Miguel Vidal, concejal de Ciudadanos en Alzira que pudo tener un papel relevante de gobierno y que se ha quedado en la oposición.VALÈNCIA. Pese al naufragio en las elecciones del 28 de mayo, en Ciudadanos todavía quedan supervivientes. No se han hundido. O no lo han hecho tanto como el partido. Se trata de los 46 concejales con los que cuenta en la Comunidad Valenciana, de los que 30 desarrollan su labor en los nuevos plenos configurados en municipios de la provincia de Valencia.
El poder municipal de Cs básicamente se concentra en cuatro poblaciones de interior: Cofrentes (siete ediles), Llanera de Ranes (6), Caudete (5) y Vilamarxant (5). En las tres primeras ostenta la alcaldía; mientras que en la cuarta lo hará a partir de 2025 al haber sellado un acuerdo de alternancia con el PP.
Ha conseguido, además, representación en dos municipios que superan los 20.000 habitantes en la provincia de Valencia. Se trata de Moncada y de Alzira. En este segundo, que ronda los 45.000 moradores, ha estado a punto de decantar la alcaldía. No obstante, su único edil, Miguel Vidal, jugó a dilatar las negociaciones y, posteriormente, a decantarse por el PP. Al final, y tal como adelantó en exclusiva Valencia Plaza, el actual alcalde de Compromís logró sumar a su causa a la formación independiente Ucin (con ex del PP), reunir así a 12 concejales y dejar en inservible el voto de Vidal.
En Moncada, por su parte, el todavía diputado provincial Jesús Gimeno ejerce de portavoz y de único edil después de llevar a cabo una de las campañas más ingeniosas del partido en la provincia.
Esta semana esa casi cincuentena de concejales fue citada una reunión el lunes por videoconferencia con la dirección nacional. Lo han hecho después del varapalo de escuchar semanas atrás que Ciudadanos no concurriría a los comicios nacionales.
Ese anuncio, decidido a escala nacional sin contar con las bases, tuvo bastante contestación en la Comunidad Valenciana. Incluso llegó a moverse un documento de recogida de firmas para promover la presentación del partido a las elecciones del 23 de julio. En el conjunto de España rondó casi el millar de rúbricas entre afiliados sobre un censo estimado de unos 5.000.
La reunión en modo remoto antes citada tenía, sobre todo, el objetivo de transmitir un mensaje de ánimo a quienes se han convertido en los principales interlocutores institucionales del partido: sus concejales supervivientes. “Seguimos trabajando, vamos a resistir, nos adaptaremos, buscaremos nuestro espacio para ser tenidos en cuenta por la población”, fueron algunos de los mensajes que trasladaron a unos ediles que, efectivamente, tratan de adaptarse a su nueva realidad de casi orfandad.
No tendrán el apoyo institucional de un grupo parlamentario en Les Corts ni la opción de pedir ayuda a sus diputados provinciales para solicitar subvenciones de la Diputación. La estructura de liberados se ha diluido. El propio secretario de Acción Institucional y Organización, Narciso Estellés, ha retornado a su puesto de trabajo tras no repetir como concejal en València.
En este contexto el comité ejecutivo autonómico del partido en la Comunidad Valenciana se reunirá este viernes para analizar la situación y fijar retos de futuro, si consideran que lo hay. En el ámbito regional Cs ha logrado únicamente representación en 18 municipios del total de 542 existentes en la autonomía. En la provincia, en 10 de los 266.
No obstante, la intención inicial, recién constituidos los consistorios, de sus cargos consiste en seguir adelante. Ya han creado un grupo de whatsapp de nuevos concejales, aunque mantienen con cierta actividad el anterior e incluso el de alcaldables.
Quedan inasequibles al desaliento, como los ya ex concejales en Sagunt, Salva Montesinos; o Massamagrell, Jesús Gimeno. O, por supuesto, una de las supervivientes y diputada provincial desde abril, la activa periodista y concejal renovada en Rocafort Rosario Marco. Por ahora, su objetivo consiste en aguantar con la esperanza de que vuelva a llegar ese momento del que disfrutaron en 2015 y 2019.
