VALÈNCIA. El barrio marítimo de La Patacona, en Alboraya, lleva años debatiendo el futuro de un icónico enclave: las bodegas Vinival. Desde sus modestos inicios en la posguerra hasta convertirse en un emblema de la industria vinícola valenciana, este lugar ha sido testigo de transformaciones históricas y enfrenta ahora propuestas divergentes sobre cómo debería evolucionar este rincón costero.
La Patacona tiene su origen en la década de los años 40, durante la posguerra. En ese periodo, comenzaron a construirse frente al mar un conjunto de casas, destinadas principalmente a un uso residencial y veraniego. A su vez, coexistían con las viviendas de los campesinos alborayenses que trabajaban en la huerta conocida como "de Vera".
En los años 60, llegó de la mano de la industrialización, la expansión comercial y se desarrolló el polígono industrial de "la Vera". En ese entonces, las zonas costeras eran consideradas "zonas traseras", lo que llevó a la ciudad a expandirse de espaldas al mar, facilitando la instalación de numerosas industrias relacionadas con el puerto de Valencia. Nueve años más tarde se inauguró el edificio de las bodegas.
Las familias Mompó, Teschendorf y Garrigos impulsaron la exportación de productos vinícolas valencianos, dando origen a la construcción de las bodegas Vinival S.A, con capacidad para más de 32 millones de litros. Operaron hasta el 2008, año en el que Bodegas Vinival trasladó sus operaciones a Chiva, donde continúa siendo una de las bodegas de mayor producción en Valencia.
Sin embargo, el edificio original en la Patacona permanece en pie, y su destino genera controversia entre los partidos políticos, la oposición y la comunidad local. Algunos defienden que las bodegas son un símbolo distintivo de la Patacona, con un valor patrimonial ampliamente reconocido pero el vandalismo en su entorno provocado por su abandono es innegable, tal y como señaló el alcalde de Alboraya, Miguel Chavarría, en una entrevista con Valencia Plaza: "El objetivo final es desarrollar un proyecto consensuado con el mayor número posible de interlocutores para eliminar esa zona oscura que, queramos o no, atrae al vandalismo".
Para ello, el gobierno socialista propone recalificar la parcela de industrial a residencial, para evitar la construcción de naves industriales en un barrio residencial. Desde 2018, el Ayuntamiento de Alboraya ha estado promoviendo la transformación del suelo industrial de Vinival en un espacio habitable. El proyecto tiene como objetivo convertir este antiguo enclave industrial en un barrio ecológico y moderno, preservando la memoria y la identidad de la Patacona.
La propuesta incluye la recuperación del patrimonio mediante la protección y rehabilitación de las antiguas bodegas Vinival, integrándolas en una red de plazas y espacios públicos destinados a usos culturales, deportivos, comerciales y gastronómicos. Además, el proyecto busca mejorar el acceso a la vivienda con la creación de 1,042 hogares de diversas tipologías, de los cuales un 30% serán de protección pública, atendiendo así a la demanda local.
En cuanto al diseño urbano, se plantea mantener corredores visuales entre la huerta y el mar, con edificios escalonados de hasta 11 alturas. Se prevén 15.500 m² de jardines que recuperen y protejan especies autóctonas, junto con 3.800 m² de huertos urbanos, todo gestionado de manera sostenible utilizando energías renovables y sistemas responsables de gestión de agua y residuos.
El proyecto también contempla la creación de 37.000 m² de nuevos espacios públicos, un centro de salud, un centro escolar y 9.967 m² de locales comerciales, incluyendo un supermercado. En términos de movilidad, se propone la implementación de sistemas centrados en peatones, bicicletas y patines, un nuevo acceso norte desde la CV-312 y la creación de nuevas plazas de aparcamiento: 624 en vía pública y al menos 1.562 para las nuevas viviendas y comercios.
Algunas asociaciones vecinales de La Patacona expresan una fuerte oposición al proyecto de transformación del suelo industrial de Vinival impulsado por el Ayuntamiento de Alboraya. La comunidad considera que el proyecto está orientado a maximizar beneficios privados sin tener en cuenta las necesidades y condiciones físicas y sociales de La Patacona. Temen que la alta densidad de construcción y población resulte en hacinamiento y sus consecuencias negativas, afectando directamente a quienes viven en el barrio.
Consideran que la propuesta implica la construcción de una densa urbanización de 1.042 viviendas distribuidas en 16 torres sobre más de 120.000 metros cuadrados adoquinados. Este aumento en la población, estimado entre 3.500 y 4.000 personas, se percibe como insostenible para un área ya saturada.
Además, señalan que la construcción solo contempla 872 plazas de garaje, dejando 170 viviendas sin estacionamiento, lo que se traduciría en un exceso de 870 vehículos adicionales buscando aparcamiento en la vía pública, agravando el ya congestionado tráfico de La Patacona. Sin embargo, desde la empresa Metrovacesa señalan que en el proyecto se incluyen 624 nuevos aparcamientos en vía pública.
También critican la ubicación propuesta para el colegio, en una esquina con alto tráfico y contaminación acústica, lo que consideran inadecuado y peligroso para la seguridad de los niños durante la entrada y salida del centro escolar.
