Copiar lo bueno ¿por qué no?

La Comunitat Valenciana lleva demasiados años ya inmersa en una situación financiera más que deficiente provocada, en parte, por la infrafinanciación que hace, junto con otros motivos, que el déficit sea más que excesivo año tras año y que el endeudamiento aumente de forma preocupante. Y digo que hay otros motivos porque la falta de eficacia en la gestión de este tripartito que nos desgobierna también influye, y no poco, en esta situación.

Así, en pocos meses, alcanzaremos la cifra de 50.000 millones de euros de deuda. Todo esto provoca, entre otras cosas, continuas llamadas de atención desde instituciones como la AIREF, que no hacen más que avergonzarnos.

Es evidente que para darle solución a esta preocupante situación, el factor determinante y fundamental es la reforma del sistema de financiación autonómica. La tantas veces solicitada, argumentada y a la vez ignorada por los sucesivos Gobiernos centrales, reforma del sistema de financiación autonómica. No deberíamos olvidar que el PP y el PSOE, con mayorías absolutas, se han negado a afrontar seriamente esta reforma. Han preferido pactar privilegios con “otros” a cambio de acceder o de mantenerse en el poder. Bien reciente lo tenemos en nuestras mentes.

Sin que se aborde esta reforma y se modifique el sistema de financiación, será inviable que las cuentas de la Generalitat estén saneadas y que, por tanto, lo que finalmente se destina a cubrir los servicios fundamentales de los ciudadanos en educación, sanidad, dependencia, etc. llegue a ser suficiente para cumplir con ese cometido de forma eficaz.

Los castellonenses, alicantinos y valencianos no podemos seguir esperando y soportando esta situación, entre quejas y reclamaciones del PSPV, de más o menos intensidad reivindicativa, según quien ocupe el gobierno de Madrid, y de sus socios, los que antes abusaban de las camisetas y ahora son ninguneados una vez apoyan la investidura de “su persona” Sánchez. Y, qué decir de los otros socios, los comunistas, que “copian y pegan” raudos y veloces lo que la portavocía del PSPV indica. Eso sí, muy ufanos y pisando ya moqueta. Ni están, ni se les espera.

Ocho meses dice Joan Baldoví que es el plazo prometido por Sánchez para iniciar la reforma. En fin, qué quieren que les diga… Estamos expectantes.

Mientras llega -o no- el momento, no deberíamos esperar sin más. Hagamos algo, seamos proactivos, adoptemos alguna medida que atenúe, en lo posible, los efectos de la insuficiente financiación. Como saben, está en el ADN de Ciudadanos el convencimiento de que una menor presión fiscal es beneficiosa para todo: atraer inversión, generar crecimiento, crear riqueza en todos los ámbitos sociales y económicos, crear empleo, etc.

Somos conscientes de que el Gobierno de Botànic es, lamentablemente, antagónico a nosotros en este tema. Nunca han apoyado alguna de las iniciativas que Ciudadanos ha presentado en ese sentido.

En contraposición, en otros territorios donde Ciudadanos sí que gobierna, ya se han puesto en marcha medidas de relajación fiscal y, a pesar de no llevar demasiado tiempo en vigor, son evidentes los efectos beneficiosos de las mismas.

Así está ocurriendo en la Comunidad de Madrid y en Andalucía. El modelo fiscal de la primera hace que sean muchas las empresas y grandes patrimonios que deciden instalarse en esa comunidad. Sí, lo que el PSPV y sus socios denominan despectivamente dumping fiscal y que, en realidad, no es más que el resultado de una libre elección ante diversas opciones que justamente surgen por la existencia del sistema autonómico. Sin más.

En Andalucía, en menos de un año de Gobierno de Ciudadanos y aplicación de las rebajas de impuestos, se ha producido un aumento de más de 100 millones de euros en los ingresos tributarios. 

Sí, señores del Botànic: bajamos impuestos y sube la recaudación tributaria. 

Por eso yo les pediría que abrieran un poco su mente, que se dejaran de ideologías por un ratito y que se dignaran a plantearse, ya no bajar algún impuesto, no vayan a perder su esencia inmovilista y trasnochada, sino llevar a cabo al menos un estudio o un trabajo de investigación acerca de cuáles serían los beneficios en nuestra comunidad si nuestro modelo fiscal se asemejara más al de, por ejemplo, la Comunidad de Madrid. Si fuera posible que dicho trabajo fuera, además, realizado por una entidad independiente e imparcial sería estupendo.

Si queremos resultados diferentes, no podemos hacer siempre lo mismo. Por tanto, ya que los resultados en su anterior legislatura no han sido muy halagüeños para los ciudadanos de la Comunidad Valenciana, vistas las listas de espera en sanidad, en dependencia o la escasísima ejecución de las inversiones en Educación o en Justicia, quizá podrían cambiar ustedes algo. 

Mirando un poco alrededor se aprende de lo que se hace en otros territorios y se puede copiar -¿por qué no?- aquello que funciona. Hay que dejar a un lado por un momento esa visión sesgada de la realidad y ese sectarismo, y pensar que es posible, solo posible, no tener razón en todo. Es un ejercicio muy sano para la mente. Para todas las mentes. 

Ruth Merino, diputada de Ciudadanos en Les Corts valencianas