Enfrentamientos personales, rupturas y comentarios en redes han desencadenado esta iniciativa
VALÈNCIA. La moción de censura de Loriguilla ha sido suscrita por los concejales del PP y PSPV en este municipio pese a la desautorización de sus respectivos partidos. De hecho, les advirtieron antes de firmarla de que no la apoyarían; no obstante, los cinco ediles han seguido adelante. Lo tienen claro. No se trata, como coinciden en señalar, de "una cuestión de siglas o colores", sino de promover un cambio.
Como ayer adelantó Valencia Plaza, el quinteto de munícipes renunció a la militancia en sus respectivos partidos poco después de presentar el escrito para promover al edil socialista Carlos Eusebio Rodado como nuevo alcalde en sustitución del actual máximo munícipe, Sergio Alfaro, de Ciudadanos. De esta forma se anticipaba a una hipotética expulsión y no veía manchada su trayectoria en PP o PSPV con un expediente o una sanción.
Tenían claro su proyecto. De hecho ya hace días que lo venían planificando, apenas unas jornadas después de que Alfaro destituyera, el pasado 12 de mayo, de sus competencias a los dos representantes de su por entonces socio de gobierno: el PSPV. Lo hizo citándoles a las 13 horas en el Consistorio para comunicarles el cese y con un vídeo publicado en su perfil de Facebook, escasos minutos después, en el que arremetía contra ellos acusándoles de amenazas en redes y dejando caer una petición de salario público a principios de mandato, tres años antes.
Con la decisión, y, sobre todo, "con las formas", se había granjeado la enemistad del único partido que le apoyaba. "Me arrepiento del pacto con el alcalde", señalaba ayer a este diario Rodado, el edil que precisamente insistió en que el PSPV sellara el acuerdo al principio de mandato. A lo largo de estos tres años ha sufrido "una continua falta de respeto y de injerencias, como muchas otras personas en el Ayuntamiento".
El candidato socialista a la alcaldía en la moción de censura -cuyo pleno de votación se ha convocado el 7 de junio, a las 12 horas, como ya ha notificado el secretario del Consistorio a los diferentes partidos- no ha nacido en Loriguilla, aunque reside en esta población desde hace 13 años. Tiempo suficiente para saber de los entresijos personales de sus principales actores.
En cambio, la portavoz del Partido Popular, Montse Cervera, que asumirá la alcaldía a partir de diciembre, tras el acuerdo de alternancia de seis meses con Rodado, sí que es oriunda de la localidad y la conoce perfectamente. Su partido la ha gobernado -con un hermano suyo, Javier Cervera, como alcalde- hasta 2015. En 2007 el PP logró seis ediles; en 2011, cinco; y en 2015 cuatro, con lo que perdió la mayoría absoluta. Alfaro, con la marca pujante de Ciudadanos como bandera, consiguió que se fragmentara el voto popular. Los tres ediles que cosechó le bastaron para, con un pacto con el PSPV (también entonces con dos concejales), sentarse en el sillón presidencial.
Desde entonces Alfaro, que se caracteriza, entre otras cuestiones, por sus escritos en Facebook bastante beligerantes con la oposición, ha mantenido una dura pugna con Montse Cervera, aderezada con múltiples comentarios personales. Las elecciones de 2019, lejos de atemperar la llama, la avivaron.
Con ese enfrentamiento enconado con el PP y con la ruptura abrupta con el PSPV hace dos semanas, Alfaro ha logrado lo que en otro municipio resultaría imposible, que los dos principales partidos del espectro nacional sumen fuerzas para expulsarlo de la alcaldía. Aunque las direcciones provinciales y comarcales de ambas formaciones se opusieran, pronto se dieron cuenta de que no había vuelta atrás. Se trataba de una decisión personal, no ideológica.
"Mi única motivación política siempre ha sido hacer que Loriguilla, mi pueblo, avance y mejore. La calidad de vida y el bienestar de mis vecinas y vecinos siempre estará por encima de los colores y siglas", insiste Montse Cervera. Tanto ella como Carlos Rodado recalcan que "mucha gente del pueblo nos ha pedido que cambiáramos la situación, no se podía seguir con este alcalde".
Por su parte, el actual primer edil responde desde el parapeto de su cuenta de Facebook calificando de "pacto del rencor" el acuerdo y, de nuevo, recurriendo a alusiones personales, en este caso citando al hermano de la candidata del PP. "Es una moción de censura sin sentido y promovida por personas cuyos únicos intereses son personales", repite a quien lo quiera leer.
Sus críticas aúnan más a sus rivales, que han llegado a un rápido acuerdo para distribuirse las delegaciones. Rodado, por ejemplo, además de la alcaldía en el primer semestre, asumirá Sanidad, Cultura, Deporte, Hacienda y Comunicación. Por su parte, Montse Cervera se encargará de Seguridad Ciudadana o de Patrimonio. A la oposición pasarán los cuatro representantes de Ciudadanos frente a la nueva mayoría de cinco del equipo de gobierno.
Están dispuestos a aguantar algunas presiones que, admiten, reciben desde ayer en Loriguilla, un municipio de menos de 2.000 habitantes ubicado en la comarca del Camp de Túria. Todos se conocen y saben el presente y pasado de sus convecinos. Por ese motivo posiblemente importe menos a los cinco concejales firmantes de la moción lo que se diga desde las direcciones de sus partidos en Valencia. Les queda muy lejos.
"Se trata de un acuerdo puntual, hasta elecciones", recalca el futuro -salvo imprevistos antes o durante el pleno del 7 de junio- alcalde, el ya ex socialista -el martes por la tarde explicaba el carácter inapelable de la decisión y su renuncia de militancia a su secretaria general comarcal y alcaldesa de Marines, Lola Celda- Carlos Rodado.
Al igual que los también ya ex populares, "no hemos querido perjudicar a nuestros partidos". De ahí sus renuncias. Y también por ese motivo su inusual pacto que tiene, como objetivo final, destituir a Sergio Alfaro, de Ciudadanos. Pocas circunstancia unen más que enfrentarse a un enemigo común.