VALÈNCIA (EFE/Sofía Henales). El textil es la segunda industria que más agua consume, tanta que se necesitan "8.000 litros para fabricar un pantalón vaquero", que es la cantidad media que bebe una persona en diez años, según ha explicado a EFE la coordinadora de medioambiente de Alcampo, María Fernández.
Esta industria, cuyas prendas en su mayoría no son de origen natural, "emite el 10 % de las emisiones de CO2" y es responsable del "20 % de la polución de los océanos", porque al lavarla desprende microplásticos que posteriormente pasan al mar.
Desde el año 2000 "el consumo de ropa se ha duplicado y usamos de media diez veces cada prenda antes de deshacernos de ella”, aunque su vida útil es mayor, y eso genera "10 kg de residuos de ropa al año por persona”.
Para concienciar a los consumidores de la "importancia de la reutilización textil", Alcampo ha incorporado su primer Moda re-, un córner de ropa de segunda mano en la Comunitat Valenciana, en concreto en el centro de Alboraya (Valencia).
Moda re- es una iniciativa social de Cáritas que promueve la contratación de personas vulnerables y está destinada a la recogida, reutilización y reciclaje del textil; así que el proyecto colaborativo con el hipermercado "supone un paso para la economía circular, la reducción de residuos y favorece la integración social".
Esta alianza entre Alcampo y Moda re- de "lucha contra el desperdicio" comenzó en 2021 y desde entonces se han instalado 16 córneres, el de Alboraya hace el número el 17, pero a finales de este mes habrá un total de veinte: en la Comunitat Valenciana, Cataluña, País Vasco, Aragón y Madrid.
Así, el director de Alcampo Alboraya, Roberto Cano, ha explicado que los precios de las cinco secciones -hombre, mujer, niño, niña y complementos- oscilarán "entre los 2 y los 30 euros"; y ha destacado que el proyecto utiliza "tecnología diseñada para contaminar menos sin usar nuevos recursos".
Desde el acuerdo de colaboración, Alcampo dona a la entidad "las prendas que son aptas para el uso pero no para la venta" y ha instalado contenedores de recogida de ropa de Cáritas en sus parkings.
El proyecto está gestionado por Koopera, red de entidades sin ánimo de lucro que también forma parte de Cáritas. Koopera tiene en España tres plantas de tratamiento, -en Mungia (Vizcaya), Riba-roja (Valencia) y Barcelona-, donde se preparan los productos para su reutilización o reciclado.
La coordinadora de la de Riba-roja, Emi Carmona, ha confesado que "nuestra esencia es cuidar al medioambiente, queremos que haya circularidad y residuo 0", por eso si sobra algún material "lo llevamos a una planta de combustión, no al vertedero".
En esa fábrica, con un "69 %" de personal de inserción, clasifican la ropa que les llega "según qué tipo o de qué temporada sea" y se hace una separación dependiendo de si sirve para reciclar, reutilizar o es un residuo.
Si una prenda no está en las condiciones óptimas para volverse a usar, "normalmente se rasga y se saca hilo"; incluso un zapato sin pareja se vende, "se puede mandar a África, donde los emplean para hacer bolsos u otros productos". Una vez clasificada la ropa y metida en sacos, se hace el último proceso: prepararla para la venta, que se realiza en 'Arropa', otra empresa de inserción respaldada por Cáritas.
Allí, según ha contado su gerente, Carlos Moure, el material "se clasifica de nuevo, los trabajadores establecen el precio, se coloca la etiqueta y se higieniza con ozono"; tras esto se distribuyen las perchas a los almacenes con los que Arropa tiene convenio, como Alcampo.