Gracia y Dómine continúan evitando responsabilidades en la investigación del accidente de metro

VALENCIA. Cierto olor a 2006 olía en les Corts. La segunda ronda de comparecencias de la nueva comisión de investigación del accidente de metro del 3 de julio tenía cierto tono del pasado.

Los primeros comparecientes, José Vicente Dómine (ex director general de Transportes y vicepresidente del consejo de administración de FGV) y Marisa Gracia, exdirectora general de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana, se refirieron en múltiples ocasiones a sus declaraciones en la primera comisión y mantuvieron la misma línea discursiva, evitando asumir todo tipo de responsabilidades.

Ambos dirigentes manifestaron en múltiples ocasiones desconocer las pruebas que se les planteaban, no recordarlas o, simplemente, que no eran ámbitos de su responsabilidad. Interpelados por los representantes de las cinco formaciones políticas presentes en la comisión (PP, PSOE, C's, Compromís y Podemos) los en su momento cargos de FGV negaron las acusaciones de mentir en la anterior comisión o de manipular testimonios.

Una de las acusaciones más repetida por los miembros de la comisión a Dómine y a Gracia fue la relativa a la consultora HM Sanchis y a a su papel en la anterior comisión de 2006. Según se publicó en 2012, FGV contrató los servicios de esta empresa para instruir a los técnicos en sus comparecencias ante la comisión. La empresa elaboró hasta 62 posibles respuestas y un código de directrices sobre cómo afrontar la comisión de investigación.

En esta nueva sesión, ambos dirigentes de FGV han negado que se aleccionaran las respuestas. "No recibí ninguna indicación, ni de HM Sanchis ni de nadie" declaró Dómine, mientras que Gracia desarrolló que "lo que hizo HM fue convertir en lenguaje entendible" las respuestas de los técnicos, asumiendo así que sí se prepararon las comparecencias. Sin embargo, insistió en que "no hubo un cuestionario".

"si el conductor no hubiera ido a 80km/h en la curva no se habría producido el accidente"

En palabras de la gerente de FGV entre 2003 y 2012, la HM Sanchis ya realizaba servicios de comunicación para la entidad y tampoco se preguntó al Consell sobre la misma. "Todo lo que declaré en 2006 lo mantengo" declaró Dómine. Y prácticamente así fue, puesto que las comparecencias consistieron de nuevo en echar balones fuera, culpando al mal estado de las infraestructuras de cercanías. Gracia fue más allá, llegando a declarar, ante la pregunta de si la línea 1 era segura que "si el conductor no hubiera ido a 80km/h en la curva no se habría producido el accidente".

Algunos diputados se mostraron muy severos con los dos responsables de FGV. Los representantes de Compromís y Podemos acusaron a los entonces directivos de la entidad de mentir a la comisión y faltar al respeto a las víctimas. Por su parte, Ana Barceló, del PSPV, mostró un titular y una foto de prensa de la mariscada que disfrutaron gerentes y técnicos de FGV tras la investigación en la que los ténicos habían repetido la misma versión de los hechos, lo que Gracia consideró "un titular frío y deleznable" y aseguró que "por parte de FGV, la sensibilidad con las víctimas fue impecable", ya que estas individualmente fueron atendidas en la entidad, según Gracia. Posteriormente, en los pasillos de les Corts, representantes de la Asociación de Víctimas (AVM3J) aseguraron desconocer si alguien había ido a hablar con la entonces gerente.

También fueron preguntados por el informe de 2005 que fue ocultado en la anterior comisión por la Generalitat, en el que se admite que las unidades del tren siniestrado (UTA 3700) estaban "próximas al final de su vida útil" y con piezas deterioradas, alertando con un año de anterioridad al accidente de que ya existían fallos en la seguridad. En ese informe también se alertaba de la situación de las ventanas, que según se desprende del informe policial, no estaban fijadas debidamente y se convirtieron en una trampa para las víctimas. La respuesta de Dómine fue que "no había leído ese informe y si se había tratado en el consejo de administración fue de forma epidérmica".

Por su parte, sobre el mismo informe, la exdirectora general de FGV manifestó que no recordaba el informe en sí mismo, pero aseguró que "lo que marcaba la vida útil de las unidades es el sotfware" y que el informe trataba de "justificar un gasto importante en FGV".

La caja negra y el libro de incidencias fueron dos grandes incógnitas en el accidente. Los datos de la caja negra fueron borrados y el libro de incidencias no apareció. La explicación a estas cuestiones de Gracia fue que la caja negra que se llevó a FGV nada más ocurrir la tragedia estuvo en todo momento custodiada por la Policía y no se manipuló, y que el libro no se pudo entregar "porque no estaba". "No puedo explicar dónde estaba, no lo sé, nunca llegó a FGV", añadió.

Las no dimisiones también fueron una cuestión planteada a ambos. Mientras que Dómine no se planteó dimitir y dudó sobre si con la información actual lo hubiera hecho, Gracia -que no dimitió hasta 2012 y no por el accidente- manifestó que fue el entonces conseller de Obras Públicas, José Ramón García Antón, le dijo: “no te vas a ir, esto lo vamos a llevar los dos”, para luego añadir "no me siento responsable política. Hice lo que era mejor para mi empresa".

Durante la misma jornada, ya por la tarde, comparecieron en la comisión Vicente Contreras y Francisco García Sigüenza, ambos imputados -"investigados" según el término de la nueva Ley de Enjuiciamiento criminal- en la causa penal. 

Tanto el director adjunto de explotación de FGV como el exresponsable de los talleres y de las instalaciones fijas de la empresa se negaron a responder a las preguntas de la comisión dada su situación judicial. Ante esto, la presidenta de la comisión, Sandra Martín, recordó que las conclusiones de las comisiones de investigación de los Parlamentos "no son vinculantes para los tribunales, ni afectan a los resultados judiciales".

Los miembros de la comisión lamentaron su negativa y de igual modo plantearon sus preguntas a los responsables de FGV aunque, como se advirtió, sin respuesta.