VALÈNCIA. Catástrofes como la Dana que asoló hace poco más de un mes la provincia de Valencia evidencian la importancia de que la ciudadanía tenga a su disposición información veraz y lo más actualizada posible. Los medios de comunicación y las redes sociales de políticos e instituciones permiten a la ciudadanía conocer el alcance de las emergencias, así como acciones que pueden llevar a cabo para abordar la situación de la mejor manera posible.
Para tratar la Dana desde el punto de vista comunicativo, la Facultat de Filologia, Traducció i Comunicació de la Universitat de València (UV) albergó un taller de cocreación centrado en analizar cómo se transmitió la información pública antes, durante y después del episodio. El encuentro, celebrado durante la tarde de este lunes, se enmarca en las jornadas internacionales sobre los públicos de la comunicación social de la ciencia, Euroscicomm 2024, que se celebran hasta este martes en la citada facultad.
Alrededor de una treintena de personas asistió a este encuentro, que estuvo dirigido y moderado por la investigadora de ScienceFlows de la UV, Isabel Mendoza, y por la responsable del Área de Comunicación Científica de Science for Change, Joana Magalhães. En primer lugar, estas profesionales realizaron un primer análisis sobre el contenido que fue difundido durante las primeras horas del 29 de octubre a través de fuentes primarias (Aemet, CHJ, Emergencias 112...), así como en medios de comunicación y redes sociales de personajes políticos.
En este sentido, varios periódicos ya llevaban desde primera hora en sus portadas la alerta por "fuertes lluvias", mientras que otros se hacían eco de decisiones como la suspensión de clases en varios municipios. Entre los tuits que se recogen de ese mismo día se encuentra uno publicado en el perfil oficial de la Conselleria de Medio Ambiente, que pidió extremar las precauciones a primera hora de la mañana.
Por otro lado, políticos como el president de la Generalitat, Carlos Mazón, pidió "prudencia en carreteras" por el temporal. A la misma hora del post de Mazón, la entonces consellera responsable de Emergencias, Salomé Pradas, realizaba un balance sobre la situación en el que señalaba: "Recuerda extremar precauciones en carretera y evitar desplazamientos innecesarios". Mientras que, alrededor de las 10.00h, la Delegación del Gobierno ya destacaba la alerta roja en la zona.
Las investigadoras también mostraron datos de la herramienta BuzzSumo, utilizados para analizar cuáles fueron los tuits de medios de comunicación que más se compartieron entre el 28 de octubre y el 4 de noviembre. En este sentido, los enlaces más difundidos fueron "no desinformadores", al ser de cabeceras como À Punt, El País, y El Plural. Aunque es cierto que YouTube se posicionó en noveno lugar en términos de volumen de enlaces compartidos, los vídeos más vistos durante esos días fueron "de fuentes fiables", como RTVE. No obstante, Mendoza deslizó: "Es posible que más allá del 4 de noviembre las cosas hayan cambiado".
Tras esta primera fase, el público fue interpelado mediante la siguiente cuestión: ¿Cuáles pueden haber sido los principales problemas de la desinformación? Una pregunta que obtuvo más de 30 respuestas de los allí presentes a través de una herramienta en línea habilitada para tal efecto.
A modo de síntesis, los asistentes pusieron de relieve la falta de formación en comunicación científica, la forma de redactar los mensajes sobre la emergencia y la falta de recomendaciones a la ciudadanía sobre medidas a adoptar en función de la situación. Algunas voces remarcaron los efectos que pudieron tener "el apagón eléctrico" y los intereses políticos en la forma y los plazos en los que se comunicó acerca de la situación. Además, uno de los asistentes destacó la falta de "una visión global y simultánea del tiempo al que iban surgiendo las alertas".
Todo ello generó un debate en el que participaron decenas de personas y del que no se obtuvo una conclusión concreta, aunque sí la idea de que cuestiones como el uso de comparaciones, un lenguaje mucho más directo, así como recomendaciones a seguir en caso de emergencia podrían haber ayudado a mejorar la comunicación de esta catástrofe.
Cabe mencionar que este grupo de investigadores se encuentran actualmente con la elaboración de una guía interactiva sobre cómo comunicar en tiempos de crisis a través del proyecto europeo Coalesce. Actualmente existe una versión en inglés de un navegador de crisis que distingue cuatro fases (pre-, inminente, actual y poscrisis) y en las que la comunicación científica resulta clave para gestionar la crisis de manera correcta. Las futuras versiones de este documento tendrán adaptaciones orientadas a periodistas y políticos.