El Teatro Olympia acoge del 6 al 18 de septiembre En tierra extraña, un "encuentro imaginario" entre Concha Piquer, Federico García Lorca y Rafael de León a ritmo de copla
VALÈNCIA. ¿Qué hubiera pasado si Concha Piquer y Federico García Lorca se hubieran conocido?, esta duda se la plantearon José María Cámara y Juan Carlos Rubio lo que dio lugar a En tierra extraña, una pieza teatral y musical con la que se reimagina el encuentro de ambos, junto a Rafael de León, en la España de 1936. En ese momento Lorca era el poeta más solicitado del momento, y podemos imaginar que quisiera conocer a Doña Concha, la cantante de copla más famosa de España y conocida por no aceptar nunca un “no” por respuesta. Ella es quien en la obra pide a Rafael de León que cite a Lorca en el Teatro Español de Madrid, donde se encuentra ensayando un nuevo concierto en el que desea que Lorca forme parte componiendo una canción. El encuentro se ve marcado a ritmo de copla y jazz y cuenta historias de amor, odio y destino, para poder desvelar la advertencia que Doña Concha quiere hacerle a Lorca: Se encuentra en terrible peligro.
Sobre las tablas del Teatro Olympia, del 6 al 18 de septiembre, tiene lugar este "encuentro imaginario" musical entre las tres figuras. Dando vida a Doña Concha se encuentra la cantante, actriz y compositora Diana Navarro, quien paseando entre Pop Sinfónico, Copla y Jazz pone a tono la historia: “uno de los momentos más esperados es el de cantar La Maredeueta en València, donde estoy deseando estrenar”, confiesa Navarro. Su emoción desborda a la vez que la hace la de los espectadores que ya han podido disfrutar de la obra. Para ella resulta más único aún poder estrenar en València, ciudad natal de Doña Concha: “Este es mi debut como actriz de teatro, Doña Concha es un personaje que siempre me ha apasionado. Estoy muy feliz de haber dado lo mejor de mi y deseo de corazón que el público valenciano me dé su beneplácito”, explica la actriz y cantante. A su lado se encuentran el alicantino Alejandro Vera, interpretando a Lorca y el bailarín y actor gaditano Avelino Piedad, quien da vida a Rafael de León. Los tres juntos buscan su conciliación y lugar de encuentro dentro de la “tierra extraña” que es España en ese momento.
“Federico, ella es Concha”, estas son las primeras palabras que pronuncia Rafael de León para presentar a los dos grandes. Así arranca el encuentro imaginario sobre el escenario del Teatro Español de Madrid, que ahora se sitúa en el Olympia valenciano. Durante la próxima hora y media todo es producto de la imaginación de Cámara y Rubio, quienes llegaron a esta idea hace varios años en una reunión informal, en la que los conceptos “Concha Piquer, copla y patria” dieron lugar a esta ficción. El título hace referencia a ese lugar que es España para ellos, una “tierra extraña”, en la que dentro de lo posible pueden encontrar un punto de conciliación entre las dos Españas de Concha Piquer y Lorca, contando con Rafael de León como figura clave dentro de la conversación, en este caso cantada. “Eran muy semejantes, aún estando en antípodas ideológicas… aparentemente”, reflexiona Navarro, “no hay documentación en la que se constate una amistad entre ellos, pero Juan Carlos Rubio da espacio a esto dentro de la ficción, donde también se muestran acontecimientos reales”.
La historia se plantea casi en la Guerra Civil Española, en el panorama político convivían nacionalismos y extrema izquierda, junto a fascistas, socialistas y anarquistas. El aura era demoledora, y el concepto de patria se diluía constantemente. En este momento político se imagina Rubio qué hubiera pasado en el encuentro entre la Piquer y Lorca, siendo que seguro tuvieron que saber el uno del otro por sus lazos en común y por vivir en Madrid. La obra pone palabras a la posible opinión y juicio que pudieran haber tenido entre ellos, todo ello con la excusa de que Lorca se implique con la cantante para ayudarla con su concierto. Él cree que en España la situación no es tan grave, y que todo se calmará, pero Doña Concha le sugiere que huya al extranjero, por su seguridad. En realidad todo el “teatrillo” montado por la cantante de Copla es tan solo una excusa para “salvar” a Federico, a través de la oferta de un pasaje a México.
El viaje, tal y como lo explica Navarro, no solo está lleno de “magia” e “imaginación”, sino que también de emociones “acompañadas de copla, poesía, Broadway y un poso de reflexión y conciliación”, que la actriz considera que es totalmente necesaria en esos tiempos. Rubio define la tierra extraña como una especie de partida de ajedrez, contando con el Teatro Español como tablero y empleando los temas como jugadas maestras: Ojos Verdes, A la lima y el limón, En tierra extraña… son solo algunas de las canciones que marcan el tono de la historia, y que se fusionan con otras del imaginario de Piquer y Lorca.
La cantante era una apasionada de Broadway, y el poeta adoraba la música cubana y la canción musical español, ambos convergen en el jazz, donde finalmente se dan la mano. Ilustrando toda esta historia de imaginario se interpretan alguno de estos temas: La tarara, My mammy y Blue skies, entre otros. Además de todo esto se presentan dos temas originales, con letra de Lorca, llamados En la Habana y El amor oscuro, que marcan un camino único dentro del relato: “Hay que ver la obra para descubrir todo esto, pero de momento podemos avanzar que las reacciones que hemos visto han sido de tremenda emoción”, explica Navarro.
También te puede interesar