VALÈNCIA. Hace ya diez días que la Comunitat Valenciana y, en particular, la provincia de Valencia vivió una de las peores tragedias de su historia más reciente: una descomunal Dana arrasó 75 municipios, ha dejado ya 207 fallecidos, 93 desaparecidos, vehículos amontonados convertidos en chatarra y un panorama desolador de barro cubriéndolo todo. Una situación catastrófica que, con el paso de los días, ha llevado al Gobierno valenciano, y en concreto a varios de sus altos cargos, a una situación de colapso tanto por los momentos previos como por la gestión de los posteriores.
Así, en cuanto al preludio de la crisis, se ha venido cuestionando la gestión realizada por el Gobierno valenciano que preside Carlos Mazón, en especial, por lo que respecta al manejo de las alertas para que la población estuviera prevenida con cierta antelación de lo que podía ocurrir y no cuando ya era demasiado tarde en la mayoría de casos, puesto que se mandó a las 20.10 horas. Un sistema de envío de alertas que la propia consellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, admitió este mismo jueves que desconocía hasta el día que ocurrió la catástrofe.
Así, conviene apuntar que la tragedia la había situado en el foco de la polémica por ser la máxima responsable de Emergencias en el Consell. Tanto a ella, como también al secretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, y al director general del ramo, Alberto Javier Martín. Sin embargo, pese a situarse en el centro de la diana, estos habrían tenido poca visibilidad en la gestión de la catástrofe, si bien fuentes consultadas por este diario aseguraban que sus escasas intervenciones respondían a que Presidencia había preferido centralizar la comunicación y que fuera el propio Mazón tomara las riendas de la crisis.
Un silencio que Pradas rompió este jueves para tratar de replicar a la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, que, según publicó la Cadena Ser, llegó a llamar en tres ocasiones a la consellera de Justicia el pasado martes para ofrecer medios a la Generalitat ante el riesgo que supondría el paso de la dana por Valencia.
Tras anular su agenda al recibir la alerta de la Aemet, reunió a los equipos de la UME (Unidad Militar de Emergencia), Guardia Civil, Protección Civil y Carreteras del Estado y los mantuvo en alerta. Y a media mañana, a las 12:23 horas, se produjo la primera llamada para advertirle de la gravedad de la situación y ponerse a disposición de lo que necesitara Emergencias del Consell. Pradas, según la versión de Bernabé, le respondió que seguírían "en contacto". Media hora más tarde, la situación se repitió en términos similares y lo mismo ocurrió en una tercera llamada. No fue hasta las 14:00 horas hasta que Pradas reclamó la UME, pero para el municipio de Utiel, según la versión de delegación de Gobierno.
Con este relato, la consellera salió al paso este jueves en una entrevista en À Punt para defender que era Bernabé la que tenía los "datos" y la "información" para sentenciar: "A nosotros no se nos estaba trasladando esa información que ella pudiera tener" ni le comunicó "ningún dato alarmante".
No obstante, en esa misma entrevista, Pradas relataba que el fatídico martes las 20.00 horas recibió la llamada de Hugo Morán, secretario de Estado de Transición Ecológica, dependiente del Ministerio, que le trasladó que estaba en Colombia, enterándose de la situación y que no le podía asegurar que no se iba a romper la presa de Forata. En ese momento, explicó Morant admitió que un técnico les informó de que existía la herramienta de aviso a la población Es-Alert. Unas manifestaciones que daban a entender que la consellera desconocía, a las 20 horas, la existencia de esa posibilidad de remitir una alerta al móvil o, en su defecto, no se había planteado su uso hasta entonces.
Paradójicamente, apenas unas horas después se hacía pública una circular del mes de agosto de la propia conselleria de Pradas en la que se relataba la puesta en marcha de la campaña de prevención de inundaciones en la que recordaba a los ayuntamientos los procedimientos de actuación y hablaba de la herramienta ES-Alert. "Desde este año está activo el sistema de alerta a la población (ES-Alert) mediante la Red de Alerta Nacional, que permite el envío de mensajes a los teléfonos móviles de aquellas situaciones de especial gravedad y que impliquen actuaciones por parte de las personas receptoras", rezaba la circular. Es más, cabe recordar que, en octubre de 2022, durante el Gobierno del Botànic, se realizaron las pruebas técnicas de este sistema de alertas masivas ante emergencias y catástrofes.
