Compromís mejora su peso en Madrid pero se queda sin opciones de formar grupo propio

VALÈNCIA. La alianza de Compromís con la plataforma de Yolanda Díaz dio frutos para la coalición valencianista en las elecciones generales de este 23 de julio: Compromís-Sumar (marca bajo la que acudieron a las urnas) logró este domingo un total de cuatro escaños en el Congreso de los Diputados. Un escenario que multiplica por cuatro su resultado de 2019, pero que sabe un poco agridulce para los valencianistas porque se quedan sin opciones de formar grupo propio. 

La coalición sumó un total de 240.712 votos en la circunscripción de Valencia, lo que supone un respaldo de casi el 17%. Unas cifras con las que en esta provincia la coalición logra tres escaños en la Cámara Baja que ocuparán Àgueda Micó, Alberto Ibáñez y Nahuel González. A estos les acompañará también Txema Guijarro, cabeza de lista por Alicante, dado que en esta circunscripción Compromís-Sumar ha obtenido el 12,84% de los apoyos (114.973 papeletas). Por Castellón, aunque lograron acercarse al 15% de los votos (43.720), no consiguieron representación. 

Ahora bien, a pesar del buen resultado, cabe apuntar que las aspiraciones de Compromís siempre han sido lograr los apoyos suficientes para poder configurar grupo propio en el Congreso. Una circunstancia que le permitiría una mayor visibilidad en la capital, tener voz propia, recibir mayor asignación económica por parte de la Cámara y ser una formación clave para el gobierno de turno, como es, por ejemplo, el PNV, con el objetivo de arrancar al Gobierno concesiones para la Comunitat Valenciana. 

Para ello, sin embargo, según el reglamento de la propia Cámara Baja, es necesario obtener un mínimo de cinco diputados y, además, al menos un 15% de los votos en cada una de las circunscripciones en las que se presenta la coalición o bien un 5% de las papeletas en el conjunto del Estado. 

Ninguna de las dos condiciones se cumplió este domingo. Por lo que el resultado de estas elecciones es agridulce para la formación. Si bien es cierto de que existen precedentes en los que la Mesa del Congreso ha sido flexible a la hora de admitir grupos que no cumplían todos los requisitos. 

Díaz cuadruplica los apoyos

Los cuatro diputados suponen un balón de oxígeno para los valencianistas, dado que cuadruplican su representación en Madrid respecto a la legislatura anterior. Pero no solo eso, también han multiplicado significativamente el número de votos: de los 175.092 que obtuvo Més Compromís en 2019 en la Comunitat Valenciana, en esta ocasión la cifra total se sitúa en 399.405. 

Cabe recordar que, hace cuatro años, los valencianistas decidieron acudir junto a Más País, el partido de Íñigo Errejón, y no con Unidas Podemos a las elecciones generales. Una decisión cuestionada en su día a la interna por la exlíder de Compromís, Mónica Oltra, que prefería hacerlo con el partido liderado por Pablo Iglesias por una cuestión estratégica: poder mantener las listas de la coalición al Congreso de los Diputados intacta. 

Los resultados de entonces demostraron que la jugada no le salió bien a la UTE electoral integrada por Bloc, Iniciativa y VerdsEquo y que la líder de Compromís tenía razón, dado que su representación quedó intacta respecto a los comicios anteriores en las que la marca acudió a las urnas en solitario. Baldoví fue el único diputado que obtuvieron por la Comunitat, que se integró en el Grupo Mixto, y apenas rascaron en torno a un millar más de votos. En esta ocasión, sin embargo, el escenario es totalmente diferente. 

Compromís cerró en junio su acuerdo con Sumar para formar una coalición electoral y en él, entre otras cuestiones, acordaron que la cara de la vicepresidenta en funciones del Gobierno, Díaz, se imprimiera en las papeletas electorales. Algo que en Madrid pusieron como condición sine qua non desde el inicio de las negociaciones para que el electorado pudiera identificar la papeleta sin problema y que podría haber influido en el resultado electoral de este domingo.