VALÈNCIA, (EP). La sección segunda de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) ha condenado a la Conselleria de Sanidad a pagar 111.458 euros por la muerte de un hombre de 70 años al que le practicaron una intervención contraindicada en el Hospital Universitari La Fe de Valencia.
Así consta en la resolución --tramitada por los servicios jurídicos de la Asociación El Defensor del Paciente--, en la que el tribunal estima el recurso interpuesto por la mujer y los hijos del fallecido contra la desestimación por silencio administrativo de reclamación de responsabilidad patrimonial a Sanidad. Fija una indemnización de 111.458,80 euros más los intereses legales desde que se interpuso la reclamación, en julio de 2012.
El tribunal da la razón a la familia del fallecido al estimar que hubo una defectuosa praxis médica al practicar al paciente, cuando ingresó en el servicio de Hepatología-Medicina Digestiva, una prueba --toracocentesis diagnóstica-- no debidamente informada en sus riesgos que derivó en su fallecimiento tras una parada cardiaca. También ve que se le hizo una intervención contraindicada a las circunstancias de este caso.
El paciente ingresó en La Fe el 17 de enero de 2012 por una dificultad respiratoria de dos meses de evolución con dificultad para mantenerse tumbado y posible acúmulo de líquido en cavidad peritoneal --ascitis-- así como disminución de la diuresis --cantidad de orina--.
Además, presentaba tos con expectoración mucopurulenta en aumento, sin fiebre. Los facultativos le valoraron y determinaron que existía ascitis sin afectación cardiaca.
Se consultó al departamento de Neumología y se acordó la necesidad de una prueba --toracocentesis evacuadora-diagnóstica-- bajo la supervisión y control de la Unidad de Hemostasia y Trombosis (UHT) para el control de la coagulación sanguínea.
La prueba se efectuó el 2 de febrero sin la supervisión explícita de la UHT. Esa misma tarde, a las 18 horas, el paciente presentó un brusco episodio de dolor torácico del hemitórax izquierdo, punzante y opresivo, acompañado de dificultad respiratoria, palpitaciones rápidas, con signos patentes de gravedad extrema, y alteración de sus constantes vitales.
El hombre experimentó un rápido deterioro de sus parámetros vitales hasta sufrir una parada cardio-respiratoria que obligó al inicio de maniobras de resucitación, colocación inmediata de un tubo de drenaje que dio salida de 500 mililitros de sangre. En este estado de shock hipovolémico fue trasladado a la UCI y conectado a un ventilador mecánico. Finalmente, en la madrugada del 3 de febrero, falleció.
El Defensor del Paciente considera que "se ha hecho justicia" al apreciar mala praxis, aunque ha lamentado que "se haya tenido que esperar años hasta que una sentencia diera la razón a los familiares del paciente porque la Administración sanitaria no haya sido capaz de reconocer la negligencia".