VALÈNCIA. (EP) La 36ª edición de Cinema Jove ha programado en su cuarta jornada la película ganadora del Oso de Cristal en la Berlinale, la ucraniana Stop Zemlia. "Fresca, directa y sensible", la ópera prima de la ucraniana Kateryna Gornostai "mantiene la mirada pegada", a ratos casi de manera documental, a las vidas de una clase de estudiantes de instituto que afrontan su graduación. Dibuja las dudas, anhelos, deseos e intimidades de sus protagonistas al tiempo que evita los clichés.
La película de Gornostai, concursante en la Sección Oficial de largometrajes, se halla entre el grupo de películas adscritas al coming of age seleccionadas este año en el Festival Internacional de Cine de València, organizado por el Institut Valencià de Cultura, ha indicado la Generalitat en un comunicado.
En este género se enmarca también el segundo largometraje del turco Ferit Karahan, Brother's Keeper. La película se desarrolla en un internado al este de Anatolia. En ese entorno aislado, el director lleva a cabo una reflexión sobre el creciente autoritarismo de la política turca y la represión sobre la población kurda.
Por su parte, en The Whaler Boy, el debutante ruso Philipp Yuryev realiza una reflexión sobre la búsqueda del amor, la transición al mundo adulto y las dificultades del aprendizaje sentimental en una ficción ambientada en un pueblo de Siberia especializado en la caza ballenera. La única conexión de sus habitantes con la ciudad son los chats eróticos. La película, seleccionada en la competición de las Giornate degli Autori de la Mostra de Venecia, muestra la inmigración ilegal a EEUU a través del estrecho de Bering.
En contraste con las tres propuestas anteriores, la cinta belga Madly in Life, de Anne Sirot y Raphaël Balboni, es una historia agridulce sobre la enfermedad de alzhéimer. La trama refleja las dificultades de la convivencia familiar y retrata la estabilidad personal, la búsqueda de la felicidad y cómo lidiar con los reveses que aparecen en la vida.
En los ciclos High School y El Joven Godard coinciden dos clásicos franceses. El drama bélico Adiós, muchachos, de Louis Malle, y Banda aparte, de Jean-Luc Godard.
Adiós, muchachos(1987) aborda aspectos como la pérdida de la inocencia, la lealtad y el antisemitismo. El filme tiene un componente autobiográfico en el que su director basó sus propios recuerdos para perfilar la vida en un internado católico para chicos durante la ocupación alemana de Francia.
En Banda aparte (1964), el cofundador de la nouvelle vague homenajea el cine negro norteamericano sin perder sus señas de identidad y su peculiar forma de entender el lenguaje cinematográfico. La gran musa del director, Anna Karina, es la representación femenina del triángulo protagonista que forma junto a Sami Frey y Claude Brasseur.
El director de Cinema Jove, Carlos Madrid, ha destacado que el objetivo de la sección Dioses del anime es "demostrar que este género no se circunscribe a un estilo de animación homogéneo, sino que abarca otros tipos de dibujo, de ritmos y de personalidades muy diferenciadas".
En esa distinción de posibilidades estéticas y argumentales, se encuentra el largometraje Memories (1995), constituido por tres relatos de ciencia ficción escritos por Satoshi Kon y Katsuhiro Otomo, y dirigidos por Koji Morimoto, Tensai Okamura y el mismo Otomo. Esta propuesta de contenido metafísico presenta "un tipo de dibujo que no asociamos habitualmente al anime, como tampoco su narrativa", ha señalado Madrid.