Me apasiona la política municipal. La consumo a diario. No soy escritor de provincias. Soy ciudadano de periferias. Considero que actualmente existen demasiadas actuaciones sobre la ciudad central en perjuicio de la València periférica. Los barrios necesitan más atenciones. Ayudas. No se les están dando. Hace unos días coincidí en un desayuno, sin angulas ni cava, con Fernando Giner, candidato a la alcaldía del Cap i Casal. Le tengo bastante aprecio. Suele escucharme. Me informa. Le pregunto. Mantenemos una amistad forjada desde hace años por un interés común: València.
El encuentro del otro día fue motivado por el olvido que el Consistorio mantiene con los vecinos de El Perellonet. Histórico. Las inversiones llegan a cuentagotas independientemente del color político del gobierno municipal. A la reunión con Giner acudieron Elisa Comes, presidenta de la Asociación de Comercio y Hostelería de la pedanía, respaldada por Tomás Palao, empresario de deportes acuáticos que gestiona dos centros, uno sito en la Gola de El Perellonet y otro en la Marina Juan Carlos I. En líneas generales fue todo bastante bien. Acudí de oyente, al igual que Giner, para escuchar las demandas de los dos asistentes allí presentes.
Resaltar que Giner ha logrado incluir a la Galia de pescadores en el grupo de pueblos y pedanías que careciendo de cajero automático optan a la subvención para su instalación. Un logro. Si bien ésta es una demanda del pasado reclamada por la Asociación de vecinos que dirigía otro batallador por el pueblo, Luis Zorrilla, actual Alcalde Pedáneo. La reunión duró hora y media. Satisfactoria. Productiva. Constructiva. Se habló de todo o casi todo y aquí estoy una semana más para narrarlo siendo lo más objetivo posible. De eso se trata, de intentar mejorar la vida de los vecinos. De hacerla más saludable. Llevadera. De no sentirse ciudadanos de segunda.
Muchos fueron los temas tratados, como la reducción de velocidad en la CV-500, tema espinoso y no asumido todavía por los lugareños y segundos residentes. A ello hay que sumar en los últimos tiempos las grandes retenciones de vehículos, produciendo un insoportable atascamiento en el tramo que discurre entre el Parador Nacional de El Saler y el acceso a la rotonda de entrada a El Palmar. También se habló del nuevo consultorio, aprobado, sigue operando el viejo. Inadmisible en tiempos de pandemia. O de la situación de la antigua escuela, con dos propuestas de calado, la de albergar un centro de día para mayores o la construcción de una escuela infantil. Dos necesidades que favorecerían un incremento del empadronamiento vecinal. Se habló de pesca. De la ampliación del Puerto de València. De agricultura. De la calidad de las aguas. De L' Albufera. De la necesaria construcción de un paseo ecológico y de madera que caminara y diera sus primeros pasos junto a la playa de El Recatí.
Un proyecto viable para mejorar la calidad de los paseos en verano de los vecinos y turistas, conectando las dos golas sin necesidad de subirse a un vehículo. Todo esto fue mecanografiado por el ciudadano Giner. A la salida los dos representantes quedaron satisfechos. Por lo menos algo llegará a los plenos municipales. Nos ha escuchado. Aunque quizás la solución a todos los problemas pase por la autogestión. Ahora queda que todos los grupos municipales vayan pisando la arena de esta pedanía fronteriza de la ciudad para que vean con sus propios ojos la falta de inversiones. Días después de este desayuno con diamantes, reunido con dos amigos y analizando la cita con Fernando, uno de ellos se atrevió a evaluar la triste situación de la política actual, que se escucha más al ruido o se da más importancia a las piedras que a las propuestas de ciudadanos como Giner.