VALÈNCIA. El próximo jueves 23 de noviembre se afrontará en el Congreso de los Diputados la votación de la nueva Ley del Cupo Vasco para el periodo 2017-2021 y la modificación del Concierto Económico, que fruto del entendimiento entre el PP y el Partido Nacionalista Vasco (PNV), mejorará aún más la financiación de la comunidad que, a día de hoy, es la que cuenta con mayores privilegios en esta materia de toda España. Una maniobra que, según ha podido saber este diario, no contará con el apoyo de los diputados de Compromís.
La afinidad entre los populares y los nacionalistas vascos obedece –tal y como ha sucedido históricamente– a una mera cuestión numérica. El PNV, así como en otro tiempo –antes de tornarse independentistas– los catalanes de CiU, han sabido siempre jugar sus cartas beneficiándose de los equilibrios necesarios en la Cámara Baja. Es decir, el puñado de escaños de estas formaciones ha servido en muchas ocasiones tanto a gobiernos populares como a socialistas para aprobar sus presupuestos y otras cuestiones. A cambio, las fuerzas nacionalistas han sacado su tajada.
Este es el caso de la votación del próximo jueves en el Congreso. Tal y como explicaba el director de Valencia Plaza la pasada semana en su columna, esta operación que colateralmente afecta al resto de Comunidades Autónomas porque reduce el dinero para un posterior reparto, se despachará por la vía de urgencia, mediante lectura única y sin posibilidad de enmiendas. Una manera de actuar que en este caso y a petición del Gobierno, ha sido respaldada por PSOE y Unidos Podemos. Todo un indicativo que apunta a que estas fuerzas progresistas se plegarán a favor de esta mejora del Cupo Vasco, algo que no hará Ciudadanos, dado que el rechazo a este trato preferente siempre ha sido uno de los principales pilares de su discurso.
También votará en contra Ciudadanos, contrario no solo a la mejora del Cupo sino al propio régimen foral. Así, puesto que Mariano Rajoy necesita los votos del PNV para sacar adelante los Presupuestos de 2018 y a sabiendas de que para sus rivales habituales es complicado oponerse en esta cuestión, el PP juega a la carambola factible de aprobar esta iniciativa sin Ciudadanos pero con el apoyo de parte de la izquierda para luego sí servirse del partido de Albert Rivera y de los propios nacionalistas vascos para conseguir luz verde a las cuentas del próximo ejercicio. Todo ello con una reforma en paralelo –y tratando de utilizarla como elemento en la negociación– del ya tres años caducado sistema de financiación autonómica.
De este movimiento no participará Compromís. Fuentes de la coalición señalan a este diario que la Ejecutiva de esta fuerza política tomó la decisión días atrás de que sus cuatro diputados voten en contra de la citada ley. Una postura que generaba algunas dudas, especialmente en el Bloc, que en épocas anteriores con Enric Morera como líder ha mantenido buena sintonía con el PNV, incluso llegando a concurrir conjuntamente a las elecciones europeas.
No obstante, las fuentes consultadas por Valencia Plaza aseguraron que no comparten el "arreglo" entre PP y PNV y votarían en contra de la iniciativa pese a que no tengan escaños suficientes para ser decisivos y cambiar el resultado final. Precisamente esa era la duda que algunos dirigentes manifestaban internamente, dado que el voto no era clave, quizá aplicar una abstención diplomática que no causara malestar en el PNV podría ser una opción de cara a futuras cuestiones.
Sin embargo, en el seno de Compromís prevalecieron las dificultades de no oponerse a una ley que, ya no a medio sino a corto plazo, puede perjudicar el reparto que sí afecta a los valencianos y resultaría difícil de explicar al electorado, más aún cuando esta posición les puede permitir distinguirse respecto a otros diputados valencianos de PP, PSOE y Podemos que, salvo sorpresa, se verán obligados a respaldar lo designen sus direcciones estatales.