La rama valenciana de la formación de Rivera quiere una reforma por circunscripción única que no da tiempo a abordar en esta legislatura
VALÈNCIA. La bajada de la barrera electoral al 3% en la Comunitat Valenciana, que actualmente estudian cómo acometer los grupos parlamentarios en Les Corts, tendrá que esperar a la próxima legislatura. Ante el escenario nacional en el que Ciudadanos y Podemos hacen cábalas para reformar la ley electoral estatal, el partido de Albert Rivera en la autonomía valenciana ha decidido echar el freno. Así, fuentes de la dirección naranja avanzaron a Valencia Plaza que no apoyará la rebaja del listón, lo cual imposibilita el avance de la reforma dado que, junto al rechazo del PP, las fuerzas del Botànic no sumarían los 66 diputados necesarios.
El fuerte cariz nacional de Ciudadanos ha prevalecido. Cabe recordar que este era uno de los compromisos de su programa electoral y a principio de la legislatura llegaron incluso a plantear una proposición de ley en el parlamento valenciano para rebajar la barrera del 5% al 3% -junto a otras pequeñas modificaciones- que finalmente retiraron para abordar en su lugar una reforma más amplia del Estatut de Autonomía.
Sin embargo, ante las complicaciones que está viviendo para conseguir avances en la reforma estatal que plantean junto a Podemos y a la que PSOE y PP –con mayoría en el Congreso de los Diputados– se oponen porque perderían escaños, el grupo naranja en Les Corts es partidario a día de hoy de dejar el tema en standby.
Fuentes de la dirección del partido en la Comunitat señalaron a este diario que los cambios por los que se inclinan contemplan la circunscripción única, es decir, eliminar las tres demarcaciones provinciales actuales para dejar una sola de carácter autonómico. Una opción que exigiría una reforma del artículo 24 del Estatut y que, por tanto, resulta ya imposible de llevar a cabo en esta legislatura.
De hecho, la que se encuentra pendiente se ha retrasado hasta en 45 ocasiones en el Congreso de los Diputados, por lo que Ciudadanos descarta la rebaja del listón antes de 2019 en los términos que se está discutiendo entre los partidos que conforman el arco parlamentario de Les Corts. Esto es, con Podemos y Compromís decantándose por una rebaja provincial y el PSPV por una doble barrera. El PP, por su parte, se muestra reacio a cualquier cambio por lo que no existe la mayoría suficiente para abordar la reforma.
La apuesta de Ciudadanos por la circunscripción única, no en vano, iría en sintonía con las preferencias del partido en Madrid. A nivel nacional, el partido de Albert Rivera no ve con malos ojos la propuesta que la formación de Pablo Iglesias ha puesto sobre la mesa: cambiar la norma D’Hont por la que se adjudican los escaños mediante la fórmula del matemático francés Sainte-Laguë para que el reparto sea más proporcional y a todos los partidos les cueste la misma cantidad de votos conseguir un escaño. La intención, según las dos fuerzas promotoras, es reformar la ley electoral estatal para que el voto de cada ciudadano valga lo mismo independientemente del lugar en el que ejerza su derecho al sufragio.
La aplicación de este método en la Comunitat Valenciana, tal y como reivindica Ciudadanos, buscaría terminar con la sobrerepresentaciones de algunas demarcaciones valencianas, como sería el caso de la provincia de Castellón. Con el 11% del peso poblacional, obtiene en cada elección 24 de los 99 diputados de Les Corts, mientras que Alicante tiene 35 y València 40 con un 38% y un 51% de población total respectivamente. En término de electores, cada diputado de Castellón resulta electo por apenas 17.300 votantes, Alicante por 35.600 y en la provincia de València por 48.600. Un desequilibrio que desde el ámbito nacional Podemos y Ciudadanos quieren corregir. Y de ahí, que desde la Comunitat los naranjas apuesten por una lista de 99 diputados en la que la representación de cada territorio sea proporcional.
Este cambio de rumbo, sin embargo, no es baladí. No en balde, los votos del partido del que es portavoz Mari Carmen Sánchez son imprescindibles para sacar adelante antes de 2019 una de las principales apuestas del Botànic -está contemplada en el en el eje de Regeneración democrática del pacto firmado en junio de 2015-, ya que para aprobar la reforma de la Ley Electoral Valenciana (LEV) son necesarios 66 votos. Con los populares cerrándose en banda a cualquier rebaja de la barrera electoral, los socios del Botànic verían frustradas una de sus grandes apuestas.
Con esta nueva hoja de ruta, además, partidos minoritarios como Demócrates Valencians o emergentes como Contigo tendrán complicado conseguir algún escaño en la cámara valenciana. Incluso Esquerra Unida, que no consiguió superar en las pasadas elecciones la barrera del 5% pese a obtener 106.047 votos -4,26%-, podría verse afectada por esta decisión.
Un nuevo choque de Esquerra Unida con el muro electoral del 5%, de hecho, podría poner en peligro la reedición del Botànic. Aunque en la última encuesta autonómica publicada por Valencia Plaza, las fuerzas de izquierdas conseguían reeditar el gobierno progresista sin necesidad de esperar a que la formación en pleno proceso interno volviera al parlamento valenciano. Según aquel barómetro, los izquierdistas obtendrían hasta cuatro escaños.
La encuesta, sin embargo, fue realizada antes que las placas tectónicas de la política catalana removieran el tablero político nacional. Un ambiente del que Ciudadanos ha sacado partido con unos grandes resultados en los comicios autonómicos en Cataluña y con el último barómetro del CIS, que ha apuntado a un crecimiento espectacular de la formación. Este incremento de los votos también se daría a día de hoy en la Comunitat Valenciana, como reflejaba a nivel local el sondeo realizado por SyM Consulting para Valencia Plaza publicado este domingo que otorgaba los naranjas la primera plaza en Alicante y un aumento de dos concejales en València.
Con este ascenso, el partido de Rivera tampoco necesitaría estratégicamente la rebaja del listón electoral. Así, la formación ha decidido aplazar los cambios en la LEV para que se pueda reformar en su conjunto y no solo en un aspecto. Un posicionamiento que, más allá de frustrar los planes del Botànic, puede complicar una segunda legislatura progresista si Ciudadanos confirma en las urnas sus buenos pronósticos en las encuestas.