ALICANTE (EFE/Carlos Rosique). El complejo de Ciudad de la Luz, auspiciado por la Generalitat Valenciana e inaugurado en 2005, busca romper el mito tan manido en el mundo del cine de que segundas partes nunca fueron buenas ahora que vuelve a su razón de ser, tras casi una década de parón audiovisual en el que el complejo fue subastado, se convirtió en vacunódromo, hogar de una Conselleria, centro tecnológico y también refugio de ucranianos.
Ni uno de sus grandes impulsores, el cineasta valenciano más internacional, Luis García Berlanga, hubiera ideado un guion tan inverosímil para la Ciudad de la Luz, ubicada frente a la playa de Agua Amarga (Alicante) y que retoma este 1 de julio su actividad cinematográfica, después de cumplir una sanción de la Comisión Europea por ayudas ilegales de la Generalitat.
Este mismo lunes, Ciudad de la Luz empezará a decidir su futuro con una comisión técnica en la que estarán presentes funcionarios de Cultura e Innovación, y también de varias de las 'film offices' (oficinas cinematográficas) que se han creado en los últimos años, con el objetivo de crear una "film comission" que articule la promoción y la gestión de la demanda de rodajes.
Tras "Lo imposible", quizás el rodaje más espectacular y uno de los últimos de las 63 producciones realizadas total o parcialmente en el complejo audiovisual por excelencia de la Comunitat Valenciana, la Ciudad de la Luz, en la que se invirtieron unos 470 millones de euros, se vio sumergida en un guion que ha terminado por crear un espacio en el que coexisten sectores muy distintos.
Todo comenzó en 2012, cuando la Comisión Europea condenó a Ciudad de la Luz a parar la actividad del complejo cinematográfico por las ayudas que había destinado la Generalitat a la construcción de este complejo y obligó a poner en venta los inmuebles alicantinos, aunque después, en 2016, dos subastas que se declararon desiertas invitaban al concurso de acreedores.
El consejo de administración de Ciudad de la Luz de Alicante declaró desierta la primera subasta porque la única oferta presentada no pasaba de una declaración de intenciones y una petición de reunión con el president de la Generalitat, mientras que en la segunda, que cifró la venta en 94,4 millones de euros, concluyó que la única oferta no incluía el aval del 5 por ciento del precio de salida, unos 4,7 millones de euros.
Así, el 1 de junio de 2017, el Consell logró "renegociar" con Bruselas, evitar el concurso de acreedores y que la CE autorizara conceder a la Generalitat la propiedad y gestión, mediante la dación en pago, aunque la sanción cinematográfica seguiría hasta 2027.
En ese tiempo, el Consell anunció el 13 de septiembre de 2017 que "promovería" en Ciudad de la Luz un "distrito digital", un espacio que "debía ser de digitalización e inteligencia artificial de la economía valenciana".
En cinco años, Distrito Digital ya alberga más de 300 empresas instaladas en el complejo audiovisual, que durante este año ha acogido a "Partida", una empresa ucraniana de más de doscientos empleados y que ha tenido que huir por la invasión rusa, y que en los próximos meses pretende recibir a Euronews, que prevé una plantilla de 30 personas en Alicante y una academia.
Dos años después del inicio de Distrito Digital, Puig anunció que la nueva Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital se ubicaría en Ciudad de la Luz, donde coexistiría con las empresas tecnológicas ya implantadas y también con la delegación en la provincia de la radiotelevisión autonómica À Punt, que se ubicó en el complejo desde sus inicios.
La conselleria de Innovación se convirtió en el primer departamento autonómico de la Generalitat en ubicarse fuera de València, una decisión que Puig adujo a la necesidad de "vertebrar" la Comunitat y de establecer una "bicapitalidad" entre Alicante y València.
Tras ser imaginado como complejo cinematográfico, en 2020 ya era centro de captación de talento mediante Distrito Digital y también hogar de una Conselleria, pero también se le sumó la aplicación de vacunódromo contra la covid.
Unos 4.000 metros cuadrados de los platós 3 y 4 de la ciudad pensada para filmaciones de cine acogieron durante varios meses a miles de alicantinos para recibir su dosis frente a la pandemia sanitaria.
Los estudios cinematográficos fueron adaptados para convertirse en un lugar adecuado para la vacunación, ya que cumplía con el requisito de ser un "macroespacio" que podía ser "fijo" durante los meses que fueran necesarios, sin entorpecer ninguna otra actividad.
Acabadas todas las dosis de las vacunas, la Ciudad de la Luz se convirtió durante este mes de marzo en centro de acogida para ucranianos. Si bien al principio fue simplemente un centro logístico de ayuda humanitaria, el complejo se convirtió a principios de abril, junto a Madrid y Barcelona -posteriormente se unió Málaga-, en uno de los cuatro puntos de acogida de ucranianos.
Este refugio, que sigue ayudando a los refugiados ucranianos a sobrellevar la huida de su país natal ha sido el último de los múltiples usos que ha tenido Ciudad de la Luz en los últimos años.
Pocos se podrían imaginar que tras rodar "El síndrome de Svensson", que fue primer largometraje rodado en estas instalaciones en el verano de 2005, esta ciudad pensada para el cine habría contado con un guion tan extravagante.
No obstante, ahora el complejo tiene la oportunidad de redimirse y, bajo el control de la Sociedad de Proyetos Temáticos de la Comunitat Valenciana, convertirse, de nuevo, en una fábrica de sueños que pugne con los principales estudios cinematográficos del viejo continente.