La falta de espacios verdes adecuados es otra crítica importante, ya que el vecindario indica que el proyecto ofrece calles peatonales adoquinadas con maceteros y pequeñas zonas ajardinadas, en lugar de un parque donde los niños puedan jugar y los jóvenes practicar deportes al aire libre sin restricciones.
Otra preocupación es la inclusión de un hotel en las bodegas restauradas, junto con otras actividades que aumentarían el flujo de personas y vehículos, exacerbando la tensión en la zona. Asimismo, se cuestiona la aparente contradicción en el discurso del ayuntamiento sobre el valor patrimonial de las bodegas, ya que en el diseño del proyecto quedarían prácticamente ocultas entre los nuevos edificios, impidiendo su integración visual en el paisaje de La Patacona.
Finalmente, la comunidad expresa preocupación por el impacto ambiental del proyecto, destacando que los 16 edificios y la extensa área adoquinada podrían intensificar el efecto isla de calor y requerir una cantidad significativa de recursos hídricos, lo que podría comprometer el suministro de agua en el futuro.
Pese a que el proyecto Vinival ha generado una notable oposición vecinal, cabe destacar que parte del tejido vecinal ha mostrado su apoyo al proyecto a través de la Asociación Vecinal Sí al proyecto Vinival. La agrupación defiende firmemente la implementación del proyecto y argumenta que este desarrollo es crucial para mejorar las condiciones de vida en la zona.
Según la comunidad, el proyecto traerá consigo dotaciones y servicios esenciales en La Patacona, como un centro de salud, un supermercado y, sobre todo, viviendas. Estas viviendas, especialmente protegidas, son vistas por la asociación como una oportunidad para que los jóvenes del barrio puedan quedarse en el lugar donde han crecido. La asociación sostiene que sin estas nuevas viviendas, muchos residentes se verán obligados a abandonar la zona en busca de opciones habitacionales asequibles.
Además, la AV Sí al proyecto Vinival subraya la urgencia del proyecto debido al aumento de la inseguridad y la degradación en la zona. Argumentan que, aunque se implementen medidas para contener estos problemas, la verdadera solución pasa por la realización del proyecto Vinival. La asociación cree firmemente que esta es la única alternativa viable para el barrio y que, sin ella, "los residentes estarán condenados a vivir en una zona plagada de problemas de forma indefinida".
Mientras tanto, la asociación vecinal de La Patacona propone alternativas respecto al proyecto en Vinival con dos enfoques distintos. La primera que se plantea es la eliminación del edificio de las bodegas Vinival, sustituyéndolo por lo que denominan la "Plaza del pueblo multiusos". Este espacio central sería el corazón de La Patacona, destinado a actividades lúdicas, sociales, culturales y comerciales. Además, albergaría el Club de Jubilados y Jubiladas. Este enfoque busca crear un entorno abierto y accesible para todos los residentes y visitantes, con un parque amplio y servicios nuevos que mejorarían la calidad de vida de la comunidad.
Por otro lado, la segunda alternativa propone mantener las bodegas Vinival como parte integral del paisaje urbano de La Patacona. En esta propuesta, el edificio de las bodegas podría albergar un supermercado, tiendas diversas, una oficina municipal, un retén de policía, un centro cultural, entre otros servicios y facilidades. Este enfoque también incluye la creación de un parque real en la mitad sur del sector Vinival, proporcionando un espacio seguro y libre de restricciones para los niños y niñas del área.
Ambas propuestas subrayan la importancia de mejorar la calidad de vida de los residentes de La Patacona mediante la creación de espacios públicos adecuados y servicios accesibles, aunque difieren en la integración específica de las bodegas Vinival en el diseño urbano.
El envío del expediente del Proyecto Vinival a la Conselleria de Medioambiente de Valencia ha generado aún más polémica en Alboraya. Según la asociación de vecinos de la Patacona, la Concejala de Urbanismo había asegurado en el pleno del 22 de octubre de 2022 que la decisión de enviar o no el expediente se sometería a una votación democrática.
Sin embargo, el 24 de mayo de 2023 —cuatro días antes de las elecciones municipales y sin convocar votación alguna—, la asociación asegura que el primer edil envió el expediente, lo que provocó que el 14 de agosto de 2023 la Conselleria solicitara formalmente el "Acuerdo Municipal" obligatorio, ausente en el envío inicial.
Ante este requerimiento, el gobierno municipal, en minoría, convocó una votación el 19 de septiembre de 2023 para obtener dicho acuerdo. Sin embargo, la votación resultó negativa, sin el respaldo ni siquiera de su socio de gobierno, Compromís. El partido valencianista ha mostrado su deseo de revisar el proyecto para reducir el número de viviendas 500 pese a seguir con la idea de urbanizar.
Todo ello se ve agravado por el hecho de que tres días más tarde, el 22 de septiembre de 2023, desde la concejalía se enviara a la Conselleria un Decreto de Alcaldía en lugar del Acuerdo Municipal exigido, eludiendo así el resultado democrático de la votación previa, tal y como denuncian desde la entidad vecinal.
Mientras continúan los debates entre preservar el legado histórico de las bodegas o transformarlo en un moderno barrio residencial, resulta evidente que cualquier decisión debe ponderar cuidadosamente las voces de todos los involucrados para determinar el próximo capítulo en la historia del barrio de La Patacona.