VALÈNCIA (EFE). Vecinos, voluntarios e incluso militares y policías desplegados en Picanya han podido comer este sábado 'casero y calentito' gracias a la solidaridad de Foios, un pueblo de la comarca valenciana de l'Horta Nord que ha traído sus tradicionales calderas de arroz hasta una de las localidades de Valencia afectadas por la Dana.
Quince humeantes grandes ollas, colocadas en una línea casi perfecta sobre las tres toneladas de leña traída para la ocasión, han permitido cocinar en el patio del colegio público Ausiàs March -que también acoge estos días operativos del Ejército de Tierra- hasta 3.000 raciones recién hechas de un oloroso arroz caldoso.
Las tradicionales calderas de las Fiestas de la Mare de Déu d’Hivern (Virgen del Patrocinio de Invierno) han sido trasladadas de manera solidaria desde Foios hasta Picanya, que más de dos semanas después de la trágica riada trabaja incansablemente para recuperar la normalidad.
La Concejalía de Fiestas de Foios, que encabeza Mari Carmen Cabo, decidió suspender por el luto derivado de la Dana los actos de carácter festivo previstos en este pueblo para el segundo fin de semana de noviembre y pensó que sería buena idea llevar las calderas a uno de los municipios afectados.
El alcalde, Sergi Ruiz, ha explicado a EFE que esta misma mañana han salido a primerísima hora, sobre las 6:00 horas, para hacer posible este generoso y nutritivo gesto solidario, en el que el Ayuntamiento se ha hecho cargo de toda la logística, que ha supuesto el transporte de 1.500 litros de agua y del resto de ingredientes para la comida.
Además del arroz caldoso, que ha sido muy bien recibido por todos los que se han acercado a recogerlo al colegio donde se ha guisado, el Consistorio pidió colaboración ciudadana para acompañar este plato con un postre casero.
Por ello, los vecinos, voluntarios y operativos que han acudido han recibido además dulces empaquetados de forma individual, que han completado una comida que a muchos les ha 'sabido a gloria'.
"Este es un plato muy típico de Valencia, queremos trasladar solidaridad, por eso renunciamos a celebrar estas calderas en nuestro pueblo y decidimos traerlo a uno tan afectado por la Dana", ha explicado el regidor.
Como ha comentado uno de los artífices de esta acción, Iván Albert, el arroz ha requerido unas seis horas de cocción hasta "encontrar el punto" para que pudiera ser servido junto a carne de vacuno, cerdo y cordero, verduras, especias, agua y sal.
"Este arroz es una maravilla", resumía una de las vecinas que se han pasado a por su arroz: "Estamos encantados con la solidaridad de la gente. Tengo a cinco (personas) que han venido a vaciarme el trastero para comer".
"Si no fuera por este apoyo y por esta gente no podríamos comer caliente", ha indicado Mercedes Aroca, otra vecina, quien también ha subrayado la ayuda brindada desde tantas personas venidas de fuera de la localidad.
"Es una manera de dar un poco de normalidad al pueblo, lo necesitamos todos", dice Carmen González, otra vecina que no puede evitar emocionarse.