El tercer domingo de diciembre se celebra la carrera con una ruta espectacular que recorre calles llenas de historia.
Pisa es una ciudad con aires aristrocráticos que cuenta además con el atractivo de la proximidad del mar. Su reclamo más famoso es, sin duda, la torre inclinada, pero la ciudad contiene numerosas sorpresas que podremos disfrutar a pie.
La historia de Pisa está muy ligada al mar. Se llegó a convertir en una potencia marítima rica e invencible. Su poderío económico le permitió acumular gran parte de las mayores bellezas del Mediterráneo. La ciudad se convirtió en una capital de importancia cultural fundamental y dio a luz nombres ilustres como Galileo o el matemático Leonardo Fibonacci.
El Maratón parte de la Piazza dei Miracoli, declarada Patrimonio de la Humanidad. Allí esta la catedral, construida en mármol en estilo románico pisano. Junto a ella se encuentra la famosa Torre inclinada, del siglo XII, con una altura de 58,36 metros, que sufrió su inclinación inmediatamente después de iniciarse su construcción.
Existen en Pisa otras dos torres inclinadas: el campanario de la iglesia San Nicola y el campanario de la iglesia de San Michele degli Scalzi. La razón de que estos edificios estén inclinados es la naturaleza pantanosa del terreno sobre el que está situada la ciudad, que en muchos casos cede y se asienta con el peso de estas edificaciones.
Tras la salida desde la Piazza dei Miracoli, la carrera se adentra en la ciudad. Recorre la Vettola y San Piero a Grado hasta llegar a Tirrenia. Bordeando la costa del mar Tirreno, los corredores llegan a Marina di Pisa para volver a adentrarse en la ciudad por la ribera del río Arno atravesando el Puente de Cittadela, cuya primera construcción se remonta al 1300 aunque tuvo que ser reconstruido en hierro en 1872 después de que fuera destruido por el río Arno. En 1943 volvió a caer bajo los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Fue entonces sostenido por piedras.
Tras el puente, el Maratón transcurre por la via Roma, via Santa María para finalizar cerca de la Catedral y su torre inclinada, de nuevo en la Piazza dei Miracoli.
Un recorrido llano y rápido para disfrutar del arte, la historia y el running.