y complementarias “en función de su adaptación mayor o menor a los períodos en que desarrollan su labor”: “Las clásicas actuaron con plena libertad cuando el medio estaba reservado a los aventureros, los emprendedores y los artífices de un nuevo lenguaje y cuando la primera ola del feminismo había concedido a las mujeres una agencia social y laboral insólita (...) Las modernas, por su parte, ejercieron su actividad en la estela del feminismo de segunda ola y las nuevas olas fílmicas que rompieron (no solo) en Europa y Estados Unidos contra los monopolios industriales y formales tradicionales”.
Y en el libro también hay hueco para las creadoras “incatalogables, monstruosas y raras”: las extrañas, que “articulan el cine de masas, como en las codificaciones no menos férreas que vehiculan el cine independiente, alternativo o experimental y los feminismos hegemónicos”. “Una de nuestras obsesiones como investigadores es salirnos de los lugares comunes, siempre hemos querido optar por las vertientes extrañas porque creemos que es una tarea crucial darles espacio y voz a todas estas creadoras que son casi inclasificables”, explica Salgado, a lo que McCausland añade que la etiqueta de “indefinible” les ayuda a salir de los márgenes y comprender un nuevo cine a través de otras perspectivas: “Hay un cuestionamiento muy interesante sobre cómo las extrañas pueden hacer que el espectador se cuestione a través de las imágenes. Lo más interesante que puede pasar viendo una película es que haya siempre espacio para la duda”.

- Titane (2021) -
Entre Chantal Akerman, Cecilia Bartomlomé, Sofia Coppola o Julia Ducornau están los relatos de quienes se rebelaron contra la mirada masculina desde los inicios del cine y las historias de las nuevas creadoras que crean desde la “mirada femenina” -female gaze- provocando un “tsunami en las estructuras conceptuales y formales de los trabajos y argumentos establecidos por la mirada masculina”. Su cambio de rumbo es el que permite que, a día de hoy, se pueda generar la investigación que da pie a Clásicas, modernas y extrañas, que en cada capítulo deja un espacio para la reflexión. “Para abrazar el concepto de la genealogía, ofrecemos a los autores invitados temas para que puedan hablar sobre el cine hecho por mujeres y mirar a las directoras y actrices de otra manera”, explica Salgado.
“Este volumen no pretende en ningún momento sistematizar la presencia de las mujeres creadoras ni mucho menos reescribir su historia, pretende analizar desde el presente las historias y los procesos que han quedado más ocultos en la historia del cine. Este libro ayuda a reflexionar desde un lugar cómodo sobre el relato de las creadoras, comprendiéndolo desde su época”. Gracias a la escritura desde el presente, los autores invitados a este volumen, junto a McCausland y Salgado, pueden analizar como las mujeres quedaron relegadas a las labores más “manuales y artesanales” del cine en sus inicios -como edición y montaje- y como con el paso del tiempo han ido tomando cargos de dirección.

- La virgen roja (2024) -
- Foto: RTVE
Los autores también destacan cómo ha ido mutando el trasfondo de los personajes femeninos y cómo, poco a poco, se ha puesto el foco en narrativas que ponen a la mujer en el centro, como sucede con los relatos que tienen que ver con la maternidad y las complejas relaciones entre madres e hijas “que han contribuido en sordina a (de)construir el orden heteropatriarcal” en un capítulo abogado por Elisa McCausland. Junto al análisis de las nuevas forma de hacer cine, leyendo sobre las directoras y creadoras “clásicas” y aprendiendo sobre las barreras que tenían que superar y contemplando la libertad de las extrañas, surge una gran pregunta de la que podría salir perfectamente otro libro: ¿Cómo sería el cine si no hubiera existido el patriarcado?
Una pregunta que enfrenta a los propios expertos y que genera una paradoja en sí misma: “Hemos nacido en el patriarcado, así que, por una serie de asignaciones culturales y partes del relato, hemos llegado hasta aquí. Es una pregunta casi incontestable, que parece de ciencia ficción. El cine que tenemos se ha construido también desde el pasado, al igual que sucede con las luchas sociales y con las mujeres que escriben y dirigen tanto en lo hegemónico como en lo contrahegemónico”, destaca McCausland, que tal y como le sucede con Viñetaria, sabe que la investigación siempre sigue viva, y que podrá seguir escribiendo sobre clásicas, modernas y extrañas encontrando un nuevo acercamiento a estos perfiles siempre desde la curiosidad y el planteamiento de nuevas preguntas con las que analizar la historia que les precede.

- La que paga el pato (1982) -