El embrollo fue a más cuando en la tarde noche de este jueves, la Cadena Ser publicó un breve audio de la crítica reunión del Cecopi del martes 29 de octubre, día de la tragedia. El documento, datado a las 19.15 horas, aunque no revela ningún dato concreto destacado, si muestra que el tema de la conversación giraba en torno a la alerta de los móviles, lo que contradice la versión de Pradas de haber tenido constancia de la herramienta a las 20 horas. La responsable autonómica, tras el revuelo causado por su entrevista en À Punt, colgó un mensaje en la red 'X' para matizar sus palabras: "Por supuesto que conocía la existencia del sistema de envío masivo de mensajes de alertas a la población en casos de emergencias, sistema que se activó por parte del Cecopi una vez que el Ministerio de Transición Ecológica me reconoció a las 20 horas del 29 de octubre el riesgo inminente de rotura de la presa de Forata", señaló.
Unas declaraciones con las que Pradas terminó una jornada que la dejó notablemente tocada políticamente. Cabe recordar que, pese a ser la responsable de Emergencias como consellera de Justicia e Interior y estar presente -incluso liderar- las reuniones del Cecopi, la consellera no había protagonizado declaraciones ni ejercido como portavoz desde el estallido de la catástrofe, lo que había trasladado cierta sensación de arrinconamiento tras la crisis de la primera jornada. Tras lo ocurrido ayer, la sensación es de que la consellera se encuentra al borde del abismo político.
También la gestión del desastre vienen minando la figura de la consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Nuria Montes, quien hace una semana protagonizó unas controvertidas declaraciones en las que pedía a las familias de desaparecidos y fallecidos que no acudieran a Feria Valencia, donde se ha habilitado una morgue para albergar 400 cuerpos tras el colapso de la Ciudad de la Justicia de València.
Con un tono frío y contundente, Montes aseveró ante los medios: "Aquí no se van a entregar cuerpos a familias, no se va a permitir el acceso de familiares a la zona donde tenemos custodiados a todos los fallecidos, así que tienen que esperar de forma obligatoria la llamada del juzgado y la entrega de la documentación pertinente". La dureza de sus palabras recibió sonoras críticas, a las que tuvo que salir al paso la propia consellera con un vídeo de disculpas: "Lamento que mis palabras hayan estado faltas de empatía y sensibilidad. Pido perdón", admitió a posteriori.
A este polémico episodio se sumaba esta semana la denuncia una funcionaria de la conselleria de Montes, que ha perdido a su marido y su hija en la inundación. En un programa de televisión expuso que "tras una semana" la dirigente se había puesto en contacto con ella. "Hoy me ha llamado por teléfono para decirme que lo sentía mucho y que cómo estaba mi familia", relató la familiar, quien aseguró que le "dolió tanto" cuando Montes le "dijo ‘mujer, habérmelo dicho, te hubiera podido enviar un coche oficial’".
También la conselleria decidió salir a responder por estas críticas, explicando que en el departamento hay "dos compañeras que han perdido familiares directos", lo que se notificó a la titular el lunes, por lo que al día siguiente "telefoneó a estas dos personas para transmitirles el pésame del gabinete y ponerse a su disposición si necesitaban algo". Así, tras argumentar que Montes "nunca había hablado antes con ellas", defendió que "se limitó a escucharlas y a transmitir el pesar de todo el equipo" pero que "en ningún momento se hizo ningún ofrecimiento más allá del apoyo".
Pero la última crisis reputacional se produciría, a mayor abundamiento, este mismo miércoles, cuando se viralizó un mensaje de Montes, datado de 2018, que se burlaba de las alertas de emergencias a los ciudadanos. "Después de una alarma en la que han caído 2 o 3 gotas, no me extraña que dentro de unas horas, nos declaren la alerta por tsunami si ven dos o tres olitas en el mar #sageraos", rezaba el tuit, ya eliminado. Un comentario fuera de lugar que, en una situación normal no tendría apenas consecuencias -a muchos políticos les ha ocurrido con tuits antiguos, pero que en la situación actual ha contribuido a seguir encendiendo las redes contra la responsable autonómica.