VALÈNCIA. Las catástrofes permiten escenarios que el día a día parece dificultar. Vale para todo, también para la política. Se vivió en València ciudad cuando todos los grupos políticos alcanzaron la unanimidad para acordar un plan de reconstrucción de la ciudad tras el impacto de la pandemia de coronavirus. Y parece respirarse el mismo espíritu en el seno del Ayuntamiento tras los estragos de la última Dana en el área metropolitana y tres de las pedanías del Cap i Casal: La Torre, Castellar-l'Oliveral y Forn d'Alcedo.
Estos días el debate municipal transita sosegado en favor de la respuesta a la emergencia. Si bien la oposición criticó la demora en enviar efectivos municipales a otras localidades, que el primer punto de atención a afectados de La Torre se encontrara alejado de la 'zona cero' o que la contrata municipal continuara colocando las luces de Navidad, el ejecutivo local que dirige María José Catalá las resolvió con celeridad y ha estado colaborando con municipios de l'Horta Sud que fueron el epicentro de las inundaciones.
El pasado lunes el gobierno creó la oficina única postemergencia, integrada por las concejalías de servicios como policía, movilidad, protección civil, limpieza, ciclo del agua, cementerios o servicios sociales. Y en ese marco, los partidos de la oposición, tanto Compromís como PSPV, se ofrecieron a cooperar con lo que hiciera falta. Algo que ya se ha materializado, pues se ha facultado al grupo municipal socialista a operar como intermediador para facilitar el apoyo del Ayuntamiento de València a los municipios de l'Horta Sud afectados que dirigen los socialistas.
Según explican fuentes del grupo, el ejecutivo municipal ha cogido el guante tendido y están funcionando como un eslabón intermedio entre diversos municipios y la oficina postemergencia del Ayuntamiento de València que, en ausencia de Catalá, encabeza la concejala popular Julia Climent. Esto permite a los ayuntamientos metropolitanos agilizar las solicitudes de apoyo a la capital en determinados ámbitos como limpieza o seguridad, y al ejecutivo de València ciudad, asegurarse de que se cubren con mayor eficacia sus necesidades puntuales hasta que la normalidad quede reestablecida por completo.
Las fuentes consultadas señalan que se ha acordado esta manera de proceder para aprovechar la fluidez en las comunicaciones que ya existe de manera orgánica en el seno del partido, lo cual simplifica la colaboración en momentos de cierto caos al tiempo que se colabora para permitir que los recursos municipales fluyen entre municipios de manera coordinada. Al menos, esta intermediación se está llevando a cabo con ayuntamientos como los de Sedaví, Alaquas, Aldaia, Catarroja, Paiporta o Picanya. Los socialistas recogen sus necesidades y las trasladan a la oficina postemergencia, que va repartiendo los efectivos.
El gobierno local ha confirmado esta cooperación y destaca que ahora toda la corporación municipal está "en lo mismo", que es ayudar en lo necesario para facilitar la recuperación de las localidades afectadas, entre ellas las pedanías de València. "Bienvenida sea cualquier ayuda, todas las manos son bien recibidas", explicaron en este sentido para aclarar que la alcaldesa "también está en contacto con alcaldes del área metropolitana" con este fin.
El próximo paso serán los presupuestos municipales. Ya el pasado lunes, tanto la portavoz de Compromís, Papi Robles, como su homólogo socialista, Borja Sanjuán, reclamaban unas cuentas de 2025 que dieran respuesta a las necesidades de las personas afectadas. Este viernes, el ejecutivo local presentó los presupuestos que incluyen un fondo de contingencia para los gastos derivados de la Dana por valor de 10 millones de euros, además de diferentes exenciones fiscales para los vecinos de las pedanías. Ahora, ambos grupos estudian las cifras.